Cinco días después del accidente

El conmovedor relato de un corredor que presenció la muerte de los tres guardias civiles en helicóptero

“Me cambiaría por ellos”. El compañero del ultrafondista que fue rescatado describe con detalle el trágico suceso en las montañas de León

Helicóptero de rescate de la Guardia Civil.
Helicóptero de rescate de la Guardia Civil.

El pasado domingo, dos guardias civiles de la Unidad de Helicópteros de León y un miembro del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) perdieron la vida en un trágico siniestro mientras intentaban rescatar a un corredor accidentado. Un testigo presencial realiza un sentido relato de lo sucedido.

Se llama Javier Pérez Bouza, alias ‘Javichín’, y es un conocido deportista gallego. Se define como ultrafondista y hace unos días vivió la que, probablemente, es el suceso más desagradable de su vida. Corría una carrera de alta montaña en León cuando su compañero Damián se accidentó.

‘Javichín’ describe lo que vivió junto a su colega y cómo el helicóptero de la Guardia Civil acudió en su ayuda. Al final de su relato afirma que, si pudiera, se cambiaría por las tres víctimas: el capitán Emilio Pérez Peláez, de 56 años, el teniente Marcos Antonio Benito Rodríguez, de 50, y el agente Conejo, de 48.

Lea a continuación el texto que ha escrito ‘Javichín’ en una conocida red social:

“24 horas después del día más duro triste y difícil de mi vida no quería hablar de lo vivido ayer más que con mis amigos y personas más allegadas o de confianza, me considero una persona difícil de impresionar y dura de coco, pero ayer estuve al límite, de verdad.

Me veo en la obligación de contar lo pasado ayer en el transcurso del raid 24 horas ‘non stop’ de Picos de Europa y si lo hago es por respeto y agradecimiento a todos los miembros del Greim de Castilla León, a mis compañeros de equipo , así como a todos los cuerpos de seguridad del Estado y los héroes que en ellos velan todos los días por nuestra seguridad. Y por expresar mis absolutas condolencias por los tres fallecidos y mi total admiración por el miembro del Greim que se salvó al igual que yo y Damián y en todo momento estuvo con nosotros y no se vino abajo a pesar de perder sus tres compañeros”.

Damián, pese a la mala caída y la gravedad de su fractura, en todo momento tuvo actitud positiva. La lucha y el coraje. Al igual que Alberto [el tercer componente del equipo] que, pese a pasar un día malo en la carrera por problemas estomacales, se fue a buscar ayuda como un rayo.

También lo hago porque hay publicaciones en prensa que son falsas o erróneas y creo que sólo se deberían publicar las cosas cuando se tiene la certeza de cómo ocurrieron y no dar datos sin saber cómo sucedieron realmente, y lo que allí sucedió realmente sólo lo sabemos las tres personas que por desgracia nos tocó vivirlo. Por lo que lo voy a relatar a grandes rasgos para que no haya ningún tipo de duda o malos entendidos ya que he oído y leído un montón de versiones diferentes y algunas muy desacertadas.

Todo ocurrió sobre las 2 de la mañana cuando coronamos la cumbre de la Polinosa a unos 2.300 metros para pasar un punto de control. Empezamos a descender por una cara de la montaña, una bajada técnica pero que no entrañaba peligro, con la mala suerte de que Damián apoyó un pie en una piedra que parecía firme y se desplomó cayendo unos 100 metros, con la suerte de encontrar un matorral al que agarrarse, quedando apoyado en una cornisa de unos 2 de largo por 2 de ancho, haciéndose una fractura muy fea de tibia abierta y con la grandísima suerte de no golpearse la cabeza contra una piedra o algo más grave.

Rápidamente, Alberto se fue corriendo a buscar ayuda y yo me quedé con Damián hasta que vinieran a buscarnos. Fue una noche durísima a 2.200 m, yo trataba de dar conversación a Damián, abrigarlo, darle la poca comida y bebida que nos quedaba, ahorrar la luz de los frontales por si hiciese falta y mantenerle la fractura y el pie inmóvil, limpio y controlar que no sangrara o se lesionara más.

 

Empezó a hacer frío y nos tapamos con las mantas térmicas y la ropa que teníamos, las mantas se rompían por el viento y había que tapar todos los huecos posibles para evitar una hipotermia, sobre todo a Damián.

Al ser una cornisa muy pequeña yo me tenía que mantener en cuclillas y Damián, acostado, descansando aunque se escurría hacia el precipicio y teníamos que cada poco movernos y moverle la pierna fracturada hacia arriba. La verdad es que me dio una lección de aguante y coraje aguantando en todo momento sin quejarse del enorme y dolor y en actitud positiva en todo momento pese a lo grave del asunto.

Lo importante es que a base de hablar, comer y demás consiguió mantenerse consciente en todo momento. Sobre las 9 de la mañana y ya bastante cansados sin dormir, comer o beber y al límite por el frío que teníamos y nos entraba por todos lados oímos un helicóptero que pasaba por delante nuestra tres veces sin vernos. No nos lo podíamos creer, le hacíamos señales con los cachos de manta térmica y luces rojas hasta que en una cuarta pasada nos vieron.

El helicóptero del Greim descendió y dejó a dos guardias cerca nuestra, muy amables y atentos animándonos en todo momento. Inmovilizaron la pierna con una férula rígida y volvió a descender el helicóptero para evacuarnos. La verdad es que pusieron todo de su parte para evacuarnos lo más rápido posible, al descender y con un guardia dentro y el otro fuera. Entre yo y el que estaba fuera intentamos meter a Damián para dentro, él por la cintura y yo agarrando la pierna pero el helicóptero tuvo la mala suerte de tocar una piedra con la hélice y en un acto reflejo tiramos de Damián y nos echamos para atrás despeñándose el helicóptero y pasándonos la hélice y los cachos de las piedras muy cerca de nuestras cabezas.

Al mirar si había supervivientes del helicóptero lo que allí se podía ver ni lo voy a nombrar, ni prefiero recordarme

Mi total admiración al miembro del Greim que sobrevivió porque en ningún momento se apartó de nosotros, nos ayudó en todo lo que pudo y se desvivió pese al trágico suceso.

Trató de buscar cobertura subiendo a la cima para pedir ayuda y luego volvió junto a nosotros diciéndonos que en nada nos sacaba de allí como fuera. Una hora después nos evacuó otro helicóptero de bomberos de León con una vez un trato exquisito y preocupación absoluta, quedándose el miembro del Greim allí para ayudar en la labor de recate de los cuerpos de sus compañeros fallecidos.

Lo único que me queda por decir y dejo este tema zanjado independientemente que me critiquen (cosa que me importa poco) porque esto es lo que pienso y así lo expreso es que mi familia murió (padre, madre, tíos, abuelos, etc…), no tengo mujer ni novia ni hijos y los fallecidos dejan atrás su familia. Y si pudiera volver para atrás hacia el domingo de la tragedia y poderme meter en ese helicóptero yo y que a cambio se salvaran esos tres miembros del Greim lo haría sin pensarlo ni un segundo ya que yo no dejaría nada atrás, ni el dolor de una familia y ellos sí. Sé que es duro esto que acabo de decir pero realmente es lo que siento de corazón

Un abrazo y gracias a todos”.

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