El centro ha permanecido abierto

El ébola ya no da miedo en el hospital Carlos III

Durante el ingreso del religioso Miguel Pajares hubo dificultades para encontrar a personal que le atendiera. Ahora hay más de 40 voluntarios dispuestos a tratar al misionero Manuel García Viejo

Pruebas médicas sobre el ébola.
Pruebas médicas sobre el ébola.

Amaina el pánico que se extendió entre los trabajadores del hospital Carlos III con el primer caso de ébola en España que afectó al religioso Miguel Pajares. Ahora, con el ingreso del misionero Manuel García Viejo, el escenario es radicalmente distinto: existe hasta una lista de unos 40 sanitarios que se han mostrado voluntarios a atender al paciente.

La decisión de mantener las consultas externas del Hospital Carlos III y no evacuar en esta ocasión el centro, como sí se hizo en el mes de agosto durante la estancia del padre Miguel Pajares, responde a un protocolo aplicado también en otros países europeos que han tenido que evacuar a enfermos de ébola en más de una ocasión.

Por el momento, entre cuatro y cinco médicos están atendiendo a García Viejo, el menor número posible de sanitarios para prevenir cualquier riesgo de infección.

Lista de voluntarios para atender al misionero

Pero a diferencia de la ocurrido con Miguel Pajares, según el personal sanitario consultado por El Confidencial Digital, el pánico entre los facultativos ha desaparecido ahora en gran medida.

Hasta el punto de que, según estas fuentes, hay una lista de casi 40 voluntarios, entre médicos, enfermeras y auxiliares, dispuestos a atender al misionero infectado por ébola.

Un ambiente que nada tiene que ver con el vivido en los mismos pasillos del centro hace poco más de un mes. “El personal está ahora mucho más tranquilo porque ya sabe cómo actuar y gestionar la crisis”, explican facultativos del Hospital Carlos III.

Quiere que solo hable la orden de San Juan de Dios

Las fuentes a las que ha tenido acceso ECD explican que el paciente únicamente ha autorizado que su información clínica se entregue a la orden a la que pertenece, San Juan de Dios, que es la que decidirá qué datos se hacen públicos.

Se busca así, explican fuentes conocedoras de esa decisión, evitar que su evolución sea “radiada minuto a minuto”, como ocurrió en el caso de Pajares. Una situación que contribuyó a generar mayor confusión por la multitud de rumores que se dispararon durante los cinco días que estuvo ingresado.

Inquietud por sus problemas cardíacos y de circulación

Esto explica que los médicos que han informado públicamente hasta ahora de la situación del paciente hayan eludido dar detalles sobre el estado de salud de García Viejo, así como sobre las enfermedades que padece además de los síntomas provocados por la infección por el virus del ébola.

Se han limitado a comentar que su estado es “grave”, sufre “una importante deshidratación” y tiene el hígado y los riñones muy afectados.

 

Sin embargo, fuentes próximas al equipo médico, consultadas por este confidencial, aseguran que una de las máximas inquietudes del personal que le atiende son los problemas cardíacos y de circulación que padece el misionero. Un cuadro clínico que no es especialmente favorable para este tipo de casos.

Simulacros en la planta sexta tras la muerte de Miguel Pajares

Según las fuentes consultadas, la planta sexta, donde permanece el sacerdote desde la madrugada de este lunes, permanece sellada y el paciente se encuentra en una habitación de presión negativa, vigilado en todo momento a través de monitores.

Aseguran que desde la salida del religioso Miguel Pajares, a mediados de agosto, se han realizado además nuevos simulacros en el centro. Unas prácticas que han ayudado también a que el clima entre los trabajadores sea ahora de mayor seguridad ante esta nueva situación de crisis.

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