España en alerta por Afganistán: atención a la migración de los países del Sahel y a la actividad en Internet

La situación en Kabul hace temer a la Policía la activación de lobos solitarios en territorio nacional y el resurgimiento de grupos yihadistas afines a los talibanes. “Esto es peor que 2001”

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Aeropuerto de Afganistán

El retorno de los talibanes al poder en Afganistán, consolidado por la ocupación de Kabul este fin de semana, ha centrado las miradas de todo el planeta. España, por su parte, también está con la vista puesta en las consecuencias que la retirada de las tropas estadounidenses pueda suponer en el tablero del terrorismo yihadista, según las fuentes consultadas. Diferentes expertos con los que ha hablado Confidencial Digital aseguran que la amenaza más grande para el territorio nacional está en la migración desde el Sahel y la actividad en Internet.

“Ni que decir tiene que el movimiento yihadista con lo que ha ocurrido en Afganistán tiene unas altísimas probabilidades de que se rearme. Es una amenaza que no ha dejado de existir, pero que ahora puede intensificarse”, expone Chema Gil, miembro del International Security Observatory (ISO) y profesor del grado de Seguridad en centro universitario ISEN.

Para entender lo que se está cociendo en el país afgano hay que distinguir las diferentes corrientes yihadistas. Los talibanes son una rama del islam extremista que se origina en la India y se denomina Deobandi-yihadista, mientras que grupos terroristas como el Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés) son salafi-yihadistas. No son la misma corriente, por tanto, pero comparten objetivos: implantar un califato a nivel mundial.

“Si bien es cierto que en los últimos 3 ó 4 años el número de ataques terroristas ha disminuido un poquito, el número de grupos ha ido en aumento”, señala Javier Yagüe, investigador del Observatorio Internacional de Estudios sobre el Terrorismo (OIET) y especializado en terrorismo yihadista y movimientos radicales. Según explica, la diferencia del contexto de los talibanes de 2001 y el actual radica en el número de células y grupúsculos radicales que se han ido formando a lo largo de estos 20 años.

Este hecho supone que el escenario actual sea más complejo y, por tanto, más peligroso que el que había cuando se produjo el ataque a las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001.

Lo que el régimen talibán viene a hacer ahora en Afganistán no dista mucho de lo que hacía entonces: “Las mujeres van a ser condenadas al ostracismo, habrá un acceso restringido a la educación…”, expone Gil. Pero todos coinciden: la realidad actual es mucho más complicada que la de hace dos décadas. “Es un escenario complejo que convierte a Afganistán en un puesto geoestratégico ahora más importante que hace 20 años”.

Las imágenes de este mismo lunes en Kabul dejan un panorama desolador, con cientos de afganos tratando de huir del país y trepando literalmente a los pocos aviones que despegan, con periodistas que deben cubrirse la cabeza con un pañuelo para poder informar. “La toma de Kabul sin enfrentamiento con las fuerzas armadas es un símbolo especialmente fuerte”, subraya Moussa Bourekba, investigador del CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs) y profesor de Relaciones Internacionales.

El triunfo de cara al mundo

Precisamente esta poderosa victoria a ojos de la población asiática es lo que temen los expertos que sea utilizado como impulso para el discurso radical de los grupos yihadistas. “Lo que pase en Afganistán, donde están los talibanes de ideología radical, va a venderse como otro triunfo en esa misma tierra y, desde luego, es un estímulo y eso es un peligro para el mundo”, indica Gil.

Este es el motivo por el que España y el resto del mundo debe seguir muy de cerca los pasos que se vayan dando. Y con una lupa especial, debe hacer seguimiento de lo que suceda en los países del Sahel como Mauritania, Senegal, Mali y Burkina Faso, entre otros. “Esa frontera, ese anillo exterior es un avispero. Hay grupos grandes muy definidos y luego grupúsculos. Esa es la frontera exterior donde afrontamos la principal amenaza contra España y Francia en particular”, explica.

 

África, desde hace algunos años, es el escenario caliente del terrorismo a nivel mundial. En esta zona existen grupos afines a Al Qaeda y al Estado Islámico que se financian con el tráfico de droga, armas y obras de arte y que están totalmente influidos por lo que suceda en países como Afganistán o Irak.

Un país que llegó para luchar contra Al Qaeda es un país que se está retirando, que hasta negoció su salida y esto no solo firma la derrota increíble de todas las esperanzas, sino que puede alimentar la propaganda yihadista. Ahora pueden decir: mire, aquellos vinieron solo para alimentar la guerra, no nos aportaron la democracia y encima se van del país dejándolo igual o más destrozado que hace 20 años”, señala Bourekba.

La imagen es, por tanto, muy poderosa: “Por un lado es la derrota de Occidente y, por otro lado, coincide con el 20 aniversario del atentado del 11-S”, subraya Yagüe. En esta línea, controlar la migración es importante, pero no suficiente. Los expertos recuerdan con preocupación que los terroristas no suelen llegar de fuera.

“Prácticamente todos los atentados que han ocurrido en Europa en los últimos 15 años han sido protagonizados por autóctonos. Nacidos en Francia, en España, en Bélgica, en Inglaterra… A día de hoy los atentados ya no son como antes, que había un gran plan montado desde Afganistán. Ahora son más independientes, con capacidad financiera y operativa”, aclara Yagüe. “¿Que han utilizado la inmigración para introducirse? Es cierto. ¿Que el cien por cien que llega tiene que ver con esto? No, no es cierto. Lo aprovechan pero no es su método principal”.

España en nivel 4 de alerta

España lleva varios años en nivel 4 de alerta antiterrorista, lo que supone “riesgo alto”. Esto incrementa la seguridad en aquellos lugares que puedan ser potenciales objetivos de ataques. “El nivel 4 ya es un nivel altísimo. Para activar el nivel 5 hay que tener conocimiento de la inminencia de un ataque”, aclara Gil, que indica que el hecho de tenerlo tanto tiempo activado ha derivado en que “naturalicemos” estas amenazas, en ocasiones.

“Se han producido varios ataques mortales en Francia en el último año y ni lo recordamos. Pensemos que en estos últimos meses ha habido ataques tremendos en África y en España apenas se ha dado. Solo cuando mataron a los periodistas [David Beriáin y Roberto Frailes asesinados en Burkina Faso el pasado mes de marzo]”, indica Gil.

A la pregunta de si España está preparada para este tipo de ataques, todos muestran su optimismo por las herramientas con las que cuentan los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Pero aclaran que hay determinadas ataques imposibles de predecir. “España es uno de los países que más detenciones practica y es uno que más complots evita. Tenemos la capacidad de hacer frente a la amenaza pero hasta cierto punto”, expone Yagüe.

La lucha española: inteligencia

España tiene que manejar toda la inteligencia que haya sido capaz de construir durante estos 20 años de estancia en Afganistán, explican las fuentes consultadas.

“España ha demostrado disponer de un frente de batalla a nivel policial y de inteligencia muy potente y va a tener que utilizar el conocimiento obtenido allí para ver en qué medida lo ocurrido allí nos puede afectar. Además, nuestro país para los yihadistas es un objetivo absolutamente simbólico, por lo que es importante”, señala Gil.

La Inteligencia española puede quedarse allí en pequeños grupos reducidos de personas, o bien a través de ‘fixer’ sobre el terreno. En cualquier caso las fuentes insisten en que la colaboración internacional con otros servicios de inteligencia tiene ahora que ser básica.

Para los agentes es complicado conocer cómo se mueven los terroristas porque ya no son grupos organizados y jerarquizados, sino que existen muchos que actúan en solitario directamente en territorio europeo.

El papel de Internet

Otro de los factores diferenciadores de lo sucedido en 2001 y 2021 es la magnitud de Internet en la sociedad actual. Los expertos recuerdan que el papel de las redes sociales puede ser determinante en dos sentidos: en el de exponer a la sociedad lo que allí está ocurriendo y, en la otra cara de la moneda, el de controlar a la población.

“Juega un papel importante para difundir la propaganda. Permite llegar a la misma persona en el mismo momento, permite también entrar en contacto con gente radicalizada”, explica Bourekba. “Puede ser una fuente de información tan buena para nosotros como para los talibanes en relación al control social”, añade Chema Gil. “Las redes sociales, las aplicaciones de mensajería, están a la orden del día. Hoy mismo puedes encontrar cuentas oficiales de talibanes en Twitter”, indica Yagüe.

En este sentido, la expansión de los medios digitales ha supuesto un panorama más complejo para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Los agentes se enfrentan a células que están desestructuradas, sin jerarquías y que se organizan de forma autónoma en el país en el que se han instalado.

China y el reconocimiento

El mayor interrogante está ahora en la reacción de la comunidad internacional, más allá de Europa, en aquellos países que vayan a aceptar el gobierno Talibán como legítimo. “La inteligencia no solo se va a ocupar de la realidad afgana interna, sino de la realidad de otros actores como China o Turquía”, dicen estas fuentes.

China tiene importantes intereses en el país por la riqueza en el suelo afgano y esto es un suculento botín para algunos países que comienzan a desplegar sus relaciones internacionales. “Los talibanes han aprendido algunas lecciones, están buscando el reconocimiento internacional de países que son capaces de negociar con ellos porque no estén tan empeñados en la defensa de los derechos humanos”, aclara Gil.

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