La Guardia Civil detecta a los yihadistas por cómo hablan y escriben

Expertos en narrativa islamista y en pericia caligráfica árabe han desarrollado un método para encontrar y analizar aleyas del Corán, jaculatorias y otros detalles que revelan una radicalización

Detención de un presunto yihadista por la Guardia Civil.
Detención de un yihadista por la Guardia Civil.

“Yo he sido siempre una mujer de estar en casa”. La frase la pronunció en una entrevista para El País una mujer española de 34 años que, tras haber seguido a su marido a Siria para combatir en la guerra civil con el Daesh, se encontraba en el campo de retención de familiares de yihadistas y pedía ayuda para volver a España.

Esta mujer, junto a otras dos españolas, aseguraba que había viajado al “califato” engañada, que ella era una simple musulmana, y que desde luego no era yihadista.

No es esa, por contra, la conclusión a la que llegan dos expertos de la Guardia Civil, que han desarrollado un sistema para analizar el lenguaje oral y escrito y detectar si una persona se ha radicalizado y se ha convertido a la visión yihadista del Islam.

Así lo indican en un artículo consultado por Confidencial Digital y que fue publicado en el número 63-2021 de “Cuadernos de la Guardia Civil. Revista de Seguridad Pública”, una publicación propia del cuerpo que edita el Centro Universitario de la Guardia Civil.

Expertos antiterroristas y en caligrafía 

El estudio en cuestión lleva por título “Lingüística forense árabe antiyihadista. Un mundo de posibilidades para la seguridad en Occidente”, y es obra de Dalila Benrahmoune y Antonio Jesús Llamas Guerra.

Dalila Benrahmoune trabaja en la Jefatura de Información de la Guardia Civil, es decir, en la unidad que se dedica a perseguir el terrorismo, también el de corte yihadista. Es islamóloga, y especialista en propaganda, narrativa y génesis de los grupos yihadistas, ha cursado estudios en ciencias islámicas, estudios coránicos y en pericia caligráfica de la escritura árabe.

El capitán Antonio Jesús Llamas Guerra es experto en pericia caligráfica árabe. Está destinado en el Departamento de Grafística del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, donde es responsable de calidad del departamento y jefe del Área de Escritura.

Método de Análisis Escritural ASIM

Estos dos expertos, con el apoyo de peritos caligráficos del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, desarrollaron una investigación para validar lo que denominan “Método de Análisis Escritural ASIM - Arabic Speaker’s Identification Method”.

Mediante ese método, son capaces de determinar la zona o área geográfica del autor de un texto manuscrito en caracteres árabes.

 

Además, los dos expertos de la Guardia Civil están aplicando este sistema para avanzar en la lingüística árabe forense antiyihadista, que trata de descodificar, “mediante la aplicación de conocimientos y técnicas lingüísticas, los códigos del lenguaje árabe utilizados por la amenaza yihadista implicados en casos o procedimientos judiciales”.

La lengua árabe, “sagrada”

En el artículo citado, Dalila Benrahmoune y Antonio Jesús Llamas parten de la idea de que el lenguaje que se habla en los ámbitos familiares no es la lengua árabe clásica, que se aprende en la escuela y, por influencia del Corán, tiene un carácter prácticamente sagrado.

Por ello, los grupos yihadistas han adoptado ese árabe, animan a sus seguidores a aprenderlo y a utilizarlo, y su “arsenal comunicativo” se expresa en esta lengua. Por ejemplo, la revista Al-Naba, editada por el Daesh, ha llegado a proclamar que el estudio del árabe es intrínseco a la religión musulmana, y quien aprenda y perfeccione su uso conocerá la Sharia (ley islámica).

Esta utilización de la lengua árabe como elemento de propaganda yihadista es la que ha llevado a los expertos a concluir que es posible detectar si una persona sigue la ideología yihadista, según las expresiones, palabras y giros lingüísticos que utiliza al hablar o al escribir.

“Manifestaciones del Lenguaje Islámico”

Los autores del artículo (una analista del Servicio de Información y un perito caligráfico del Servicio de Criminalística) concluyen, por tanto, que analizar los textos que produce una persona, en este caso un posible sospechoso de yihadismo, permite elaborar un “perfil ideológico” y determinar, con bastante grado de certeza, si su forma de expresarse revela que es yihadista.

Para ello, en su análisis buscan “marcadores” o indicios sobre el perfil lingüístico del autor. En el contexto de la amenaza yihadista, lo que tratan de detectar son “Manifestaciones del Lenguaje Islámico” (MLI), que son “referencias del lenguaje-verbal, escrito y gesticular escenificado, de trasfondo islámico, realizado mayoritariamente (en el caso de lo verbal y escrito) en lengua árabe, o transcripciones fonéticas de la misma en caracteres latinos u otros”.

¿Cuáles son esos marcadores? Los expertos de la Guardia Civil citan, entre otros, las aleyas o versículos del Corán o partes de las mismas, léxico árabe de referencia islámica, locuciones, coletillas de alabanza (como “Alhamdulillah”, “gracias a Alá”), ‘dhikr’ o jaculatorias (los noventa y nueve nombres de Alá, o “Allahu Akbar”...).

Para mostrar cómo funciona el análisis lingüístico antiyihadista, estos dos expertos lo aplican a dos casos reales: el de las españolas, esposas de yihadistas, retenidas en Siria y entrevistadas por El País; y el del Tayeb Abdelhouahab, el argelino que atacó con un cuchillo a una mossa d’Esquadra en una comisaría de Cornellà de Llobregat en agosto de 2018 y que murió por los disparos con los que se defendió la agente. 

Españolas mujeres de yihadistas

¿Estamos ante yihadistas o simples mujeres dedicadas a sus familias y engañadas por sus cónyuges? Es la pregunta de la que parten Dalila Benrahmoune y Antonio Jesús Llamas Guerra al analizar cómo se expresaban las tres españolas entrevistadas por El País en abril de 2019 en el campo sirio de Al-Hol.

Las tres afirmaron estar en contra de la yihad, de la “guerra santa”, en la que se habían visto involucradas al seguir a sus maridos cuando se marcharon de España. También insistieron en que eran simples amas de casa que cuidaban de sus familias.

Analizaron la entrevista escrita y el vídeo publicados por El País, y concluyeron que “las españolas del ISIS llevaron a cabo una TAQIYYA (tentativa de ocultación de la verdad) bien pensada, basada en la manipulación del MLI (manifestaciones del lenguaje islámico) difícil de detectar si no es mediante la localización y la descodificación de las mismas”.

Es decir, que tenían una vinculación yihadista directa y comprometida, pero intentaron ocultarla ante los ojos (y oídos) de los no expertos. Se trataría de “un caso pionero de TAQIYYA mediática femenina del ISIS, premeditada y bien estructurada”.

La TAQIYYA consiste en el disimulo de la creencia y la ocultación del espíritu yihadista, una práctica permitida según esta corriente del Islam, para así tratar de pasar desapercibido entre los infieles mientras se prepara un ataque.

“Una mujer de estar en casa”

La primera expresión que llamó la atención fue la frase “yo he sido siempre una mujer de estar en casa...”, que pronunció una de las tres, si bien las otras dos también expresaron ideas similares.

Según los analistas de la Guardia Civil, las palabras fueron escogidas “intencionadamente por parte de la protagonista (y sus compañeras) para manipular la opinión pública occidental” y tratar de desvincularse del yihadismo, tratando de rebajar su papel a algo tan cotidiano como cuidar de su casa, de su marido, de su familia.

El análisis señala que la frase se debe catalogar como una “Manifestación del Lenguaje Islámico”, enmarcada en la cosmovisión islámica de la yihad. Los autores lo sustentan en fuentes del Islam y de la propaganda yihadista.

Una aleya del Corán

En primer lugar, apuntan que el comentario “es una reproducción de una referencia islámica que se encuentra fundamentada en las Aleyas del Corán, en concreto, en la número 33 de la Sura 33”. Ahí se puede leer: “Y permaneced en vuestras casas, no os adornéis con los adornos del tiempo de la ignorancia, estableced el salat y entregad el zakat y obedeced a Alá y a Su mensajero”.

Por tanto, concluyen, “permanecer en el hogar y dedicarse a los asuntos de la casa es una obligación según las fuentes del Islam y un ejercicio de obediencia a Alá y su profeta”.

Mensajes del Daesh a las mujeres

Pero es que, además, la frase “yo he sido siempre una mujer de estar en casa” encaja en numerosos mensajes difundidos por el Daesh, el autodenominado “Estado Islámico”. Esta organización ha usado en los últimos años sus publicaciones, como la revista Al-Naba, para definir el rol que considera que debe ejercer la mujer en la “umma” o comunidad de fieles, y en el califato que implantaron entre Siria e Irak.

Por ejemplo, en un artículo llamaba a las mujeres a “permanecer en casa para proliferar y tener muchos hijos para fortalecer la Umma y vencer a los Infieles”. En otros hablaba de “permanecer en casa cuidando de los suyos y solo salir en caso de necesidad”, exhortándoles a quedarse en casa como forma de guardar el orden social y político al evitar que los hombres las vean por la calle.

El Daesh llegó a escribir en sus publicaciones que “la yihad de la mujer no consiste en llevar las armas como los hombres”, sino que “su yihad” consiste en llevar a cabo el papel anteriormente comentado de ama de casa.

Por tanto, “según las fuentes del Islam y la práctica yihadista, la pregunta relacionada con el rol desempeñado por estas mujeres tiene por respuesta que las tres se han ajustado al papel que se esperaba de ellas en el Califato, cumpliendo así su parte de la yihad”.

La yihad de la mujer

Otra expresión o “Manifestación del Lengua Islámico” sería la coletilla “Alhamdulillah” (“Alabado sea Alá”) que la mujer entrevistada por El País soltó al hablar con la periodista. A diferencia de la frase anterior, “pensada y seleccionada de forma intencionada”, la coletilla “fue pronunciada de forma espontánea”, o así lo entienden los autores del estudio, que consideran muy relevante este punto.

Alhamdulillah” se utiliza al final de un comentario con numerosos usos: “Cerrando una confesión, unas declaraciones o una exposición de un tema concreto para expresar la satisfacción sobre lo que se acaba de declarar. Una satisfacción de trasfondo religioso islámico, que es la satisfacción de haber cumplido con un deber (religioso)”, explican los analistas de la Guardia Civil.

Éstos también señalan que muchos organizaciones yihadistas, y en concreto el Daesh, utilizan la expresión “Alhamdulillah” en su narrativa, como forma de cerrar comunicados o noticias sobre ataques o atentados cometidos por ellos: “Es una expresión que se aporta para manifestar la satisfacción ante el resultado de dicho ataque yihadista”, resumen.

Aportan algún ejemplo, como en una publicación de la revista del Daesh que se hizo eco de los atentados cometidos en Cataluña en 2017, con 16 personas asesinadas. Tras relatar con detalles los asesinatos y alabar a los autores, se podía leer ese “Alabado sea Alá” como forma de expresar la conformidad y afirmación de haber cumplido el deber, en ese caso el deber de matar infieles.

Por ello, escriben los analistas, al añadir “Alhamdulillah” a la frase es una simple mujer de su casa, la española del campo de Al-Hol en Siria “deja bien claro que su función (la de las tres) no era obligada, sino que lo hacían cumpliendo con un deber y una misión”.

De ahí que concluya el estudio que “son yihadistas que han cumplido con lo que se espera de ellas como mujeres del ISIS. Sus declaraciones afirmando que son “unas simples amas de casa”, son una tentativa de manipular las Manifestaciones Lingüísticas Islámicas desvinculándolas de su contexto real (la cosmovisión islámica de la yihad) proyectándolas en el contexto occidental (como víctimas) para llevar a cabo su TAQIYYA”.

Ataque con cuchillo a los Mossos en Cornellá

En el caso del argelino que atacó a una agente de los Mossos en una comisaría de la provincia de Barcelona, el análisis se basa en datos conocidos en la investigación judicial. Concretamente, analiza mensajes que dejó antes de salir de su casa hacia la comisaría, y lo que gritó al cometer el ataque con cuchillo.

Hubo cierto debate sobre si se trataba de un atentado yihadista, obra de un ‘lobo solitario’, o si por el contrario era una especie de suicidio de un hombre desesperado o con problemas mentales, que quiso acabar con su vida provocando que le disparan al hacerse pasar por un terrorista.

La islamóloga del Servicio de Información y el calígrafo de Criminalística de la Guardia Civil analizan tres expresiones lingüísticas.

En primer lugar (por orden cronológico), este hombre escribió en su casa una nota en árabe, con el llamado “ruego de Istikhara o de la consulta”. Explican que “se trata de una súplica opcional mediante la cual el musulmán creyente le pide a Alá que le guíe para realizar la mejor elección posible en un asunto de su interés”.

“Técnicamente, el rezo de la Istikhara es una fórmula practicada por cualquier musulmán al enfrentarse a un tema de importancia o transcendencia para él”, indican, “como podría ser el inicio de una actividad laboral o negocio, la elección de una carrera universitaria, la designación de un futuro marido o esposa u otros más extremos como hacer la Yihad, inmolarse, etc.”.

Recuerdan que, al menos en un vídeo propagandístico del Daesh (con el título “The Caravan of light”), un futuro suicida cuenta que ha rezado la oración de la Istikhara consultando a Alá su deseo de morir matando y así garantizar la entrada en el paraíso de los mártires. Al recibir una respuesta divina favorable, el sujeto decide inmolarse mediante la activación de un coche-bomba.

Después de escribir esa nota, el atacante de Cornellá mandó un SMS a su ex mujer: “Me voy Inshallah [si Alá quiere] al gran sitio que está arriba”. Es también una expresión habitual en vídeos y publicaciones yihadistas, de terroristas que van a hacer de “mártires” y que se encomiendan a Alá para morir e ir al paraíso, que sería ese “gran sitio que está arriba”, según la cosmovisión islámica.

Por último, al abalanzarse con el cuchillo contra la mossa, este hombre lanzó el grito de “Alahu Akbar” (“Dios es grande”), que es una expresión común pero que también es muy utilizada en combate por los yihadistas, así como cuando se van a inmolar en un atentado.

Tres pasos

Por tanto, el orden cronológico de las expresiones adquiere sentido, según los expertos de la Guardia Civil:

1. Recita la Istikhara consultando a Alá su intención de provocar su martirio.

2. Después de recibir la respuesta favorable, manifiesta su felicidad y esperanza (Inshallah), compartiendo esta noticia mediante el envío de un sms a su ex mujer.

3. El agresor lleva a cabo su ataque exclamando “Alahu Akbar”, al considerar que se está enfrentando al enemigo.

De ahí que, concluyan, “podemos afirmar con total seguridad que la intención del atacante era provocar su martirio, mediante la agresión llevada a cabo contra una agente de los Mossos de Escuadra para de esta forma lograr acceder al paraíso logrando la muerte de un infiel (policía autonómico). La narrativa cronológica de los hechos vinculantes al agresor de Cornellá es:1+2+3”.

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