La importancia de la seguridad laboral en el trabajo

Cada año se registran en España en torno a 600.000 accidentes de trabajo.

Trabajador-Empleo.
Trabajador-Empleo.

Cada año se registran en España en torno a 600.000 accidentes de trabajo. Solo en 2020, último con cifras cerradas, el Instituto de la Seguridad Social contabilizó 505.528 accidentes de trabajo con baja, y eso que se trató del año reciente con menos siniestralidad laboral debido a la pandemia. En 2019, los accidentes laborales con baja registrados fueron 650.602, y en 2018 la cifra se quedó en 617.488.

La mayoría de los accidentes de trabajo de 2020 (el 88,3%) se produjeron durante la jornada laboral, en concreto 446.195 accidentes, que suponen el 88,3 %. El resto, 59.333 accidentes, tuvieron lugar durante el trayecto del domicilio al centro de trabajo o viceversa; son los que se denominan accidentes de trabajo con baja in itínere. Sin duda, el peor resultado de este tipo de accidentes es el fallecimiento: nada menos que 634 personas fallecieron en accidente laboral durante la jornada de trabajo (no en trayecto) en 2020. Además, 3.643 sufrieron un accidente con resultado grave.

Más allá de las cifras, y descontados los resultados más desgraciados (el fallecimiento o la incapacidad permanente), sufrir un accidente laboral supone un trastorno para la empresa, que pierde al trabajador por un tiempo indeterminado, y por supuesto para el propio empleado, que se ve incapacitado en mayor o menor medida durante un tiempo.

Elementos indispensables para estar protegido

Afortunadamente, cada vez se presta más atención a la prevención laboral. Evidentemente, es imposible llegar al riesgo cero, pero existen unas pautas de seguridad en el trabajo, unos protocolos de actuación para cada puesto y elementos que aumentan la protección para la realización de determinadas tareas en las que el trabajador está expuesto. Estos elementos incorporan progresivamente tecnología y materiales que proporcionan al trabajador un mayor confort y seguridad. Por ejemplo:

  • Calzado de seguridad laboral: forman parte de este tipo de calzado los zuecos sanitarios, que tienen características adaptadas a los entornos sanitarios de trabajo. Por ejemplo, están fabricados con materiales resistentes para proteger el pie, son cien por cien transpirables al estar fabricados de poliuretano (además, algunos modelos tienen aberturas o perforaciones que permiten una mejor ventilación) y garantizan la higiene, ya que la ventilación impide que las bacterias y otras toxinas proliferen.

Otros tipos de calzado para entornos laborales son las botas de seguridad de gore tex (para guardas forestales por ejemplo), las de bombero (con hidrofugado y suela de caucho nitrilo) o las que incorporan protección específica para algunas zonas expuestas, como la suela o la parte del metatarso.

  • Protección respiratoria: los equipos de protección respiratoria protegen el sistema respiratorio de la inhalación de atmósferas peligrosas, ya sea por la presencia de sustancias peligrosas (partículas, gases o vapores, agentes biológicos) o por la deficiencia de oxígeno. En este sentido, son imprescindibles en la mina, en la manipulación química o en trabajos de corte de determinados elementos, por poner solo algunos ejemplos. Los equipos de protección respiratoria pueden ser máscaras, semimáscaras, filtros o mascarillas, pero pueden evitar la contracción de enfermedades infecciosas a corto plazo, o pulmonares (como la silicosis) a largo plazo.

  • Guantes: cada profesión exige un tipo de guante. Por ejemplo, los guantes para soldador están reforzados y diseñados para evitar abrasiones. En cambio, un carnicero debe contar con unos guantes de malla de acero que puedan soportar el corte accidental de un cuchillo, un buzo con unos guantes de neopreno que le garanticen la adecuada temperatura de sus manos en inmersión y un manipulador de alimentos, unos guantes que garanticen en todo momento la higiene y el poder trabajar en condiciones de humedad.

En realidad, cada elemento de protección (ya hablemos de los ejemplos que hemos puesto, o del vestuario laboral, la protección facial y ocular o de la cabeza) debe estar adaptado a cada entorno laboral concreto. En este sentido, un técnico en prevención de riesgos laborales debe analizar el área de trabajo en la que se desarrolla la actividad, para poder poner a disposición de los trabajadores las prendas adecuadas.

 

Beneficios del uniforme laboral para el empleado y empleador

A la importancia de contar con los adecuados elementos de protección laboral podemos añadir el uniforme laboral. En este caso, ya no hablamos de los riesgos inherentes de realizar una actividad de riesgo sin la protección adecuada. No obstante, los beneficios de contar con un uniforme laboral se han demostrado en múltiples ocasiones.

De un lado, es bueno para la empresa porque le permiten dar a conocer la marca de manera gratuita y sencilla y ofrece un aspecto profesional de la compañía distinguiéndola de la competencia. Además, es bueno para el trabajador porque le ahorra el uso de su ropa personal en el trabajo y refuerza sus vínculos con la empresa.

En todo caso, es conveniente adquirir este tipo de productos en empresas especializadas en protección y seguridad laboral como Naisa. En primer lugar, porque solo en este tipo de establecimientos se puede encontrar gama de productos lo suficientemente amplia para encontrar la prenda de protección que encaja en el perfil laboral concreto, pero, sobre todo, porque pueden garantizar que lo que se adquiere cumple efectivamente su función: salvaguardar la vida y la salud del empleado.


 

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