Interior desarrollará para la Guardia Civil lanchas que sean más rápidas que las de los narcos

Ha firmado un convenio con una empresa pública del Ministerio de Ciencia para incorporar embarcaciones con velocidades superiores a los 60 nudos y que puedan navegar sin piloto

Una embarcación de la Guardia Civil persigue la lancha de unos narcos.
Una embarcación de la Guardia Civil persigue la lancha de unos narcos.

La Guardia Civil necesita embarcaciones más rápidas. Las lanchas neumáticas semirrígidas que utilizan los narcotraficantes para introducir droga en España por vía marítima consiguen alcanzar velocidades superiores a las de los barcos y lanchas del Instituto Armado, por lo que se escapan en muchas persecuciones. Y la Benemérita quiere poner remedio.

Para poner solución a ese problema, el Ministerio del Interior ha firmado un convenio con el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial, E.P.E., una entidad pública empresarial adscrita al Ministerio de Ciencia que se dedica a “fomentar el proceso de compra pública pre comercial con el objeto de resolver necesidades susceptibles de ser satisfechas mediante la contratación de servicios de I+D”.

Confidencial Digital ha tenido acceso a dicho convenio, en el que se concreta qué busca resolver el Ministerio del Interior con la ayuda del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial. Todo surge de la necesidad que ha detectado el Servicio de Innovación Tecnológica de la Guardia Civil en el ámbito de la lucha contra “los tráficos ilícitos en el mar”.

No hay lanchas suficientemente rápidas

Resumidamente, el problema consiste en que los narcotraficantes utilizan embarcaciones más rápidas que las que tiene en servicio la Guardia Civil. Además, “las soluciones existentes en el mercado no satisfacen las requeridas necesidades”, es decir, no hay lanchas en el mercado tan rápidas, ya que las redes de tráfico de droga lo que hacen es manipular sus embarcaciones.

Así que el Ministerio del Interior busca que el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial le ayude a desarrollar embarcaciones más rápidas y de mayor maniobrabilidad, para así ‘cazar’ a los narcos que hasta ahora se le escapan en persecuciones, sobre todo en la zona del Estrecho de Gibraltar y en todo el litoral sur de la Península.

España, entrada del hachís y la cocaína

“La especial situación geográfica de España, como punto más cercano al continente africano, y a su vez como salida y entrada natural para las mercancías entre Europa y América, la han convertido en un enclave estratégico para el tráfico de sustancias ilegales con destino a Europa”, indica Interior en el convenio firmado.

La gran cantidad de kilómetros de costa de fácil acceso “han permitido que los criminales se valieran de embarcaciones de bajo coste y altas prestaciones para el desembarco de la mercancía”, continúa.

Aunque el trabajo de los cuerpos de seguridad del Estado, y en especial de la Guardia Civil como principal responsable del control de fronteras, “han reducido de manera drástica el número de embarcaciones que intentan desembarcar en las costas españolas”, el mar continúa siendo una de las principales formas de acceso de sustancias ilegales, especialmente para el hachís y la cocaína.

La Guardia Civil a 50 nudos, los narcos a 60

Interior explica que “los traficantes disponen de presupuestos prácticamente ilimitados, lo que les permite el acceso a las últimas tecnologías y disponer de mejores embarcaciones”. Se trata de lanchas neumáticas semirrígidas, las denominadas “planeadoras”, “que permiten cargas que pueden alcanzar los 3.000 kg, y que están dotadas de motores fuera borda con la potencia suficiente para alcanzar los 60 nudos (110 km/hora) en condiciones de mar favorables. Este tipo de embarcaciones se diseña con el fin exclusivo de permitir la mayor cantidad de carga y velocidad posible, sin importar la seguridad de sus ocupantes ni el medioambiente”.

 

Frente a las “planeadoras” de los narcos, las embarcaciones más rápidas de todo el inventario de la Guardia Civil son las de alta velocidad (las Rodman55): unas lanchas de 17 metros de eslora (longitud) y casi cuatro metros de manga (anchura), que sólo alcanzan una velocidad máxima de 50 nudos, es decir, unos 92 km/hora.

Aquí se plantea está el problema: las lanchas neumáticas semirrígidas navegan a 60 nudos en condiciones de mar favorables, mientras que las embarcaciones de la Guardia Civil no pasan de los 50 nudos.

Más rápidas y maniobrables

El “reto” que el Ministerio del Interior traslada al Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial es “conseguir embarcaciones de velocidad superior a 60 nudos”, que como se ha indicado antes, no existen en el mercado.

Interior y la citada empresa pública tratarán de desarrollar lanchas de más de 60 nudos, capaces de alcanzar a las “planeadoras” de los narcos.

Pero buscarán también otras mejoras respecto a las embarcaciones que actualmente tiene en servicio la Guardias Civil.

Interior pretende que se mejore la maniobrabilidad de las lanchas y barcos, así como la seguridad de los ocupantes. Para ello, los expertos del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial optimizarán la hidrodinámica de la embarcación, los materiales de construcción y los medios de impulsión.

Navegación sin piloto

Otra solución innovadora que el convenio contempla tiene como objeto permitir dotar a esas nuevas embarcaciones de “un sistema de funcionamiento autónomo que le permita navegar sin intervención humana, en operaciones de vigilancia”.

Interior explica en el documento que, “en lo que se refiere a la operativa para la detención de embarcaciones, el proceso seguido consiste en detectarlas, perseguirlas con el objetivo de que se detengan, y, si no se detienen de forma voluntaria, finalmente abordarlas. Este procedimiento implica un alto riesgo tanto para las tripulaciones y embarcaciones que participan en estas misiones, como para los criminales implicados”.

Por ello, la investigación tecnológica también irá dirigida a dos puntos: la generación de un sistema de detención de las embarcaciones delictivas, y la creación de un entorno de formación seguro para la tripulación en el manejo de la embarcación en misiones de interceptación, consideradas “de alto riesgo” para las unidades de la Guardia Civil.

Motores intraborda y a chorro

El prototipo de embarcación que se desarrolle dependerá, claro está, de las pruebas y soluciones que encuentren los expertos del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial, cuando se pongan a estudiar cómo conseguir embarcaciones de más de 60 nudos de velocidad y con todas esas mejoras que se han establecido como objetivo.

Pero ya se adelantan algunas ideas de cómo se podrían conseguir en las lanchas mejoradas. Por ejemplo, se indica que “debido a limitaciones en las dimensiones de la embarcación y la profundidad de las aguas en las que podría navegar, así como el nivel sonoro máximo para las misiones de vigilancia, se considera que la utilización de motores intraborda y propulsión a chorro sería lo más indicado”.

Se elija un sistema de propulsión u otro, la embarcación diseñada deberá alcanzar una velocidad superior a 60 nudos con un estado de carga del 75% de todos los consumos a bordo y toda la tripulación a bordo, en condiciones de mar llana y viento en calma.

Respeto al medio ambiente

Si los narcos ‘trucan’ sus lanchas “sin importar la seguridad de sus ocupantes ni el medio ambiente”, dice el acuerdo firmado, el Ministerio del Interior establece que “se procurará que los diferentes sistemas que forman parte de la embarcación sean respetuosos con el medio ambiente”.

Sobre el sistema de funcionamiento autónomo que también se busca que incorporen las nuevas embarcaciones de lucha contra los narcos, tendrán que tener tres modos de funcionamiento para las labores de vigilancia: control manual desde la embarcación, control manual en remoto, y modo autónomo.

Otra condición que se pone es que las lanchas contarán con un sistema de detención “que permita parar una embarcación a distancia sin poner en riesgo los medios materiales y humanos”, aunque vaya a la velocidad máxima, para que pueda frenar a una “planeadora”.

“En lo que se refiere a la operativa para la detención de embarcaciones”, se indica que “el proceso seguido consiste en detectarlas, perseguirlas con el objetivo de que se detenga, y, si no se detienen de forma voluntaria, finalmente abordarlas. Este procedimiento implica un alto riesgo tanto para las tripulaciones y embarcaciones que participan en estas misiones, como para los criminales implicados”.

Sacarán a licitación la compra

Una vez que se consiga un prototipo, la Guardia Civil realizará pruebas en Andalucía, “en un entorno relevante y real tanto para el funcionamiento en modo autónomo (vigilancia) como para el modo persecución (interceptación)”. También se creará un simulador, que será instalado en las dependencias de la Escuela de Guardacostas de la Guardia Civil en la provincia de Cádiz.

Cuando se llegue a una solución y a un prototipo satisfactorio, que cumpla los objetivos que se ha fijado Interior, llegará el momento de licitar la construcción de las nuevas embarcaciones para la Guardia Civil.

Licitará la compra el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial, en un concurso al que optarán las industrias del sector interesadas en fabricar lanchas según las características que se hayan definido en el proceso de prueba del prototipo.

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