Un jamón a un herido, flores a una iglesia: qué hace la Policía con los regalos que recibe en Barcelona

Los agentes están consumiendo los alimentos perecederos, y el resto de obsequios se guardan en una sala de la Jefatura Superior

Regalos que ha recibido la Policía Nacional en Barcelona.

La sucesión de noches de altercados y violencia por parte de radicales independentistas y antisistema en Barcelona dejó paso el domingo 20 de octubre a una iniciativa de barceloneses y otros catalanes que acudieron a la Jefatura Superior de Policía a agradecer su labor a los policías nacionales.

Tras ver a muchos de los agentes caer heridos ante los actos violentos, algunos ciudadanos se acercaron al edificio en Vía Layetana -que también ha sido asediado varias veces por los independentistas- para llevar regalos: flores, bombones, cartas, y hasta un jamón.

Como ya sucediera hace dos años con los policías enviados frente al referéndum del 1-O, a los que hoteleros de Murcia invitaron en reconocimiento, se inmediato se alzaron voces (sobre todo, por parte del independentismo) que denunciaron que aceptar esos regalos podían suponer un delito.

Según esa visión, incurrirían en un delito de cohecho, ya que el artículo 422 del Código Penal establece que “la autoridad o funcionario público que, en provecho propio o de un tercero, admitiera, por sí o por persona interpuesta, dádiva o regalo que le fueren ofrecidos en consideración a su cargo o función, incurrirá en la pena de prisión de seis meses a un año y suspensión de empleo y cargo público de uno a tres años”.

Se trataría, en todo caso, de una interpretación muy restrictiva de este precepto legal.

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Frente a ese debate que algunas pocas voces trataron de suscitar, Confidencial Digital ha podido saber que los policías nacionales que se encuentran en la Jefatura Superior de Policía están o bien repartiendo, o bien haciendo uso de todos estos regalos.

Alimentos perecederos

Gran parte de los regalos que han llegado estos días a le jefatura de Vía Layetana son comida. “Y se ha hecho y se está haciendo uso de ello, porque es perecedero y si no, se pone malo”, apuntan fuentes policiales.

Por eso, todos los alimentos se subieron a una sala. Había muchas cajas de bombones, tartas, algunas botellas de vino... “Los turnos de policías que van rotando hacen uso de ello”, explican policías nacionales allí presentes, que ponen como ejemplo que cuando salen de servicio cogen, por ejemplo, bolsas de magdalenas, o bocadillos recién hechos el primer día, para tomárselos.

La ‘estrella’ de este tipo de regalos fue un jamón ‘cinco jotas’ que un hombre entregó, por encima de las vallas de metal que protegen la jefatura, a los agentes que vigilaban el edificio.

Los policías nacionales que lo recibieron, y en general los que se encontraban en la Jefatura Superior, acordaron tener un detalle con uno de los agentes heridos de mayor gravedad en los disturbios. Así que lo apartaron, poniendo una nota, para entregárselo como reconocimiento por las graves heridas sufridas en los disturbios provocados por los independentistas radicales y antisistema.

Flores para una iglesia

También las flores -ramos, centros...- han llegado masivamente a la Jefatura Superior de Policía de Cataluña, tanto de catalanes que se acercaron a entregárselas en mano a los agentes, como de ciudadanos de otros lugares de España que se las hicieron llegar.

En este caso, muchas flores han acabado en las vallas de la jefatura, como recuerdo de este homenaje.

“Pero como hay tantas, algunas las han entregado a una iglesia que está detrás de jefatura, en el casco antiguo de Barcelona”, explican a Confidencial Digital esas fuentes policiales.

Y, por último, otros obsequios que han ido llegando, cartas, figuritas, “quedan de recuerdo en una habitación de jefatura que ha quedado para guardar allí” el resto de regalos de ciudadanos agradecidos a los policías nacionales por su papel (junto a los Mossos d’Esquadra y la Guardia Civil) para hacer frente a los independentistas radicales que durante la semana pasada, principalmente, provocaron disturbios en las calles de Barcelona y de otros municipios de Cataluña.