La justicia militar investiga el robo de pistolas a la Guardia Civil hace un mes
Tal y como reveló ECD, fueron sustraídas del puesto de Láchar (Granada) y recuperadas al día siguiente
El robo de armas y munición en las instalaciones de la Guardia Civil en el municipio granadino de Láchar va a ser investigado por la justicia militar.
Confidencial Digital ha podido confirmar que el Juzgado Togado Militar Territorial nº 23 de Almería ha abierto un “procedimiento en averiguación de los hechos que dieron lugar a la sustracción de diverso material” en ese acuartelamiento dependiente de la Comandancia de Granada.
Los hechos, tal y como reveló ECD el domingo 24 de febrero, se descubrieron cuando un agente acudió ese día, por motivos particulares, al puesto de Láchar: uno de los acuartelamientos de la Guardia Civil que no permanecen abiertos siempre al público, sino que tienen un horario de atención a los ciudadanos entre semana, y los fines de semana se cierran.
Aprovechando que estaba cerrado, un o unos ladrones penetraron en el puesto de Láchar, y de las taquillas de los agentes se llevaron cinco armas cortas, pistolas, así como una buena cantidad de munición, en torno a 150 balas del calibre 9 mm.
Al detectarse el robo, la Guardia Civil envió a la Policía Judicial a investigar los hechos en el puesto de Láchar, y además lanzó una alerta a todas las unidades de Granada, para que estuvieran prevenidas y atentas ante este robo de armas; robo que, al producirse en nivel 4 de 5 de alerta antiterrorista, causó aún mayor inquietud.
Sin embargo, al día siguiente la misma Guardia Civil consiguió detener a un hombre acusado del robo y recuperó las armas sustraídas.
En estas semanas, el Instituto Armado ha identificado y arrestado a otras dos personas acusadas de haber participado en la entrada en el puesto de Láchar y el robo de las armas, que se cree que iban a ser vendidas en el mercado negro.
Ahora, debido a la naturaleza militar de la Guardia Civil, un juzgado militar investiga las circunstancias del robo que, por otro lado, resucitó una vieja reivindicación de agentes y asociaciones profesionales: que se instalen armeros donde custodiar con mayor seguridad las armas de dotación, en vez de dejarlas en las simples taquillas de los vestuarios, donde como ocurrió en Láchar es más fácil robarlas.
