El marroquí detenido en Lyon por el 11-M resucita la incógnita de las cien huellas del piso de Leganés

Los investigadores recuerdan que se hallaron un centenar de pruebas dactilares no identificadas. Muchas de ellas en libros sacados de bibliotecas de mezquitas

El piso de Leganés tras la explosión realizada por los terroristas en abril de 2004.
El piso de Leganés tras la explosión realizada por los terroristas en abril de 2004.

El juzgado de instrucción número 6 de la Audiencia Nacional está a la espera de recibir toda la información referente a la detención de un ciudadano marroquí afincado en Lyon y cuyas huellas coinciden con unas de las halladas en el piso de Leganés, clave en los atentados del 11-M.

Mustapha B., de 43 años, vivió en España a principios de la pasada década. Sus huellas no constaban en ninguna base de datos policial ya que, como explican fuentes de la seguridad del Estado consultadas por ECD, “no estaba fichado por ningún delito”.

Sin embargo, en una operación de la policía francesa se identificó sus huellas con unas pruebas dactilares que había obtenido en 2004 la Policía Nacional en el escenario del piso de Leganés, donde se inmolaron buena parte de los responsables del 11-M.

En un primer momento se relacionó la detención con Mohamed Belhadj, marroquí huido de la justicia hasta que fue detenido hace una década en Marruecos. Fue él quien alquiló el piso de Leganés. Sin embargo, el detenido en Lyon no tiene nada que ver con este individuo.

El hallazgo de las huellas de Mustapha B. en el piso de Leganés “no es concluyente de nada” explican las fuentes consultadas. Y es que en el domicilio que los terroristas volaron por los aires activando los explosivos que almacenaban -según la versión que figura en la sentencia del caso- se hallaron más de un centenar de huellas.

Muchos de esos rastros dactilares son, a día de hoy, una de las incógnitas sin resolver de la investigación. Una buena parte de ellas quedaron sin identificar al no encontrarse coincidencias en bases de datos policiales de España y otros países.

Cuentan estas voces que los objetos -que acabaron desperdigados a decenas de metros a la redonda del piso- donde se encontraron más huellas fueron libros y carátulas de CDs y DVDs que se encontraban en el interior del piso de Leganés.

Una buena cantidad de esos libros y discos no era propiedad de los terroristas, sino que habían sido extraídos de algunas mezquitas y bibliotecas de centros de estudio árabes frencuentadas por los terroristas. Por ello, las muestras estaban ‘contaminadas’: habían pasado por muchas manos de personas que no tenían nada que ver con el 11-M.

Ahora, desde la Audiencia Nacional se intentará comprobar si el caso del marroquí detenido en Lyon corresponde a uno de estos casos sin conexión con el 11-M o si, por el contrario, puede suponer una prueba desconocida hasta ahora para esclarecer los atentados más sangrientos que se han cometido en toda Europa.

 

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