El plan antisuicidios de la Policía asistirá a los agentes que combaten la pornografía infantil

La Dirección General habilitará un teléfono confidencial de atención psicológica 24 horas para prevenir situaciones de vulnerabilidad

Agente de la Policía Nacional (Álvaro García Fuentes @alvarogafu).
Agente de la Policía Nacional (Álvaro García Fuentes @alvarogafu).

Un policía nacional de 42 años baja a los calabozos de unos juzgados, desenfunda su arma reglamentaria y se dispara mortalmente a la cabeza. Sucedió a finales de agosto en la Ciudad de la Justicia de Elche (Alicante), y es uno de los suicidios de agentes de las Fuerzas de Seguridad que el Ministerio del Interior pretende frenar.

Confidencial Digital ha tenido acceso al borrador del “Plan de promoción de la salud mental y prevención de la conducta suicida en la Dirección General de la Policía”, un documento con el que la Policía Nacional va a implantar medidas para intentar poner coto a un problema que los sindicatos policiales llevan años denunciando. También la Dirección General de la Guardia Civil está preparando un plan similar.

Los datos del Ministerio del Interior indican que entre 2014 y 2018 se suicidaron 107 efectivos, de ellos 50 policías nacionales y 57 guardias civiles. La plataforma Zero Suicidio Policial ha contabilizado, entre 2016 y 2018, un total de 45 guardias civiles, 33 policías nacionales, 19 policías locales y seis autonómicos, a los que se añaden 23 de todos los cuerpos, en lo que va de 2019.

“Intervenciones sensibles”

El plan antisuicidios de la Policía Nacional establece tres niveles de prevención: primaria, secundaria y terciaria. El nivel secundario “se centra en la detección del daño psicológico en sus fases iniciales o estadios precoces o prepatológicos, en los que la adopción de medidas adecuadas puede frenar o impedir su progresión”.

El borrador de este plan, al que ahora los sindicatos del cuerpo presentarán alegaciones, incluye dentro de esa prevención secundaria medidas para prevenir situaciones que denomina “de vulnerabilidad tras la participación en intervenciones sensibles”.

Por ejemplo, el documento, al que ha tenido acceso ECD, contempla que la Dirección General de Policía proporcione recursos de apoyo y consejo psicológico a los agentes dedicados a una serie de tareas especialmente delicadas.

Pornografía infantil, violencia de género

Aparecen citados como destinatarios preferentes, por ejemplo, los policías destinados en especialidades como la lucha contra la pornografía infantil.

También se cita a los efectivos que trabajan en casos de violencia de género, a los que atienden a menores, los que asisten a autopsias e identificaciones de cadáveres, y los que reciben a expatriados que regresan de lugares conflictivos.

Se entiende que los policías que se dedican o que participan en estas “intervenciones sensibles” pueden sufrir un daño psicológico que conduzca, en mayor medida que en otras especialidades de la Policía, a los estadios precoces o prepatológicos que tratan de abordar las medidas de prevención secundaria.

 

El plan antisuicidios contempla también prestar especial atención a los agentes que hayan tenido que hacer uso de su arma reglamentaria en el transcurso de una intervención policial, es decir, que puedan haber herido o incluso provocado la muerte a alguien.

Teléfono confidencial 24 horas

Dentro de esa misma prevención secundaria, la Dirección General de Policía plantea crear un Equipo de Intervención Psicosocial, formado por psicólogos del cuerpo, para prestar asistencia a los agentes en prevención de la conducta suicida.

Para agilizar esa atención, pondrá en marcha un teléfono gratuito confidencial 24 horas al día, a través del cual ese Equipo de Intervención Psicosocial ofrecerá asistencia psicológica inmediata y permanente, primero por teléfono, para después asistirle ya de forma presencial.

Retirada del arma

La prevención terciaria agrupa todos aquellos “programas e intervenciones especializadas centradas en la prestación de atención y ayuda psicosocial a los funcionarios que presenten patologías de índole psíquico, hayan protagonizado una tentativa de suicidio o mostrado indicios de voluntad autolítica”.

En este ámbito, destaca la posibilidad de que el personal de atención psicológica realice propuestas cautelares de retirada de armas de fuego, oficiales y particulares. Hay que tener en cuenta que el acceso cercano al arma reglamentaria facilita que muchos de los suicidios de policías se produzcan por este medio.

También se prestará atención a los compañeros de los policías nacionales que consumen el suicidio, o que lo intenten sin éxito. Los psicólogos acudirán a las unidades de esos policías, para valorar el impacto en sus compañeros, y crearán “grupos de afrontamiento entre funcionarios afectados”, para que asimilen el impacto emocional de la muerte del agente.

Las bajas no perjudican la carrera

En el estadio más inicial (la prevención primaria), que trata de evitar que surja la patología psicológica y que busca reducir la aparición de factores de riesgo, la Dirección General de Policía va a lanzar una serie de campañas para sensibilizar a su plantilla sobre la relevancia de la salud mental.

Entre esas campañas prevé que varias vayan enfocadas a aumentar la “tolerancia ante la fragilidad psicológica”, es decir, que deje de ser un tabú sufrir problemas de este tipo. También buscará con estas campañas “desmitificar que una baja pueda perjudicar la carrera profesional”.

Cabe destacar que se van a incorporar contenidos relativos a la promoción de la salud mental y la prevención de la conducta suicida en los programas formativos de ingreso, es decir, en los temarios de las oposiciones para entrar, tanto a la Escala Básica, como a la Escala Ejecutiva.

En las mismas oposiciones también se implantarán mecanismos de detección de factores de alteraciones de índole psíquica a lo largo de todo el procedimiento de selección de aspirantes a ingresar en la Policía Nacional. Por ejemplo, a las baterías de cuestionarios y entrevistas que se realizan a los aspirantes se incorporarán preguntas “con capacidad predictora de conductas suicidas o anomalías psíquicas”.

Habrá un protocolo más concreto

Desde el Sindicato Profesional de Policía (SPP) explican que este plan es un documento más genérico, que establece unas líneas maestras que luego se concretarán en un protocolo en el que ya se está trabajando por parte de la Dirección General y los sindicatos.

Dicho protocolo irá aún más al detalle de medidas de prevención y reacción, en base a lo establecido en el plan, y además se prevé que, cuando esté listo y se apruebe, los policías nacionales tendrán incluso que confirmar que han leído dicho protocolo. Así se asegurará que todos los agentes conocen las medidas para evitar suicidios, y todos los mecanismos a su disposición para ayudarles.

Por otra parte, fuentes del Sindicato Unificado de Policía (SUP) lamentan que se haya elaborado el borrador sin el concurso de las organizaciones representativas de los agentes. En todo caso, ahora estudiarán el borrador y enviarán alegaciones, que se espera que se traten en la Comisión de Salud Laboral de la Policía, para llegar a un texto final que se aprobará próximamente para que entre en vigor.

También echan de menos que no exista un protocolo específico centrado en el control de la salud, dentro del ámbito de la prevención de riesgos laborales, que serviría también para evitar que aparezcan, o detectar pronto los síntomas de conductas suicidas.

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