La Policía empieza a repartir chalecos para portar cámara personal y pistola taser

Los agentes llevan años reclamando sistemas de grabación que permitan registrar sus actuaciones para defender ante denuncias por el uso abusivo de la fuerza

Uno de los nuevos chalecos antibala de la Policía Nacional.
Uno de los nuevos chalecos antibala de la Policía Nacional (Foto: @deltapoliceman).

La Policía Nacional avanza para extender entre sus agentes el uso de la pistola eléctrica, la conocida como taser. Este arma no letal es vista por muchos policías como un medio clave ante determinadas intervenciones, así como la cámara personal que acompaña la taser.

Según explican a Confidencial Digital fuentes internas del cuerpo, en fechas recientes se han empezado a repartir en varias comisarías de la Policía Nacional chalecos antibala que incorporan algunas novedades respecto a los modelos que hasta ahora se usaban.

Los nuevos chalecos de dotación están pensados para que los agentes incorporen la taser y la cámara personal.

La pistola eléctrica iría enfundada en uno de los compartimentos que ofrece el chaleco. Justo encima, en el centro del pecho, el chaleco incluye unas cintas. Según las fuentes consultadas, ahí se colocaría la cámara personal que grabaría las actuaciones policiales.

En todos los cuerpos piden taser y cámaras

Desde hace años, agentes de todos los cuerpos policiales (Policía Nacional, Guardia Civil, policías autonómicos y locales) reclaman la incorporación de dos elementos que consideran clave para poder intervenir con garantías ante incidentes en la calle.

Por un lado, piden que se extienda el uso de la taser, la pistola que lanza unos elementos que dan descargas eléctricas e inmovilizan a una persona que pueda representar una amenaza. Lo consideran una buena opción para poder inmovilizar, por ejemplo, a alguien violento que esgrima un cuchillo, pero sin tener que recurrir a dispararle un tiro con el arma corta de dotación, que en principio le causará daños físicos de mayor gravedad.

Como también ha habido polémicas con el uso de la taser, la idea es complementarla con una cámara de vídeo personal que se activa al hacer uso de la taser. La cámara graba desde el pecho del agente, así se ve lo que hay ante él y cómo actúa ante una situación de peligro.

La demanda de que se dote a los agentes de cámaras personales ha ido creciendo en todos los cuerpos policiales desde hace años. Sobre todo, apuesta por ella los policías de las unidades antidisturbios, que se ven en muchas ocasiones señalados mediáticamente, cuando no denunciados ante un juez, bajo la acusación de haberse excedido en el uso de la fuerza.

Lo mismo ocurre con otros agentes que, al patrullar por las calles o acudir a algún aviso, se han visto envueltos en intervenciones polémicas, por ejemplo, al reducir a una persona violenta o que se resistía a seguir sus instrucciones.

 

Como tanto los detenidos como otras personas suelen sacar los móviles para grabar las intervenciones policiales, muchos agentes consideran que ellos deberían contar con cámaras que registren todo lo que ocurre en su trabajo.

De esta forma, podrían aportar a un juez la grabación, como prueba de su intervención frente a posibles imágenes manipuladas o sacadas de contexto, y para defenderse de esas denuncias por “violencia policial”.

Por ahora los chalecos con esas modificaciones para permitir incorporarles cámara personal y taser se han repartido en un número reducido de unidades y comisarías, para probarlos.

La norma de las taser de la Policía

La Dirección General de la Policía aprobó la Resolución de 21 de diciembre de 2020, por la que se imparten instrucciones sobre la utilización del inmovilizador eléctrico por parte de la Policía Nacional.

Esta resolución establece, por ejemplo, que los policías deben pasar un curso de capacitación para poder utilizar este nuevo dispositivo no letal. Indica las situaciones en las que se puede usar, y cómo, y también menciona las imágenes grabadas.

El procedimiento regulado por la Dirección General de la Policía contempla que “siempre que sea posible y se disponga de los medios adecuados, se deberá grabar el desarrollo de la actuación y registrar imágenes de la parte del cuerpo donde se ha aplicado la descarga”. Indica además que “en su caso, no se detendrá la grabación hasta que se dé por finalizada la actuación en el lugar de los hechos”.

Siempre que se dispare la pistola eléctrica, los policías tendrán que informar a un juez y redactar un atestado. La Dirección General establece que “en las diligencias instruidas deberá constar que tanto el cartucho utilizado como las imágenes grabadas, en su caso, quedarán en depósito en dependencias policiales, a disposición de la autoridad judicial”.

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