La Policía sospecha que Pablo Iglesias difundió la carta con balas sin consultar a Marlaska

Critican que la publicación de la imagen del sobre con los proyectiles perjudica la investigación. No creen que detrás exista una actividad organizada

Carta con balas y amenazas enviada a Pablo Iglesias.
La fotografía de la carta con balas publicada por Pablo Iglesias en las redes sociales

El jueves 22 de abril, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no vivieron un día precisamente tranquilo. Singularmente, los funcionarios que se encontraban en la puerta del Ministerio del Interior, en la Dirección General de la Guardia Civil y la sede de la Secretaría de Estado de Seguridad. Se encontraron con varios sustos a lo largo de la mañana y la tarde que bien les podía haber costado el puesto. 

Son todavía muchas las incógnitas abiertas sobre las cartas remitidas al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; al ex vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias; y a la directora general de la Guardia Civil, María Gámez

Confidencial Digital ha consultado a diversas fuentes competentes para tratar de reconstruir lo que sucedió ese día y agrupar los datos de la investigación que se conocen hasta el momento. 

Pasaron el escáner

El edificio del Ministerio del Interior, ubicado en paseo de la Castellana 5, fue el primero en recibir la correspondencia la pasada semana. 

En un acto rutinario, el cartero entró, depositó las cartas y paquetes, y todas pasaron por el escáner a la vez. Precisamente la rutina, y el hecho de que se introdujeran todos los paquetes en la máquina juntos fueron los fallos que provocaron que el sobre con las balas en su interior subiera al piso de la secretaria del ministro, señalan las fuentes consultadas. 

Un episodio similar, y prácticamente simultáneo, sucedió en la Dirección General de la Guardia Civil, en la calle Guzmán el Bueno. Al igual que en Interior, guardias civiles son los responsables de la seguridad. Allí, el paquete se coló también en el escáner con otros muchos envíos, y llegó al despacho de la secretaria de Gámez. 

Miembros de la secretaría en ambos casos – el de Marlaska y el de Gámez- abrieron los paquetes y se encontraron la sorpresa.

El envío a Pablo Iglesias

Lo sucedido con Pablo Iglesias fue diferente. El primer dato extraño es que su carta no la recibió el edificio de la Vicepresidencia Segunda, en el Paseo del Prado, ni tampoco la sede de su partido, Podemos. El sobre llegó a la Secretaría de Estado de Seguridad, ubicada en la calle Amador de los Ríos, pero de cuya protección se ocupa la Policía Nacional

Esa tarde, el funcionario de la puerta, al recibir el paquete con el nombre de Pablo Iglesias trató de devolverlo al cartero, diciendo que no era allí donde debía entregarlo. 

 

Entonces, el inspector jefe que se encontraba cerca, y que conocía lo que había sucedido por la mañana en las otras sedes públicas, ordenó que se pasara por el escáner. “Revísalo primero, porque mira lo que ha pasado esta mañana ahí enfrente”, señaló el funcionario al edificio de Interior. 

Efectivamente, dentro del sobre había cuatro proyectiles de Cetme. 

Técnicos de explosivos

A partir de ese momento se puso en marcha el protocolo de actuación fijado para estos casos. Primero se avisa a la Sala Operativa Titán 0, que son los responsables de enviar a los Tedax NRBQ

Los técnicos especialistas en la desactivación de artefactos explosivos dan cuenta de que no existen riesgos de deflagración, y entonces se traslada a otra unidad para comenzar con las investigaciones. En este caso, se enviaron las diligencias a la Policía Científica y a la Judicial.

Ha habido críticas a Pablo Iglesias  por haber abierto la carta, con el riesgo consiguiente de romper la cadena de custodia y dejar rastros biológicos en la carta.

Sin embargo, las fuentes por Confidencial Digital cuentan que no la abrió el ex vicepresidente, sino que lo hizo la propia Policía

La carta de Iglesias, la única pública

De las tres cartas enviadas en ese primer momento, a las que se han ido sumando esta semana la interceptada en Barcelona y dirigida a la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso, otra en Madrid al expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, y una segunda a la directora de la Guardia Civil, la única de la que se ha difundido una fotografía es la de Iglesias

Cabe recordar que también hay imágenes de la navaja enviada a la Ministra de Industria, Reyes Maroto, pero de esta se ha conocido autor, y la Policía ha descartado, después de su interrogatorio, que se trate de una amenaza. El hombre, que padece esquizofrenia, relató a los agentes que pretendía evocar al ‘Informe navajas’ con ese envío, que no incluía ningún relato amenazante, como contó Confidencial Digital

Iglesias publicó en Twitter la imagen en la que podía verse, tanto el sobre, como la carta manuscrita y los cuatro proyectiles

Estrategia de Marlaska

Fuentes de las Fuerzas de Seguridad consultadas dudan mucho que el ministro del Interior diera permiso al líder de Podemos para revelar públicamente el contenido del sobre de una forma tan explícita. De hecho, ningún miembro más del Ejecutivo lo ha hecho.

En este sentido, la Policía cuestiona si se trata de una estrategia de Interior, o más bien ha sido un notable error. Estas fuentes relatan que en ocasiones el ministerio hace públicas determinadas investigaciones cuando puede ayudar en el avance de las mismas. Pero suele hacerse una vez las pesquisas han avanzado pero están atascadas, y no al inicio de las mismas, como ha sucedido en este caso. 

Como no existen imágenes de las otras misivas a Marlaska o a Gámez, las fuentes consultadas señalan que fue una imprudencia por parte del líder morado poner esta fotografía en redes sociales, porque puede dar pistas a los autores

Lo que se sabe hasta el momento

Dos unidades están trabajando conjuntamente en la investigación de las cartas. La Policía Científica, buscando huellas y restos biológicos en la carta o en las balas. Diversas fuentes explican a ECD que no hay información concluyente al respecto.

Por otro lado, la Comisaría de Policía Judicial tiene abiertas varias líneas de investigación para tratar de cercar a los sospechosos. Una vez localizado el buzón desde el que se introdujeron las cartas, tratan de acotar las horas en las que se produjo el envío y cotejar esta información con las cámaras de seguridad de alrededor. 

También se ha solicitado información a las compañías telefónicas para rastrear los dispositivos electrónicos que se encontraban en el momento en el lugar de los hechos.

Una aguja en un pajar

Las fuentes policiales consultadas tienen pocas esperanzas en encontrar al autor de los envíos. “Es como buscar una aguja en un pajar”, comentan. Se trata de una investigación compleja, para la que hay destinados entre cuatro y cinco agentes por unidad.

La Policía precisa que este tipo de amenazas no son una novedad, y que el único hecho distinto en esta ocasión es que se han hecho públicas

Los servicios de seguridad están acostumbrados a interceptar este tipo de amenazas, si bien es cierto que no es algo tan habitual hacerlo con balas en el interior de la misiva. Pero, aunque no le restan importancia, e insisten en que la investigación es necesaria, los agentes consultados no creen que los miembros del Gobierno estén en peligro ni que exista ninguna actividad organizada en este sentido.

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