Un refuerzo de seguridad en mayo había rebajado su actividad

Los narcos recuperan terreno en el Campo de Gibraltar gracias al conflicto de Cataluña

El desvío de efectivos de la Guardia Civil y la Policía Nacional ha permitido a las bandas volver a introducir droga con libertad

Policías controlan el tráfico de droga en el Campo de Gibraltar.
Policías controlan el tráfico de droga en el Campo de Gibraltar.

Una paliza a un guardia civil, policías locales embestidos por un coche, coches patrulla y hasta un helicóptero apedreados... La sucesión de agresiones cometidas contra agentes de las Fuerzas de Seguridad por parte de narcotraficantes y contrabandistas obligaron al Gobierno en mayo a reforzar de forma notable el despliegue de seguridad en el Campo de Gibraltar. Pero el efecto de esas medidas ha pasado, debido al despliegue extraordinario en Cataluña.

Hace unos días, la Subdirección General de Operaciones de la Agencia Estatal de Administración Tributaria aprehendió en el puerto de Algeciras el segundo mayor alijo de drogas incautado en España: 5,8 toneladas de cocaína ocultas entre plátanos procedentes de Colombia.

Este gran alijo detectado poco tiene que ver con el tráfico a menor escala, pero mucho más frecuente y difícil de frenar, que tiene como destino las playas de la punta sur de la provincia de Cádiz, desde Barbate hasta La Línea de la Concepción, y también en la zona de San Roque.

Fuentes policiales de la zona explican a El Confidencial Digital que las redes de narcotráfico y de contrabando están recuperando en los últimos meses el terreno que habían perdido con el envío de refuerzos de la Policía Nacional y la Guardia Civil al Campo de Gibraltar.

Refuerzos tras la suma de agresiones

En la primera mitad de año, los narcotraficantes dieron un verdadero salto cualitativo en su agresividad contra las Fuerzas de Seguridad. La oleada de violencia venía de más lejos, pero en los meses de marzo, abril y mayo se sucedieron episodios en los que narcos y bandas de contrabandistas agredieron a agentes de Policía y Guardia Civil.

Los casos fueron tan frecuentes y graves que la Delegación del Gobierno en Andalucía decidió reforzar de forma extraordinaria el despliegue de seguridad. En La Línea de la Concepción y otros municipios del Campo de Gibraltar se establecieron fuertes controles a cargo de grupos antidisturbios, como las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional y los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil.

Las fuentes consultadas por ECD aseguran que este dispositivo especial consiguió frenar a los narcos que, como se contó en estas páginas, se habían “envalentonado”. La mayor presencia y los controles de la Policía Nacional y la Guardia Civil surtieron efecto, y la actividad de tráfico de drogas y de contrabando se redujo en la zona.

Antidisturbios enviados a Cataluña

Pero ha sido una solución temporal. Así lo explican policías de la zona, ya que en las últimas semanas y meses ha rebrotado el tráfico de estupefacientes: “Están entrando las lanchas con chocolate”, es decir, el tráfico de hachís desde el norte de África en pequeñas embarcaciones que toman tierra en la costa de Cádiz, y que luego se mueve por el Campo de Gibraltar.

El problema es que buena parte de ese despliegue excepcional que reforzó la seguridad con agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil se ha retirado. ¿Motivo? En gran medida, el envío a Cataluña de miles de efectivos a partir del mes de septiembre, antes del referéndum del 1 de octubre.

Por ejemplo, en esta comarca se habían desplegado grupos de la IV UIP, con base en Sevilla. Estos agentes fueron retirados del sur de Cádiz, donde estaban siendo muy eficaces como forma de disuadir a los narcos, y fueron trasladados a Cataluña, al igual que otras muchas unidades policiales.

 

Medidas insuficientes

Mientras tanto, se ha creado un Grupo Operativo de Respuesta (GOR) dedicado a combatir el narcotráfico en el Campo de Gibraltar. Sin embargo, las fuentes consultadas lamentan que es una medida insuficiente: son apenas una docena de agentes, en comisión de servicio por seis meses renovables.

No se ha designado, a un segundo fiscal antidroga de refuerzo para esa zona, como pedían los sindicatos policiales, ni tampoco se ha creado una Unidad de Prevención y Reacción. A esto hay que añadir que el repunte en la llegada de pateras con inmigrantes también detrae a un buen número de agentes de la Policía Nacional.

Todo ello ha provocado que los narcos ganen terreno, y que asociaciones contra la droga como Barrio Vivo de Algeciras están iniciando contactos, por ejemplo con la Subdelegación del Gobierno en Cádiz, para mostrar -incluso con manifestaciones que ya están barajando- su preocupación por ese repunte del tráfico de estupefacientes.

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