Víctimas de ETA exigen a Sortu que convenza a los etarras para desvelar dónde están los cuerpos de tres jóvenes asesinados por la banda

Se cumplen 50 años de la desaparición en Francia de José Humberto Fouz, Jorge Juan García y Fernando Quiroga, que fueron torturados y asesinados al ser confundidos con policías

Manifestación de Covite.
Manifestación de Covite.

La Fundación Fernando Buesa Blanca, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) y ‘Gogoan, por una memoria digna’ han lanzado un reto a Sortu, el partido heredero de Batasuna, para que ayude a resolver un triple asesinato cometido por ETA.

Estas tres asociaciones de víctimas del terrorismo e implicadas en deslegtimar la violencia etarra han recordado que se cumplen 50 años de la desaparición de tres jóvenes en el suroeste de Francia.

“En la tarde del 24 de marzo de 1973, hace hoy justo 50 años, tres jóvenes gallegos residentes en Irún, José Humberto Fouz, Jorge Juan García y Fernando Quiroga, desaparecieron en el País Vasco francés”, donde habían viajado para ver la película ‘El último tango en París’, que estaba prohibida en España por la censura franquista.

Miembros de ETA creyeron que no eran simples aficionados al cine, sino que pensaron que se trataba de tres policías españoles. Así que los secuestraron, los torturaron para tratar de sacarles información, y finalmente los asesinaron. También los enterraron en un lugar que hasta ahora no se ha conocido.

Las tres asociaciones citadas señalan que las familias de estos tres jóvenes “han venido trabajando desde entonces y lo siguen haciendo en la actualidad, buscando justicia y, lo que es muy importante para ellas, conocer dónde están sus restos para darles una sepultura digna y cerrar el duelo”.

Al cumplirse medio siglo de estos crímenes, se dirigen públicamente a Sortu, “el que fuera brazo político de la organización terrorista”, que si bien “ha acatado la legalidad constitucional y dice buscar la convivencia en el País Vasco”, “continúa sin hacer autocrítica de su apoyo” a ETA.

Le reprochan que este partido de la izquierda abertzale oficial “dicen estar dando pasos hacia la convivencia que consideramos claramente insuficientes, como ya hemos venido reiterando en los últimos meses”.

Así que la Fundación Fernando Buesa Blanco, Covite y Gogoan retan a los dirigentes de Sortu, a quienes “se les presenta una magnífica oportunidad para demostrar la sinceridad de sus planteamientos desvelando el lugar en el que se encuentran los restos de estas personas”.

Apuntan que están convencidos de que “ningún responsable actual de Sortu conoce directamente este dato, pero estamos seguros de que sí que saben quién lo puede conocer”.

 

Por eso les reclaman que los líderes de Sortu investiguen, realicen indagaciones entre los miembros de ETA que pudieran estar en activo en la etapa de estos asesinatos, o que puedan tener información sobre el caso, para que “la trasladen, si quieren de forma indirecta, a los familiares”.

Para estas asociaciones de víctimas del terrorismo, de esta forma “conseguirían las familias de las víctimas satisfacer su derecho a la verdad, ese que llevan persiguiendo cincuenta años. Si conocieran, por fin, la ubicación de sus restos, verían aliviada una parte importante de su sufrimiento”.

Añaden que no piden una “delación, sino compasión con unas familias que llevan medio siglo soportando el dolor de la pérdida junto a la imposibilidad de llevar a cabo una despedida digna a sus seres queridos”.

“Si tienen un mínimo de sensibilidad y su apuesta por la convivencia es sincera”, retan a Sortu, “aprovechen esta oportunidad y cuéntenlo de una vez”.

Recuerdan que, aunque ETA está “disuelta y desaparecida, quedan más de tres centenares de asesinatos sin resolver y cuatro cuerpos de sus víctimas sin encontrar, ya que también hay que sumar a los citados el asesinato y desaparición de Eduardo Moreno Bergareche ‘Pertur’”, un dirigente etarra que se sospecha que fue asesinado por otra facción de la banda terrorista.

El Colectivo de Víctimas del Terrorismo está presidido por Consuelo Ordóñez, hermana de Gregorio Ordóñez, concejal del PP en San Sebastián que fue asesinado a tiros en 1995.

Por su parte, la Fundación Fernando Buesa Blanco se constituyó en memoria del portavoz del PSE en el Parlamento Vasco que fue asesinado, junto a su escolta Jorge Díez Elorza, con un coche bomba en Vitoria en 2000. La dirigen la viuda, Natividad Rodríguez, y la hija de Buesa, Sara Buesa.

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