¿Apoya los referéndums de Carmena?

Esta semana saltaba la polémica en torno a las consultas populares impulsadas por el Ayuntamiento de Ahora Madrid. Sus detractores alegan que se trata de una iniciativa que nada tiene que ver con la democracia participativa; quienes están a favor la consideran una medida por la que se involucra a los ciudadanos en el Gobierno de la ciudad. Pero, y usted, ¿apoya los referéndums de Carmena?


El concejal Pablo Soto es delegado del Área de Participación Ciudadana, Transparencia y Gobierno Abierto y, por tanto, máxima responsable de este tipo de iniciativas. Afirma que su objetivo es convertir Madrid en una referencia mundial de participación ciudadana, pero lo cierto es que en lo que va de año no ha podido tramitarse ninguna medida por falta de votos.

El Consistorio de Manuela Carmena estableció como condición inicial para esto que la propuesta debía presentarse en la web DedideMadrid.es y lograr un apoyo mínimo del 2% del censo de la capital. Esto es, de 54.128 madrileños.

Un apoyo ciudadano relativo

Sin embargo, al término del mes de julio, ninguna idea ha alcanzado este nivel de respaldo, motivo por el que los concejales de Ahora Madrid proponen rebajarlo a la mitad. Plantean también que, con independencia del umbral, se sometan a votación las tres propuestas más secundadas. En este momento, son: establecer un billete intermodal de transportes (34.267 apoyos), impulsar un conjunto de medidas que hagan de Madrid una ciudad sostenible (27.775) y establecer el cobro del IBI a los edificios de la Iglesia (18.849).

Una iniciativa que sí ha llevado a cabo el equipo de Manuela Carmena es la de los presupuestos participativos. Con un sistema similar al de las propuesta-voto mencionada, el 1’4% de lo madrileños decidió en qué se invertirán 60 millones de euros de la partida de 2017. En total 206 medidas, entre las que destacan la implantación de huertos urbanos en Chamberí y Moratalza, el establecimiento de sonómetros en farolas y edificios y la construcción de un parque canino en el distrito de Barajas.

Y todo ello determinado por apenas 45.000 madrileños. Un porcentaje bajo que Pablo Soto justifica por el hecho de que las consultas “están arrancando: puede considerarse una cifra razonable si se compara con el pasado u otras ciudades de nuestro tamaño que están haciendo procesos similares”.

Reconoce que el margen de crecimiento es altísimo, pero se muestra satisfecho porque entiende estas consultas como una forma de promover la democracia directa: “Existe el consenso social de que no queremos votar cada cuatro años (…) Lo que hacía falta es que las instituciones buscasen soluciones y esto se consigue poniendo en marcha procesos”.

Divergencia de opiniones sobre su objetivo

Unos procesos que Fernando Pindado, secretario general del Observatorio Internacional de la Democracia Participativa (OIDP), coincide en calificar de positivos: “Es útil que haya un portal donde la gente opine y dé su opinión sobre una determinada cuestión.” Apoya, por tanto, la inciativa de Pablo Soto y alaba “la situación análoga que ha impulsado para constituir un sistema por el que el ciudadano tenga voz y participación”.

Todo lo contrario sostienen otros expertos en la materia consultados por El Confidencial Digital, que califican la iniciativa de Ahora Madrid como “un truco para dar legitimidad de democratismo ciudadano a medidas que siguen una orientación muy respetable, pero concreta, y que no es compartida por el conjunto de la ciudadanía”.

Estas fuentes añaden que, al necesitar en última instancia la aprobación del Pleno, se trata de “un proceso muy poco democrático porque, al final, la decisión la toman los políticos”. Continúa en su planteamiento de que, si allí un bloque ideológico tiene la mayoría, “ya se sabe qué medidas van a secundarse.”

El carácter no vinculante de las consultas, ¿algo de sentido común o un “señuelo”?

Fernando Pindado defiende el carácter indirecto que Manuela Carmena ha otorgado a las propuestas inscritas en Decide Madrid. Asienta su opinión, tanto en la baja participación que -por ahora- presentan las iniciativas como en lo esporádico de las mismas: “No puede tener efecto vincunlante porque las votaciones no se corresponden con el sufragio universal. No se tratan de consultas generalizadas”.

Además, asegura, que el Consistorio de Madrid no tenía otra opción en este aspecto: “Legalmente, para que el Ayuntamiento haga una consulta sobre algo de su competencia necesita la aprobación del Consejo de Ministros.” Algo que, en este caso, considera inverosímil.

En paralelo, los politólogos ya mencionados con los que ECD ha contactado aseguran que la necesidad de las medidas ciudadanas deban ser aprobadas por el Pleno clarifica el fin que Manuela Carmena persigue con sus consultas: “Son un señuelo para justificar medidas ideológicas”.

De esta manera se aprecia en los expertos la misma divergencia que uno respira en las calles de Madrid. El Pleno del Ayuntamiento ha tratado esta semana las condiciones y el proceso de gestión de las propuestas ciudadanas. En los próximos meses, sabremos el desenlace sobre los referéndums de Carmena con los que...¿usted está de acuerdo?

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