¿Creen los españoles que el fin del mundo está cerca?

Amaneció el 22 de diciembre de 2012 y la Tierra siguió (casi) igual que el día anterior. El posible apocalipsis maya previsto para el día 21 copó portadas, pantallas y emisoras, pero ¿de verdad el fin del mundo era sólo una superstición? A diario asistimos a fenómenos como el cambio climático, hambrunas, conflictos armados que no cesan... Pero, ¿creen los españoles en la posibilidad de un final de la vida conocida? ¿Qué hay detrás de ese miedo al futuro inmediato?

La destrucción del planeta. El apocalipsis. El fin de una era. La caída del capitalismo.

Profecías aparte, la humanidad ha experimentado con cada cambio de ciclo un enorme temor al futuro inmediato. Realmente no había tantas personas que estuvieran convencidas de que no habría porvenir más allá del 21/12/2012, pero cada vez está más claro que los desastres no entienden de fronteras ni idiomas. Hay motivos para inquietarse y para pensar que la vida pueda cambiar completamente en un instante.

En un mundo lleno de guerras, hambre, maremotos, discriminación y deforestación, los expertos aseguran que “el miedo al fin es un sentimiento muy humano”. Así lo afirma el profesor de Sociología Alejandro Navas, convencido de que “los nuevos ciclos, en un plano individual y social, siempre han despertado la curiosidad de la humanidad”. La oportunidad de “volver a comenzar, hacer borrón y cuenta nueva” es una de las grandes esperanzas de la sociedad. “Es lo que sucede después de cualquier revolución o cambio traumático: todo lo anterior desaparece y queda invalidado, incluso con violencia”, continúa el profesor de la Universidad de Navarra.

La crisis económica actual puede interpretarse como un punto de inflexión que podría llevar a Occidente a un nuevo escenario. “Cuando se producen grandes cambios, es imprescindible saber adaptarse, aunque también es natural sentir incertidumbre”, explica Navas. El miedo a desaparecer de la faz de la Tierra es un temor ancestral que nos ha servido “como motor evolutivo”.

¿Estamos preparados para cambiar de vida? Los españoles nos hemos visto arrollados por diferentes crisis en la historia reciente, y no sólo en lo económico. En los siglos XX y XXI vivimos una de las peores guerras civiles de Europa, hemos asistido a crímenes y crueles atentados terroristas durante años y a catástrofes naturales como la riada de Biescas (1996) o el terremoto en Lorca (2011).

El movimiento survalista (prepper en inglés) es un reflejo de esa sensación de vulnerabilidad de la especie humana. En las antípodas de la superstición, los preppers apuestan por la prevención: hay que estar preparados para cualquier cambio de escenario que nos obligue a dejar atrás el estilo de vida actual, en parte o por completo.

La ola de pensamiento survivalista es la respuesta de grupos e individuos ante amenazas que van desde “los desastres naturales” a los llamados “antrópicos, como la crisis económica o el colapso social”. Así lo explica Ernesto Blanco, uno de los representantes más activos de esta corriente en España. Trabajan desde la idea de que sí existe “un riesgo potencial significativo para el modelo de vida actual”.

¿Cuáles son las claves de la supervivencia para un survalista? “Prevención y preparación”, asegura Ernesto Blanco. “Todo el mundo tiene algo que proteger y todo es vulnerable en mayor o menor medida”, continúa. “La seguridad completa no existe”.

Aunque en muchos medios se da a entender que el movimiento survalista está ligado a EE.UU., lo cierto es que esta mentalidad ha existido “desde el origen de la vida; simplemente ha estado aletargada por la falsa sensación de seguridad que hemos tenido en los últimos años”, comenta Ernesto, militar de profesión..

“En España actualmente está explotando este movimiento” y esto se debe tanto a “la situación económica y social”, como al clima de “pesimismo, inestabilidad y vulnerabilidad”.

Ernesto, que gestiona las páginas preppers.jimdo.com y mundosurvivalista.com, comenta que en estos días de diciembre ha aumentado el interés por el survalismo. “Pasé de recibir visitas de 23 países a subir hasta 46 nacionalidades, desde todas parte del mundo”, explica.

Ernesto afirma que “en España tenemos muy buenos profesionales para responder a emergencias y desastres”, entre los que destaca la creación de la UME, “un total acierto”. Pese a ello, el ciudadano de a pie aún tiene que evolucionar e instruirse.

“Hace falta cultivar una mentalidad y una base de seguridad más amplia en el ámbito de la Protección Civil”, asegura. Un buen ejemplo lo tenemos en Japón y EE.UU.: “allí constantemente se realizan simulacros de terremotos en las escuelas”.

En este último trimestre de 2012 se han agotado en muchas tiendas los llamados kit de emergencias, pero ¿qué deben incluir? Según Ernesto, deben responder a las necesidades básicas durante, al menos, “72 o 96 horas”. Entre lo necesario está “comida enlatada o en conserva, botiquín de primeros auxilios, elementos de higiene, mudas y abrigo, así como copias de la documentación y dinero en metálico”.

Además, el survalista explica que actualmente existen muchos refugios o búnkeres en España, “la mayoría, legado de la Guerra Civil y las guerras carlistas”. Otro ejemplo es “el Fuerte de San Cristóbal en Navarra”: ocupa una extensión de 615.000 metros cuadrados y, según se dice, tiene “una cantidad indeterminada de subniveles” que conectan con el centro de Pamplona a través de galerías.

Las supersticiones o psicosis fin del mundo han empañado la imagen de los preppers en algunos ámbitos. Sin embargo, cada vez hay más personas “conscientes de la necesidad de prepararse ante amenazas comunes” y el pensamiento survalista cada vez cala más a fondo entre los españoles.

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