Españoles abandonados por Exteriores en Libia

Libia continúa convulsionándose por las revueltas generalizadas en contra de Gadafi. Y en medio de ese caos, cientos de españoles buscaban salir del país cuanto antes. Algunos de los que les pilló en Trípoli pudieron coger vuelos comerciales por su cuenta. El resto, diseminados por todo el país, no podían ni alcanzar el aeropuerto. Pero todos ellos coinciden en suspender las labores del Ministerio de Exteriores y de la embajada en Trípoli para devolverlos a España.

--Repsol hizo de embajada improvisada: la energética presidida por Antoni Brufau es al compañía que más trabajadores españoles tiene desplegados en Libia. Fue la primera en reaccionar para sacar a todos sus empleados del país. Mientras, Luis Francisco García Cerezo, embajador español en Libia, argumentaba que no era necesaria una evacuación al considerar los disturbios poco graves. Sin embargo, en el primer avión fletado por Repsol el pasado 22 de febrero regresaron 61 españoles. Entre ellos había trabajadores de otras compañías (Sacyr, Cobra y Exxon), dos becarios del Icex, tres monjas de la Caridad y 25 miembros de la embajada española. La delegación diplomática española abandonaba el país mientras el embajador y la ministra seguían insistiendo en que el resto de españoles se mantuvieran en sus domicilios y hoteles y aumentaran la precaución. Pero que no fueran al aeropuerto.

--Zapatero reaccionó tarde: el fin de semana del 18 al 20 de febrero, la situación en las calles de Trípoli y del resto de ciudades libias comenzó a descontrolarse. Empezaron los tiroteos y las primeras muertes. Los españoles que estaban en el país recuerdan que el ambiente era “muy tenso”. La embajada española en Trípoli ya había comenzado a recibir un aluvión de solicitudes para abandonar el país, solicitando el apoyo de la diplomacia. Sin embargo, el primer gabinete de crisis convocado por el Gobierno no llegó hasta el martes 22, cuando la situación se agravó con el duro discurso pronunciado por Gadafi encendió aún más la chispa de la rebelión en Bengasi, la ciudad donde más españoles residen y trabajan de toda Libia. Zapatero convocó al Palacio de La Moncloa a la Comisión Delegada del Ejecutivo para Situaciones de Crisis, formada por Alfredo Pérez Rubalcaba, Elena Salgado, Manuel Chaves, Trinidad Jiménez, Carmen Chacón, Ramón Jáuregui, Enrique Serrano (director de Gabinete de Presidencia), el general Félix Sanz Roldán (director del Centro Nacional de Inteligencia) y Antonio Camacho (secretario de Estado de Seguridad). Pese a todo, los temas principales fueron las revueltas de Egipto y Túnez, y el flujo migratorio que supondría para Europa las revueltas del Magreb. De los españoles atrapados en el aeropuerto de Trípoli, nada.

--Los vecinos europeos movieron ‘ficha’ pronto: Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Portugal… la práctica totalidad de los países europeos organizaron rápidamente operaciones para repatriar a sus ciudadanos. En España, Trinidad Jiménez alegó que la Unión Europea estaba organizando las evacuaciones. Pero lo cierto es que fue una labor que pusieron en marcha los socios. Todos, menos España. De hecho, algunos de los primeros en volver a España fueron trasladados a la Península por un avión fletado por Portugal.

--Un funcionario para evacuarlos a todos: Cuando el resto de países estaban enviando vuelos chárter para traer de vuelta a sus ciudadanos, la embajada española reaccionó enviando un funcionario al aeropuerto de Trípoli para coordinar e informar a los españoles que aparecían por allí buscando vuelos de salida para salir del país. Y lo que se les decía, según el testimonio de los repatriados, era “buscaos un vuelo comercial”.

--Sin plan de evacuación: lo más grave, según los españoles que vivieron estos tensos momentos, no fue que España no pusiera en marcha en los primeros momentos un plan de evacuación, sino que ni siquiera existía. Según confirmaron fuentes diplomáticas, no había ningún plan de evacuación elaborado pese a que el Magreb lleva meses en plena ebullición. Lo ocurrido en Túnez y Egipto no preocupó a la embajada española en Libia hasta que Gadafi salió a dar su discurso, en el que prometió dar “caza como a ratas” a los que encabezaban las revueltas. Sólo en ese momento, España comenzó a replantearse sus opciones.

--La primera evacuación oficial, una semana después de los disturbios: la primera operación de evacuación de españoles organizada por Exteriores no llegó hasta el pasado 24 de febrero, cuando el Gobierno envió un avión de la Fuerza Aérea española –un Boeing 707- enviado a Trípoli. En este avión se evacuaban a 124 personas, de las que 40 son españoles. Iban acompañados de cuatro miembros de los Grupos de Operaciones Especiales de la Policía Nacional.

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