Lemóniz, Leizarán, ‘Y vasca’: el itinerario de la violencia etarra contra las infraestructuras del País Vasco

El asesinato de Ignacio Uría, contratista de las obras de la alta velocidad vasca, ha traído al presente la oposición pasada –a veces coronada por el éxito- contra infraestructuras vascas y navarras como la central nuclear de Lemóniz o la autovía del Leizarán.

-         En octubre de 2007, ETA fijó como uno de sus objetivos la interrupción de las obras de la ‘Y vasca’, infraestructura ferroviaria que unirá entre sí a las capitales de las tres provincias vascas, y a estas con Madrid y con París mediante trenes de alta velocidad. Poco después del anuncio, el ministerio del Interior se incautó de un manual diseñado por la banda para practicar el ‘ecotaje’ o sabotaje ecológico contra las obras.

-         El proyecto de la ‘Y vasca’ coordina los esfuerzos y aportaciones económicas del Gobierno vasco y del Gobierno central, este a través del Ministerio de Fomento.

-         El asesinato del empresario Ignacio Uría, uno de los seis contratistas de las obras, es el saldo más sanguinario de la oposición de ETA a la nueva infraestructura. Pese a todo, no es el único atentado llevado a cabo por la banda para interrumpir las obras.

-         Así, en Hernani, ETA atentó el 12 de mayo de este año contra la empresa Amenábar, con dos bombas en las excavadoras de la firma. El 1 de junio, la banda atacó a la misma empresa en Zarauz con otra bomba que hirió a tres personas y provocó numerosos daños materiales. En Orio, ETA ha atacado a las empresas Fonorte y Acciona. A lo largo de 2007 hubo un total de doce ataques en localidades como Rentería, Baracaldo e Irún.

-         Las justificaciones alegadas por ETA y su entorno contra la ‘Y vasca’ atienden fundamentalmente a su carácter presuntamente desvertebrador del territorio vasco, en tanto que unen las capitales vascas con Madrid y con París.

-         La extrema izquierda nacionalista vasca también critica la infraestructura por motivos ecológicos. La obra cruza la vertiente sur de la comarca del Duranguesado, no lejos del Parque Natural de Urquiola, hábitat de especies como el avión zapador. El tren no atraviesa dicho Parque Natural pero aun así se considera que la obra es un despropósito ecológico y se alega que no hay información real sobre las obras (desmontes, escombreras, etc.).

-         También se critica el proyecto por motivos proteccionistas: potenciación de las grandes poblaciones en detrimento de las áreas rurales, perjuicio del gasto social por el alto coste de las obras, reforzamiento de un modelo neoliberal que sólo atiende al beneficio económico al utilizarse la red ferroviaria para transporte de mercancías, etc.

-         El asesinato de Uría y el resto de atentados contra la ‘Y vasca’ ha llevado a pensar en otros intentos de extorsión etarra contra infraestructuras en el País Vasco en Navarra. Los casos más relevantes son los de la central nuclear de Lemóniz y la autovía del Leizarán.

-         La central de Lemóniz, en la costa vasca, fue un ambicioso proyecto de la eléctrica vasca Iberduero –hoy Iberdrola-, que contemplaba construir varias centrales entre dicha costa y la ribera del Ebro. El proyecto empezó a materializarse en 1972. El PNV apoyaba el proyecto por garantizarse así la autonomía energética casi total del País Vasco. Pero ETA y otros grupos de izquierdas se subieron a la ola antinuclear. En los primeros ochenta, se transfieren al Ejecutivo vasco las competencias de energía pero la oposición seguiría siendo virulenta. A partir de 1977, ETA asesinó a siete personas en total, entre ellas un niño que golpeó un paquete bomba depositado en una sede de Iberduero. El proyecto quedó abortado definitivamente cuando la central nuclear estaba terminada y con todo a punto para empezar a funcionar. El motivo: la moratoria nuclear para España promulgada por el Gobierno de González en 1984.

-         La autovía del Leizarán, que comunica Pamplona y San Sebastián, fue un proyecto atacado en cerca de doscientas ocasiones por ETA, con un saldo de tres muertos y nueve heridos, y con preferencia por las cartas-bomba como método criminal, complementadas por coches bombas e incluso ataques directos a los cuarteles de la Guardia Civil encargados de vigilar las obras.

-         Las obras de la autovía sufrieron años de retraso por la violencia etarra, justificada en motivos ecológicos. Los ‘grupos Y’ de apoyo a ETA fueron los encargados del día a día del hostigamiento a las empresas contratistas y financieras del proyecto. La empresa de la última víctima de ETA, Ignacio Uría, de Altuna y Uría, también era contratista de las obras de la autovía del Leizarán. Finalmente, el proyecto y el trazado de la autovía fueron renegociados y replanteados entre PNV y la Coordinadora Lurraldea, de la izquierda abertzale, cuyos integrantes finalmente pasarían a Elkarri.

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