Problemas en los toros: pésimo San Isidro, críticas a ganaderos, toros y toreros, incidencia de la crisis económica

No atraviesa un buen momento la fiesta nacional. La crisis económica se deja notar en la organización de festejos y arrecian las críticas a ganaderos, toros y toreros tras un San Isidro poco memorable.

-         La Feria de San Isidro de 2009 ha conocido recortes presupuestarios que se han dejado sentir en la escasa publicidad de las corridas y en el menor número de invitaciones empresariales e institucionales.

-         La crítica especializada ha dejado oír su voz con indignación, haciéndose eco de un momento de pérdida de bravura que se achaca a ganaderos y a los propios toreros. También, en parte, al público: “¿qué público es este que se traga sin rechistar toritos como boquerones?”, se preguntaba en El Mundo Javier Villán.

-         “Los veterinarios han abierto en esta Feria la mano con irresponsabilidad y despilfarro”, afirma también Villán, quien se refiere a los toros como “simulacros de toros”. En El País, Antonio Lorca ha hablado de “desfiles de toros inválidos”, de “el antitoro como manifestación del fracaso ganadero” y de las “piltrafas que proclaman su ruina revolcándose por la arena, que adulteran la esencia de la lidia y convierten la corrida en un espectáculo denigrante y tedioso”, en un “naufragio tragicómico”.

-         Los toreros, según el mismo Lorca, tienen parte de culpa en la presencia de “tanta escoria de toro” pues “ellos eligen ganadería y toros, y son los primeros responsables del fracaso”. ¿La razón? Que “estos toreros son hijos de su época, que otra que la de la falta de respeto al toro bravo y al público”. André Viard, por su parte, habla de “terrible déficit de imagen” de los espectáculos taurinos, afirmando como “imprescindible” que “el toro siga siendo un animal fiero, bravo, auténtico y salvaje (…) nunca un producto de gran consumo”.

-         Crítico de una casta de críticos taurinos, Zabala de la Serna afirma que “de este San Isidro, cerrado casi por derribo, queda una enorme escombrera”, al tiempo que insiste en que “el momento de las ganaderías es preocupantemente manso”.

-         También la crisis económica afecta al mundo del toro, “a la cornada que vendría por la taquilla”. En 2008, las plazas pequeñas, de tercera categoría, dejaron de organizar trescientos festejos. Según Zabala de la Serna, “la lucha entre el empresariado y las figuras es más encarnizada que nunca”. Y se critican universalmente los muy duros pliegos de concursos de las plazas de titularidad pública, así como el abandono de las administraciones. El mundo del toro preferiría acogerse al ministerio de Cultura antes que al de Interior, del que tradicionalmente depende. Los espectáculos que más acusan las crisis son las novilladas.

-         ¿Soluciones, esperanzas? El declive numérico de corridas serias es leído, en ocasiones, como una limpia necesaria, como un impulso para apostar por cada vez mejores carteles.

-         Al tiempo, los festejos taurinos no dejan de crecer en España, si bien sólo crecen los espectáculos menos artísticos y los que menos interesan a la buena afición: en diez años, el número de corridas en Andalucía ha bajado casi un diez por ciento, en tanto que encierros y sueltas han crecido en torno al 40%. En toda España, el número de festejos mayores cayó en 2008 más de un 15% respecto a 2007. También crecen las becerradas, el toreo cómico (bomberos toreros y demás) y géneros menores estrictamente populares. Las corridas en las plazas de primera categoría cayeron casi un 15% mientras que las plazas portátiles conocen mayor auge.

-         Con todo, el número de aficionados españoles a los toros ha crecido: en 2007 llegó al 32%, en tanto que en 2006% era del 27%, si bien la estima pública por la fiesta nacional está muy por debajo de la afición al fútbol o al cine. Y todavía hay un 62% de españoles que sustentan la opinión de que el toreo es un arte. Un 30% apuesta por la prohibición.

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