¿Va a servir para algo esta campaña electoral?

Por primera vez en la Historia de la democracia española, los ciudadanos y los partidos políticos van a afrontar una segunda campaña para las elecciones generales en tan sólo seis meses. El adelanto electoral al no elegir las Cortes a ningún presidente ha provocado incluso el debate sobre cómo acortar una campaña que inevitablemente será en muchos aspectos una repetición de la del mes de diciembre pasado, lo que sugiere varias dudas: ¿Va a servir para algo esta campaña? ¿Para qué?

Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, en el cara a cara de diciembre de 2015.
Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, en el cara a cara de diciembre de 2015.

Pegadas de carteles, mítines, paseos por las calles, reparto de propaganda, entrevistas, debates en televisión... la liturgia de la campaña electoral que dominó la actualidad política el pasado diciembre se repetirá a lo largo de este mes de junio hasta que los españoles vuelvan a las urnas del domingo 26.

No han pasado ni seis meses entre el final de la anterior campaña y los partidos ya calientan motores para empezar oficialmente la siguiente. La mayoría de las encuestas publicadas desde el 20-D fueron mostrando que los ciudadanos no querían que se repitieran los comicios generales, pero la ausencia de un pacto entre los partidos que entraron en las Cortes Generales abocó a ellas.

Los candidatos de los partidos se lanzarán estas semanas de nuevo a la calle para pedir el voto a los más de 34 millones de españoles que tienen derecho al sufragio. Sin embargo, la cercanía de las anteriores elecciones y las encuestas que apuntan a unos resultados bastante parecidos hacen cuestionar la utilidad de una nueva campaña: ¿Servirá para algo repetirla?

Hartazgo y críticas contra la clase política

El Confidencial Digital ha contactado con José Luis Sanchís, el considerado como padre de la consultoría política en España. Sanchís comenzó trabajando con Adolfo Suárez en las primeras elecciones democráticas, las de 1997, y ha prestado sus servicios para UCD, CDS, PSOE, Alianza Popular, PP, CiU, PNV, ERC, UPyD... además de para mandatarios extranjeros hasta sumar más de 100 campañas electorales.

La idea principal para Sanchís es que unas nuevas elecciones “deberían haberse evitado”, pero una vez que es inevitable, la campaña es necesaria: “Todo momento electoral es un momento democrático. Por eso hay que aceptar que una nueva campaña puede traer beneficios para tomar una decisión: beneficios para los electores y beneficios para los políticos”.

Por su parte, Jorge Díaz-Cardiel -socio director de Advice Strategic Consultants- destaca que una mayoría de españoles se muestra crítica con que se hayan convocado nuevas elecciones. De hecho, una encuesta realizada recientemente por Advice con 2.500 encuestas muestra que casi el 60% de los votantes manifiesta no enfado, sino “hartazgo” hacia la clase política por no haber sigo capaz de forjar un acuerdo de Gobierno.

Díaz-Cardiel se muestra convencido, conforme también a lo anunciado, que los partidos van a hacer una campaña de perfil bajo, sin grandes actos: el motivo es que “la gente está cansada del martilleo continuo de la política”, y para no provocar mayor enfado tratarán de no hacer grandes dispendios.

El electorado y la coyuntura no han cambiado

A priori, la convocatoria de nuevas elecciones apenas unos meses después de las anteriores podría provocar que los partidos decidieran estrategias y campañas distintas para captar votos que no consiguieron el 20-D: podrían clarificar propuestas que no quedaran claras la anterior campaña, definir su política de alianzas... Igualmente, los electores se supone que tienen nuevos elementos de juicio para decidir qué papeletas introducen en las urnas.

Sin embargo, José Luis Sanchís apuesta por prever que la campaña será muy similar a la anterior: “Porque en realidad todas las campañas son sustancialmente iguales”. Pero además en este caso considera que las técnicas de márketing y los mensajes a los que recurrirán los partidos serán muy parecidos a los de diciembre.

 

El motivo es doble: “El electorado es el mismo, no ha cambiado nada, y la coyuntura es prácticamente la misma”. Por eso es normal que los partidos “ofrezcan los mismos estímulos a los electores”.

Sobre las bazas electorales que los partidos esgrimirán en las próximas semanas hasta el 26-J, Díaz-Cardiel destaca que los estudios demoscópicos como el elaborado por su consultora muestran que las motivaciones económicas aún son las más importantes para los electores, por delante de la corrupción.

“La economía, y sobre todo el paro, es lo que más decide el voto”, asegura este experto, por lo que opina que “el interés real por esta campaña es muy reducido” porque se tratarán temas muy similares a los de la anterior convocatoria electoral.

José Luis Sanchís sólo apunta como posibles nuevos puntos de discusión en estas campaña un par de ideas: por ejemplo, que Ciudadanos critique la inacción de Rajoy al renunciar a presentarse a la investidura, o que el PP y otros partidos agiten el miedo a que llegue al poder un “Frente Popular” de Unidos Podemos con el apoyo del PSOE.

Pocos cambios en el voto

La disolución de las Cortes sin llegar a elegir un nuevo Gobierno vino acompañada por la esperanza de los partidos de que los resultados que arrojen las urnas el 26 de junio sean distintos y cambie la correlación de fuerzas en el parlamento para, esta vez sí, se llegue a un acuerdo.

Según la encuesta realizada por Jorge Díaz-Cardiel y Advice, podría haber cambios en el voto de los españoles: el PP ascendería hasta el 30% de votos (tuvo algo más del 28% en diciembre), el PSOE caería de forma importante y la candidatura de Podemos, IU y sus confluencias autonómicas superaría la suma de los resultados por separado hasta alcanzar el 24%, mientras que Ciudadanos se quedaría en un 15%.

Muchas menos alteraciones en los resultados espera José Luis Sanchís: “No va a haber ningún partido que cambie ni un 10% de los votos que consiguió el 20 de diciembre, el 90% restante se repetirá”. Sólo la coalición de Podemos e Izquierda Unida puede alterar el mapa debido sobre todo a las características del sistema electoral, con la Ley d’Hont y provincias pequeñas donde se eligen pocos diputados y una ligera diferencia puede hacer caer diputados en el saco de una u otra candidatura.

También será complicado que una nueva campaña electoral vaya a servir para cambiar las percepciones que tienen los votantes sobre los distintos candidatos a la Presidencia del Gobierno. En la reciente encuesta elaborada por la consultora de Jorge Díaz-Cardiel suspenden todos los líderes políticos: “La gente ya está cansada de ellos”, y es que en ese estudio de Advice se advierte que la repetición electoral en un contexto de cansancio por la persistencia de los efectos de la crisis económica (paro, empobrecimiento...) ha provocado un gran enfado entre los españoles contra toda la clase política.

Además, Sanchís destaca que tampoco se puede cambiar el comportamiento de los líderes: “A Rajoy o a Pablo Iglesias no puedes cambiarles su forma de ser. Un líder político es algo muy contruido, muy rígido”.

Más abstención por cansancio

En lo que coinciden los dos expertos consultados por El Confidencial Digital es en pronosticar un aumento importante de la abstención, fruto precisamente de ese enfado con la clase política en general por no haber llegado a algún pacto para formar Gobierno.

“Va a haber menos participación, porque los electores se cansan y se desmovilizan”, advierte José Luis Sanchís, que apostilla que esta menor participación afectará de forma general, perjudicando a todos los partidos de forma más o menos similar.

Los datos de la encuesta realizada por Jorge Díaz-Cardiel apuntan que del 73% del 20 de diciembre -un dato alto en la serie histórica, cuatro puntos más que en las anteriores- la participación caería a un 68%, dentro de los registros más bajos en elecciones generales. Estas previones podría variar si parte del electorado que se abstuvo y dejó de votar al PP por motivos como la no reforma de la Ley del Aborto o las subidas de impuestos en esta legislatura de Mariano Rajoy se movilizara para tratar de evitar la victoria de la izquierda.

En cualquier caso, Sanchís concluye que el 26 de junio no se producirá ningún cambio sustancial. Por su parte, Díaz-Cardiel remarca que en esta nueva campaña electoral tan atípica y con tantos condicionantes “lo único que puede funcionar para convencer a los electores es el programa, las propuestas y promesas. El márketing electoral ya no va a servir de nada”.

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