Zidane o Simeone

Dos años después de la final de Lisboa, Real Madrid y Atlético de Madrid volverán a disputarse la Copa de Europa el próximo 28 de mayo en Milan. Un éxito en el que han tenido mucho que ver los entrenadores de ambos conjuntos: Zinedine Zidane y Diego Pablo Simeone. Cada uno, con su estilo de juego, ha llevado a sus jugadores a los más alto. Pero, ¿quién se impondrá dentro de dos semanas?

Diego Pablo Simeone y Zinedine Zidane.
Diego Pablo Simeone y Zinedine Zidane.

El debate ya está en la calle, y ni los analistas de los diferentes medios de comunicación -nacionales e internacionales- ni los propios aficionados se ponen de acuerdo a la hora de determinar cuál de los dos entrenadores impondrá su pizarra en San Siro.

Unos destacan el carácter competitivo que inyecta Simeone en los suyos, mientras que otros prefieren el fútbol más alegre de Zidane frente al “nuevo catenaccio” del Cholo. No obstante, entre ambos hay más paralelismos de los que, a priori, podía pensarse.

Fichados como “solución de urgencia”

La primera coincidencia entre Zidane y Simeone tiene que ver con la forma en la que ambos llegaron a entrenar a Real Madrid y Atlético de Madrid. Los dos, cada uno en su momento, fueron el “plan B” de las directivas de sus respectivos clubes para reconducir una situación deportiva muy delicada.

El 23 de diciembre de 2011, el Atlético de Madrid contrató a Simeone para intentar cambiar de rumbo de la temporada, después de haber sido eliminado de la Copa del Rey y ocupar puestos de mitad de tabla en la Liga con Gregorio Manzano en el banquillo colchonero. En apenas cuatro meses, el equipo dio un giro de 180 grados, logrando el quinto puesto en la clasificación liguera y conquistando la UEFA Europa League frente al Athletic de Bilbao.

Desde entonces, y hasta esta temporada, Simeone ha conquistado con el Atlético una Liga, una Copa del Rey (frente al Real Madrid), una Supercopa de Europa y una Supercopa de España.

Zinedine Zidane, por su parte, llegó al Real Madrid en enero de este año 2016. Heredó un equipo roto, enfrentado al anterior entrenador, Rafael Benítez, eliminado de la Copa del Rey por alineación indebida de Cheryshev y a cuatro puntos del líder, que entonces era el Atlético de Madrid.

Y, como hizo Simeone en sus primeros meses como colchonero, ha logrado meter al equipo blanco en una final europea, la de la Champios el próximo 28 de mayo, y mantener aún opciones en la Liga, al estar a un solo punto del Barcelona, que comanda la clasificación.

Líderes del vestuario

Otra similitud que tienen Zidane y Simeone es que los dos se han erigido en los líderes de sus respectivos vestuarios, logrando, cada uno con su propio estilo, ser respetados y escuchados por su plantilla. Ambos ya fueron referentes de sus equipos cuando eran futbolistas, y ese pasado en los terrenos de juego les ha permitido acercarse a unos jugadores que, cuando estaban empezando sus carreras, les tenían a ellos como sus ídolos

Con todo, Zinedine Zidane no lo tenía, a priori, nada fácil. El vestuario, a su llegada, era un aténtico polvorín, en el que cada futbolista hacía la guerra por su cuenta y la figura del entrenador, tras la marcha de Ancelotti, no era respetada. El galo, sin embargo, sorprendió al plantel por su carácter dialogante y por ponerse en el lugar del futbolista. Su cercanía y la tranquilidad con la que afronta situaciones complicadas han hecho de Zidane el auténtico baluarte del vestuario.

Lo mismo pasa con el Cholo. Ídolo de los Torres, Gabi, Koke y Saúl, ha sabido impregnar a toda la plantilla su carácter competitivo. Él representa al Atlético, y todos le siguen, tanto los veteranos como las nuevas incorporaciones. El mensaje es claro: quien no trabaje se queda fuera. Y todos lo han asumido, lo que convierte al equipo de Simeone en uno de los más competitivos, si no el que más, del fútbol mundial.

Zidane ha recuperado al grupo...

El gran éxito de Zidane en los pocos meses que lleva al frente del Madrid, a parte de conseguir liderar el vestuario, ha sido recuperar a un grupo que estaba roto y, además, a un buen número de jugadores que estaban muy por debajo de su nivel o no contaban para el anterior entrenador.

Futbolistas como Kross, Pepe, Isco e incluso Danilio estaban protagonizando una campaña más que discreta con Benítez en el banquillo, pero la llegada del francés les ha dado un nuevo impulso. El centrocampista alemán, jugando de interior, ha recuperado su mejor versión, y el central portugués se ha convertido en el líder de la defensa. Isco y Danilo, pese a no ser titulares indiscutibles, han dado un salto de calidad en los últimos meses.

Por otra parte, Zidane ha recuperado para la causa a Jesé, que apenas contaba para Benítez, y ha dado más galones a Casemiro en el centro del campo y a Lucas Vázquez en la delantera, convirtiéndose en el mejor comodín posible para dar descanso a cualquiera de los integrantes de la BBC (Bale, Benzemá y Cristiano). Su asignatura pendiente, eso sí, es recuperar a James, un jugador desahuciado por Benítez y que continúa sin recuperar la forma que mostró la temporada pasada.

Con todo, el entrenador galo ha conseguido que todos, titulares y suplentes, remen en la misma dirección y que incluso los que menos juegan estén involucrados en el proyecto. El mejor ejemplo fue el de Isco el pasado miércoles, que volvió al once por la lesión de Casemiro y fue de los más destacados en el partido contra el City.

y Simeone les ha hecho más fuertes

Lo más complicado para Simeone tras la derrota contra el Real Madrid en la final de la Champions de 2014 fue levantar al equipo después de ese duro varapalo. Sus jugadores competían como nadie, pero necesitaban ser más fuertes mentalmente y aguantar la presión. Y, en los últimos dos años, ha cumplido con esa misión.

La ilusión volvió la pasada temporada al ganar al Madrid la Supercopa de España, vencerle en el derbi liguero en el Calderón por 4-0 y eliminarles de la Copa del Rey. El regreso de Torres también contribuyó a ello. No obstante, la nueva derrota en Champions con el equipo merengue, en cuartos de final, sembró nuevas dudas.

Estas se han disipado completamente en la presente campaña, en la que los colchoneros son colíderes junto al Barcelona y han protagonizado grandes eliminatorias en la competición continental, imponiéndose en cuartos a los culés y en semifinales al Bayern de Munich de Pep Guardiola.

Dos estilos a la medida de cada equipo

Tanto Real Madrid como Atlético de Madrid han llegado a la final siguiendo el estilo de juego de sus respectivos entrenadores. Los dos, a priori, son muy diferentes, aunque guardan ciertas semejanzas que hacen a sus equipos muy difíciles de ganar.

El Atlético de Simeone se caracteriza por el trabajo defensivo de los once futbolistas que están sobre el terreno de juego. Todos se implican en labores de defensa, haciendo muy difícil a los rivales superar las diferentes líneas y marcar gol. Su juego a la contra le permitió eliminar al Bayern, aunque también demostró, contra el Barcelona, que pueden salir al ataque con varios jugadores si necesitan un gol.

Zidane, por su parte, apuesta por un “desorden ordenado” para su Real Madrid, con constantes basculaciones entre los tres de arriba y una mayor implicación defensiva de jugadores como Bale y Benzemá. Además, la incorporación al centro del campo de Casemiro ha permitido una mayor libertad de movimientos a Kross y Modric que, por otra parte, también se comprometen en el aspecto defensivo.

En resumen, se puede asegurar que, aunque a priori la apuesta del Madrid es más ofensiva, ambos entrenadores ven clave el rigor defensivo para afrontar los partidos ante rivales de entidad y poder generar peligro a la contra. Prueba de ello es que los madridistas tan solo han encajado dos goles en las eliminatorias de Champions, por cuatro del Atlético

Un solo enfrentamiento entre ambos

Como último dato, cabe recordar que ambos entrenadores ya se han enfrentado esta temporada, en el campeonato nacional de Liga. Fue el 27 de febrero, apenas seis semanas después de que Zidane llegara al banquillo blanco, y el partido se los llevaron los de Simeone por un marcador de 0-1, con gol de Griezman.

Así las cosas, la final de Milán servirá a los dos preparadores para tomarse su particular revancha: el francés intentará resarcirse de su primer derbi, y el argentino quitarse la espina del 4-1 en Lisboa en 2014.

Todo se decidirá en apenas tres semanas y, aunque suene tópico, en una final como esta no hay favoritos... y menos con dos equipos que, como sus propios entrenadores, se conocen y se han estudiado al milímetro.

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