Por qué los artistas de la ceja han dejado de ser amigos de ZP: cine, internet y el Sahara

De Almodóvar a los Bardem y Saramago, los artistas de izquierdas se sienten abandonados por Rodríguez Zapatero. Lea aquí los motivos de su queja.

-         Cinco mil artistas e intelectuales dieron su apoyo a Zapatero en la plataforma PAZ, en febrero de 2008. Muchos de estos artistas eran cineastas y pertenecientes a un sector, el del cine español, que recibe 85 millones de euros de subvenciones.

-         La Plataforma de Apoyo a Zapatero significó un tránsito de los tradicionales apoyos de Izquierda Unida al PSOE en la llamada “transfusión roja”. Zapatero recabó así el apoyo de José Saramago o Joaquín Sabina, entre otros.

-         Muchos artistas, sin embargo, desaprueban ya la gestión de Zapatero. El actor Willy Toledo le acusa de una política “neoconservadora” y le acusa en términos muy duros: “Zapatero nos sacó de Irak pero nos metió en Afganistán (…) otra guerra que obedece al mismo plan de dominación mundial de los recursos naturales”. Además de afirmar que ya “no cree en la palabra de Zapatero”, dice sentir “vergüenza real por la postura del PSOE respecto al Sáhara y respecto a muchísimos otros temas”.

-         Numerosos artistas firmaron, además, el pasado 30 de octubre, un documento crítico con el Gobierno, en el que se le pedía una política más progresista a Zapatero. Entre los casi trescientos firmantes, estaban los nombres de Ana Belén, Víctor Manuel, Pilar Bardem, Joan Manuel Serrat, Juan Diego Botto, Luis Eduardo Aute o Joaquín Sabina.

-         El dossier del Sahara, tan candente por el caso de la activista Aminatou Haidar, ha logrado una manifestación de los artistas contra el Gobierno en días pasados. Bajo el lema “Marruecos culpable, España responsable”, se dieron cita Pedro Almodóvar, Juan Diego, Juan Diego Botto, Pilar, Javier y Carlos Bardem, José Saramago, Amaral, Macaco, Carmen Paris y Miguel Ríos. Saramago se desplazó al aeropuerto de Lanzarote a entrevistarse con la activista Haidar mientras que Javier Bardem y Pedro Almodóvar han publicado textos en solidaridad con ella y de acusación al Gobierno. De hecho, el Gobierno, a través de Miguel Ángel Moratinos, sólo empezó a dialogar con Haidar tras recibir las primeras críticas del colectivo de artistas.

-         La situación de las descargas, fundamentalmente de música, a través de internet, ha alienado también muchas simpatías que estaban con el Gobierno, pues ni la regulación legal actual ni la prevista satisfacen a los músicos. Pese a que entre estos hay división de opiniones, por primera vez se ha visto a músicos “superventas” delante de un Ministerio, concretamente el de Industria, manifestándose contra el Gobierno. Allí estaban, hace pocos días, artistas de la canción como Rosario Flores, Antonio Carmona, Luis Eduardo Aute, Loquillo, David de María, Merche, Tamara o Chenoa. Aute exigió soluciones para la industria discográfica pues “llevamos seis o siete años de crisis y ya nos ahogamos”. Al ministro Miguel Sebastián se le entregó un manifiesto firmado por 2.500 profesionales de la música que exigen el freno inmediato de las descargas gratis. El manifiesto lleva las firmas de, entre otros, Aute, Ana Belén, El Canto del Loco, La Oreja de Van Gogh, Pereza, Miguel Bosé, Alejandro Sanz y otros muchos.

-         Al mismo tiempo, el Gobierno está provocando la ira de los cineastas con la nueva Ley General Audiovisual. Los productores de cine exigen un 7% de inversión de los presupuestos de las cadenas de televisión en proyectos cinematográficos, y no el 6% recogido en la ley. El presidente de la Academia del Cine Español, Álex de la Iglesia, ha llegado a decirle al Rey que con la nueva Ley Audiovisual las televisiones podrán reducir sus inversiones en el cine español y eso sería mortal”. Los actores, con un recurso ante la Unión Europea, han bloqueado la aprobación de las ayudas.

-         De nuevo con el tema de las descargas por internet, la inclusión por el ministerio de Cultura, a cargo de Ángeles González-Sinde, de una polémica cláusula por la que la autoridad –no se sabe si administrativa o judicial- puede cerrar páginas y cortar acceso a quien se baje al ordenador películas o canciones, ha generado lo que ya se conoce como “una revolución en la red” en contra de tal medida. Ahí se incluyen conocidos blogueros de izquierdas, en una situación de repulsa que es la más grave sufrida por el Ministerio de Cultura en el tiempo que lleva existiendo.

 

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