¿Somos los españoles especialmente crueles con los animales?

Alrededor de 60.000 animales son utilizados en los meses de verano como plato fuerte en las fiestas populares de muchos pueblos de España. Además de las corridas de toros, las calles, plazas y campos de estos municipios son lugares para encierros, toros de fuego, carruseles de ponis, corridas de gansos… Pero, ¿somos los españoles especialmente crueles con los animales?

El toro es uno de los principales protagonistas de las fiestas populares.
El toro es uno de los principales protagonistas de las fiestas populares.

El ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente anunció el pasado 10 de junio que el Gobierno está preparando una ley de comercio y tenencia responsable de perros y gatos. El objetivo es reducir los abandonos de animales nuestro país, que la ministra Tejerina estima en torno a 120.000 al año.

Esta es una de las principales reclamaciones desde las asociaciones que luchan por los derechos de los animales, reconoce Laura Duarte, tesorera y responsable de comunicación del Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA).

No obstante, el principal frente de batalla de este partido es el relativo a los toros. No se trata de una guerra sencilla, sin embargo. La tauromaquia tiene unas raíces profundamente hundidas en la historia y la cultura de España.

Basta con ver la amplia clasificación que hace el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Establece nueve tipos de festejos taurinos: novilladas sin picadores, toreo cómico, corridas de toros, rejoneo, novilladas con picadores, festivales, festejos mixtos, corridas mixtas con rejones y becerradas.

De acuerdo con Mariano Díaz, presidente de la Real Federación Taurina de España (RFTE), la tauromaquia es “tradición y cultura del pueblo español. Tiene que ser protegida y conservada. Hay cosas que mejorar, indudablemente, pero eso se hace dialogando.”

La base desde la que edificar todo argumento relacionado con este tema pasa por una cuestión: ¿tienen derechos los animales? La respuesta de PACMA y la RFTE es idéntica: sí. Ambos coinciden también en que no tantos como las personas.

La diferencia viene con los matices. “No tienen los mismos derechos, no son agentes participativos de la sociedad”, afirma Laura Duarte, que cita el modelo alemán y austriaco como referencia, dado que reconocen constitucionalmente la necesidad de protección animal. Les atribuye dos derechos fundamentales: libertad y vida.

Por su parte, Mariano Díaz es más específico. Se limita a opinar sobre los derechos de las reses. Sostiene que el toro de lidia vive una existencia privilegiada, bien cuidado y alimentado en las dehesas, donde es libre durante cinco años hasta el momento de la corrida.

Además, agrega el presidente de la RFTE, es precisamente esa cita ineludible en la plaza de toros la razón de ser de las reses de lidia, que de lo contrario no existirían. En este punto la portavoz del PACMA admite esa posibilidad (que no verdad absoluta). Sin embargo, prefiere ese incierto final antes que la crianza para la posterior ejecución pública.

 

En cuanto al futuro, Duarte es más bien optimista; aunque deplora los miles de casos de maltrato animal, observa una tendencia positiva en la sociedad, cada vez más concienciada en su opinión.

Por su parte Díaz se inclina por el agnosticismo: no se atreve a opinar sobre lo que no conoce. “No sabemos lo que pasará [con la tauromaquia], quizá muera sola. Lo que no queremos es que la prohíban”.

En lo que sí coinciden ambos representantes es en criticar la normativa catalana, que prohíbe las corridas de toros tradicionales pero permite los correbous. Las dos principales variantes de esta práctica incluyen encender antorchas en los cuernos del animal o arrastrarlo atado con cuerdas.

Según la Anpba, cada año se maltratan (y luego ajustician, en su mayoría) 60.000 animales en España. Éstas son algunas de las costumbres más criticadas por su crueldad:

-- Toro de la Vega: esta fiesta de origen medieval se celebra el segundo martes de septiembre en Tordesillas, Valladolid. La primera referencia histórica se encuentra en 1534. Se suelta al animal en la plaza central del pueblo y la multitud lo conduce, sin dañarlo, hasta el puente sobre el Duero.

Tras cruzar el puente se llega a una zona de campo raso, donde lo esperan centenares de lanceros, a pie o a caballo. Entonces se le intenta alancear mortalmente. Si el toro consigue escapar de los límites del torneo, se le indulta.

Las ordenanzas recogen algunas particulares costumbres. Todo participante tiene derecho a embadurnarse en la sangre del morlaco, como símbolo de su papel en el evento. Al matador se le otorgan los testículos y el rabo del toro para que los prenda en la punta de su lanza.

PACMA define esta tradición como “icono, referente del maltrato a los animales en España. Refleja lo peor de la sociedad, la crueldad, el anacronismo absoluto”

-- Corridas de gansos: con motivo de las fiestas patronales de Santiago apóstol, el 25 de julio, se celebra en Carpio de Tajo, Toledo, una peculiar actividad conocida como “correr los gansos”.

Para ello se suspende a esta ave por las patas, de forma que cuelgue, amarrada por una cuerda extendida entre dos postes. A continuación los concursantes deberán intentar arrancar la cabeza del animal mientras cabalgan por debajo de él.

Aunque la costumbre no es tan cruenta como antaño, puesto que ya no se usan gansos vivos, sigue atrayendo multitud de críticas de los defensores de los animales.

-- Toro Jubilo: se trata del único festejo que mezcla toros y fuego en Castilla y León. El sábado más cercano al 13 de noviembre, la villa de Medinaceli (Soria) acoge una antigua tradición que tiene su primer registro documentado en 1559.

Para este rito se inmoviliza al toro y se le instala una gamella (asta metálica) en cuyos extremos se colocan sendas bolas de pez, que luego será encendido. Se recubre al animal de barro, de forma que no sufra (o al menos se reduzcan) quemaduras.

Una vez aplicado el fuego, se le suelta por la plaza mayor para regocijo de los participantes, que podrán citar y burlar al astado mientras duren las llamas de su cornamenta postiza. Los amantes de esta actividad arguyen que ya no se ejecuta al animal al término de la fiesta.

Sin embargo, la crueldad con los animales trasciende las fronteras nacionales:

-- Caza del zorro: a partir del siglo XVI se organizan en el Reino Unido masivas cacerías de raposos. La particularidad de esta tradición es el uso de sabuesos para rastrear y acabar con estos carnívoros. Los cazadores desarmados siguen a sus perros, a pie o a caballo.

Aunque las cacerías podían ser organizadas en cualquier época del año, está especialmente relacionada con la festividad británica del Boxing Day (día después de Navidad), y era mayormente practicada por las clases altas de la sociedad.

Entre el 2002 y el 2005 se prohíbe este tipo de cacerías (pero no las demás variantes) en Escocia, Gales e Inglaterra. Sin embargo continúa en Irlanda del Norte.

-- Matanza de delfines: el Grindadráp es un festival danés que tiene lugar cada año en las costas de las islas Feroe. Esta centenaria tradición se consideraba antiguamente un rito de iniciación a la vida adulta; incluso hoy día, algunos daneses siguen defendiendo esta postura.

Se atraen multitud de ballenas y delfines a la orilla, donde se les da muerte, tiñendo las aguas de rojo. La raíz de esta costumbre tiene su explicación en el aprovechamiento de la carne, grasa, piel e incluso despojos. No obstante, hoy día se hace por diversión.

Video del día

Feijóo ironiza con la última encuesta del CIS: "Cuanta más corrupción
en el PSOE, parece ser que más suben en las encuestas"
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato