¿Por qué ha girado Europa a la derecha y qué significa ese giro?

Merkel, Berlusconi, Sarkozy, entre otros, han logrado un histórico resultado para la derecha europea en la Eurocámara. ¿Cuáles son las razones de este éxito y cómo ha de afectar a las instituciones?

-         “Una de las paradojas del Parlamento Europeo es que cuanto más poder tiene, menos ciudadanos europeos participan en sus elecciones”, afirma J. Mª de Areilza. La participación habida, algo superior al 43%, coincidía con las estimaciones previas de las instituciones de la UE. Desde las primeras elecciones al Europarlamento en 1979, la abstención no ha hecho sino bajar. Según Santiago Pertschen, del Real Instituto Elcano, “el Parlamento Europeo ha estado y sigue estando formado por una cantidad desmesurada de partidos políticos. Se trata de un número de partidos tal que desconfigura la autenticidad democrática de las elecciones europeas”. Según el experto Lluís Bassets, “el humor dominante está entre el euroescepticismo tan bien arraigado en la derecha y la eurodecepción que florece en la izquierda”.

-         La participación ha sido, además, muy desigual: en Bélgica, por ejemplo, el voto obligatorio ha propiciado más de un noventa por ciento de participación. En Eslovaquia no ha alcanzado ni siquiera el veinte por ciento. Los nuevos socios de la UE son los más euroescépticos: “se han dedicado a acarrear resquemores y agravios respecto al pasado y a restregar a unos y otros la memoria de cómo les trató el mundo y sobre todo Europa cuando se hallaban bajo la bota soviética”, según Bassets.

-         El número de eurodiputados elegidos ha bajado en estas elecciones de 785 a 736. Al Partido Popular Europeo (PPE) le corresponden 264 diputados de la Eurocámara, algo más de un tercio. El segundo grupo parlamentario de la misma, el socialista, cuenta con 161 asientos, aproximadamente una quinta parte de los elegidos. Los socialistas han bajado en casi seis puntos porcentuales en representatividad de las elecciones de 2004 a las elecciones de 2009.

-         El brillante dato de los democristianos europeos debe entenderse con estos dos matices: en primer lugar, la uniformidad ideológica es mucho más rígida entre los socialistas que entre los democristianos, por lo que determinadas propuestas, fundamentalmente en torno a los valores, hallan una armonización difícil entre los ‘populares’. En segundo lugar, y como refuerzo positivo, el PPE tiene asegurado el apoyo mayoritario de los recién escindidos ‘tories’ (aún sin grupo) y del tercer grupo por número de la Eurocámara, el de los liberales. En este grupo figuran, por España, los escaños de PNV y CiU, en número de dos.

-         Con estos resultados a la vista, ya se han manifestado intenciones, por parte de los ‘populares’ europeos, de establecer un turno rotatorio en la presidencia de la Eurocámara, según se llevó a cabo en la anterior legislatura con presidencias del socialista Josep Borrell y del democristiano Hans-Gert Pöttering.

-         Los catorce puntos porcentuales que separan a ‘populares’ de socialistas han dado pie a críticas: un sector del PPE reclama la presidencia de la Eurocámara exclusivamente para sí, a la vista de los resultados arrojados por las urnas. Aun así, de lo que se trata es de establecer una presidencia en dos turnos precisamente para que los socialistas confirmen a Durao Barroso al frente d ela Comisión. Los Verdes, con Cohn-Bendit a la cabeza, están intentando liderar una postura de izquierdas en contra del grupo socialista para impedir que Barroso repita como presidente de la Comisión. Los socialistas tienen difícil, si no es como cesión, acceder a cuotas de poder en la Eurocámara. Zapatero apoya a Barroso con entusiasmo, se sospecha que porque el portugués pugnará por la inclusión definitiva de España en el G20.

-         Con todo, es en el grupo de “Otros”, especie de Grupo Mixto o de diputados no adscritos, el grupo que más espectacularmente ha aumentado su presencia, del 3,8% al 12,6%. En este grupo hay diputados como el del Partido Pirata sueco o el del British National Party, autodefinido como contrario a la inmigración y a la propia Unión Europea.

-         El descalabro del socialismo europeo ha sido general y espectacular: baste con decir que el socialismo mejor parado es el español con Zapatero-López Aguilar.

-         ¿Grandes triunfadores? Angela Merkel y Silvio Berlusconi, que se alzan con el mayor peso específico dentro del PPE. También, Nicolas Sarkozy. Todos han sido revalidados en sus respectivos feudos nacionales.

 

-         ¿Cómo se explica la debacle de la izquierda? Un 57% de los europeos se muestra favorable a que la UE tenga un papel de importancia en el manejo de la actual crisis económica. Según Benigno Pendás, “la gran mayoría social exige austeridad al sector público”, empezando por las propias instituciones europeas.

-         Conforme opina Valentí Puig, “según el voto europeo, la socialdemocracia no es considerada la fiadora de los intereses económicos del pueblo cuando llega una crisis económica”. Es más: se considera más apto un centro-derecha al que la izquierda culpaba de haber propagado los virus del neoliberalismo. Ni tan siquiera para una mayor intervención del Estado en la economía se supone que la socialdemocracia sea el gestor más adecuado”. Así, es esa quiebra del centro-izquierda europeo el que ha abierto las puertas a los himnos tan discordantes del populismo y la pulsión euroescéptica. “No es que el centro-derecha retroceda porque la derecha se radicaliza, sino que se reafirma mientras la derecha radical crece a expensas de la izquierda”.

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