¿Hay que tener miedo al verano?

Playas con encanto
Playas con encanto

El verano ha comenzado y con él "la buena vida". Ir a la playa o a la piscina a pasar el día, viajar por el mundo para conocer nuevas culturas y vivir buenos momentos, pasar más rato con los amigos y la familia, disfrutar de un buen libro, ver todas las series de HBO y Netflix, dedicarle más tiempo a los pasatiempos y encontrar otras formas de aprovechar unos días de relax y desconexión forma parte de estos meses tan esperados.

Pero esta época del año tiene también sus problemas, sus inconvenientes. Una cosa es desconectar del trabajo y las obligaciones y otra es desconectar por completo.

Pasar tiempo fuera de casa supone inevitablemente cambiar rutinas. Por ejemplo, uno de los hábitos más fáciles de pasar por alto es la alimentación sana: comer en el chiringuito de la playa hoy, en el restaurante que han abierto en la esquina mañana y quizás un día que no apetece cocinar se pide comida para llevar a casa.

Una mala alimentación

La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición advierte que los españoles engordan cada verano, de media, 3 kilos. La escuela de negocios IMF Business School ha analizado los motivos más comunes que explican por qué se come peor en verano:

- Con las elevadas temperaturas “no apetece” encender hornos y fuegos en la cocina, y por ello, se recurre a precocinados y recetas rápidas que tienen un alto contenido calórico.

- El beber alcohol como sustituto del agua disminuye el nivel de la misma en el cuerpo. Además, provoca que aumente el apetito.

- “Comer de aburrimiento”: el acto de picar entre horas aumenta en verano porque hay mucho tiempo libre y se matan así las horas muertas.

La infección por Salmonella

Otro de los problemas de no cuidar nuestra alimentación puede derivar en una intoxicación. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año, las enfermedades de transmisión alimentaria afectan a una de cada 10 personas.

Eso sumado a que las bacterias, que están presente en el suelo, el aire o el agua, crecen más rápido en los meses de calor porque las temperaturas así lo propician.

 

“Verano y Salmonella son un binomio inseparable cada año”, afirma la doctora Sánchez, médica general de mediQuo. Algunos de los síntomas de las salmonelosis son la diarrea, el vómito y el dolor de cabeza.

Los médicos informan que el huevo causa el 23% de las toxiinfecciones alimentarias por salmonella en verano. El 5% las produce la carne de ave mal cocida.

¿Cómo evitar los riesgos de la salmonelosis a través de los huevos? La doctora Sánchez recomienda no lavarlos porque la cáscara es muy porosa y la humedad facilita la penetración de bacterias en el interior. Hay que conservar bien los huevos en la nevera, lavar bien el plato donde se ha batido y manipulado el huevo crudo, y nunca usar huevos rotos.

Lavarse los dientes

Si la alimentación es fundamental, también lo es mantener la higiene bucal. El cambio de horarios, el comer continuamente fuera de casa y no tener un cepillo de diente a mano suele provocar alteraciones en la rutina de la higiene bucal.

“Cuidar la salud bucodental supone una dedicación cotidiana y el cambio de rutinas que implica el verano puede convertirse en un problema, por eso, recomendamos siempre acudir al dentista antes de las vacaciones”, explica Manuela Escorial, odontóloga de la Dirección Asistencial de Sanitas Dental.

España es el cuarto país de la Unión Europea con menor tasa de visitas periódicas al dentista. Ante estos datos, desde Sanitas recomiendan compensar los excesos gastronómicos del verano con una buena higiene bucal y no olvidar meter en la maleta el cepillo de dientes, el hilo dental para poder mantener una boca sana durante las vacaciones.

El sol en la piel

Cuidar la alimentación y la higiene dental suele descuidarse por el descontrol de las vacaciones y, quizás también, porque no existe una campaña de alerta como por ejemplo sí ocurre con la exposición de la piel al sol.

Desde hace unos años está aumentando la conciencia social sobre lo perjudicial que puede ser recibir rayos UV durante muchas horas. A pesar de ello, no se toman aún suficientes precauciones.

Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en 2019 y tan solo en España más de 6.200 personas serán diagnosticadas de melanoma cutáneo, uno de los tipos de cáncer de piel más agresivos.

“Tomando las medidas adecuadas, como limitar la exposición a los rayos UV y utilizar fotoprotectores adecuados, podemos contribuir a la prevención del melanoma cutáneo”, indica Dra. Marta López Tomás, E-Health Medical Manager de Cigna España.

El equipo de Cigna recuerda por ello algunas cuestiones que pueden ayudar a prevenir futuros efectos secundarios del sol en la piel.

-- Los protectores solares mantienen su efectividad durante doce meses. A partir de entonces, pueden dejar de proteger la piel de una manera óptima.

-- El tiempo de absorción de la crema es de 30 minutos, así que hay que aplicarla tiempo antes de exponerse al sol. De lo contrario, los agentes protectores no habrán empezado a hacer efecto y el riesgo de sufrir una quemadura es elevado.

-- Secarse con la toalla al salir del agua elimina cerca del 80% de la crema aplicada. Por lo que hay volverse a aplicar crema después de secarse.

-- El uso de maquillaje con factor de protección solar no se puede utilizar como sustituto de la crema solar.

El verano es una época para descansar y disfrutar. Es inevitable no alterar algunas de las buenas costumbres que se han adoptado a lo largo del año fruto de una buena rutina; el truco está en no tratar de abandonarlas todas por un par de meses de “desconexión”.

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