Los males del rey

El rey don Juan Carlos se enfrenta a una nueva operación, solo tres meses después de su última intervención de rodilla. Una muestra más que sumar a su extenso historial médico. Conózcalo.

Los percances en la salud del monarca trascendieron públicamente ya antes de que fuera designado por Franco su heredero a título de rey.

Cuando el entonces príncipe Juan Carlos cursaba estudios en la Academia Militar de Zaragoza, padeció una hepatitis que lo llevó al hospital.

Más tarde, el rey estuvo a punto de aparecer con el brazo escayolado en su boda con doña Sofía, consecuencia de un combate de judo en Atenas con su cuñado, el príncipe Constantino.

Pero sobre todo su historial médico tiene que ver con el deporte. Su afición a la caza, el esquí o la vela, han sido la causa de accidentes relacionados con estas prácticas de recreo.

La primera ocasión en que la noticia saltó a los medios por su importancia ocurrió en 1981. Siendo ya rey de España, don Juan Carlos sufrió heridas en la cara, el tórax y las extremidades cuando, tras haber practicado deporte corría hacia la piscina de La Zarzuela sin reparar en la puerta de cristal. Chocó contra ella  y la rompió completamente. Sufrió cortes por todo el cuerpo y tuvo el brazo encabestrillo durante un mes.

Dos años más tarde, sufrió una violenta caída cuando se encontraba esquiando en Los Alpes, en Suiza. Lo que en principio pareció un golpe aparatoso, pero sin consecuencias se convirtió en una de las operaciones más importantes del rey. Una fractura en la pelvis, que afectó al sistema urogenital, le obligó a pasar por quirófano varias veces.

Los accidentes de esquí se han convertido en los más usuales en la vida del monarca. En 1991 y 1995 volvió a caer en las pistas de Baqueira y Candanchú. En la primera chocó contra otro esquiador, pero una vez más el peor parado fue el rey quien volvió a visitar el quirófano por dolencias en la pierna. Retomó la práctica deportiva tras un parde meses con muletas. No fue tan grave la caída en Candanchú, en la que solo sufrió una fractura en el brazo derecho y la muñeca al apoyarse sobre el en la caída.

También la navegación le ha reportado algún susto. En el Lago de Como, en Italia, el rey vivió momentos de peligro al estallar una espectacular tormenta mientras probaba uno de los barcos que se estaban construyendo para él. Estuvo a punto de naufragar.

Poco a poco, don Juan Carlos ha ido abandonando deportes como el esquí, no tanto por la edad como a causa de los traumatismos en las rodillas, y este año ha dejado definitivamentela la vela.

La caza la ha provocado una evidente sordera, que le obliga al uso de audífonos desde 1996.

Hasta incidencias más leves: una caída al bajar de un tanque tras unas maniobras militares en Zaragoza, en 1980; un golpe con una rama en un ojo durante una cacería en Suecia, en 1988. La historia médica del rey Juan Carlos nos deja también anécdotas como la ‘desaparición’ del expediente clínico del monarca de la consulta privada del urólogo Josep María Gil-Vernet.

También hay que citar una operación sencilla de varices en 2001.

Sólo en 2010 su situación médica volvió a ser preocupante con la aparición de un tumor en el pulmón derecho. Se extirpó en el Hospital Clínico de Barcelona, resultó ser benigno, y no tuvo mayor relevancia al comprobarse que no se había producido calcificación en el pulmón.

Hace cuatro meses se sometió a una artoplastia de rodilla, para atajar los dolores provocados por una artrosis intensa. Se le reemplazó la articulación dañada por una prótesis artificial. Mientras se recuperaba de esa lesión, ayudado por una bota inmovilizadora, don Juan Carlos cargó todo el peso en el tobillo contrario, produciendo la tendinitis que ahora le llevará de nuevo al quirófano.

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