¿Qué ministros necesita Mariano Rajoy?

Mariano Rajoy está perfilando su nuevo Gobierno, que se ha propuesto que esté en pleno funcionamiento a principios de noviembre, una vez alcanzada la investidura. En ese Ejecutivo se da como absolutamente segura la presencia de Sáenz de Santamaría, su principal consejera. Pero, ¿qué ministros necesita en este momento el presidente?

Una de las últimas reuniones del Consejo de Ministros.
Una de las últimas reuniones del Consejo de Ministros.

La tendencia natural de Rajoy es hacer los mínimos cambios posibles, y ante el nuevo Gobierno que tiene que formar se enfrenta a dos dilemas: cubrir las vacantes de los ministerios que se han quedado sin titular (Sanidad, Fomento e Industria) y resolver el problema de las carteras contra las que la oposición ha centrado más su ofensiva de desgaste: Hacienda e Interior.

El presidente ha deslizado alguna pista a los suyos sobre el equipo que está perfilando. Considera que ahora necesita un perfil de colaboradores, de la máxima confianza, que sobre todo sean capaces de cerrar pactos con Ciudadanos y PSOE sobre asuntos muy diversos. Asume que va a afrontar una legislatura bastante complicada, en la que la alianza de las fuerzas de la oposición buscará tumbar muchas de sus propuestas. Ese escenario reclama ahora un Ejecutivo más político que técnico, con talante conciliador. Necesita ministros, en definitiva, que sepan negociar.

La presencia de Podemos en el Parlamento lo va a complicar todo aún más porque las señales que emite la apuesta estratégica de Pablo Iglesias confirman que el objetivo sigue siendo hacer más la oposición al PSOE que al PP, incluso a costa de incendiar el Congreso y erosionar las instituciones en las que tienen representación. En la cúpula popular apuestan por que el nuevo PSOE no se dejará arrastrar al monte y que una vez que empiece a andar la legislatura, podrán romper con la alianza de todos contra el PP que se ha visualizado en el hemiciclo en estas semanas de ensayo de arranque de la nueva etapa.  

Equipo pacificador en el Congreso y en el PP

Pero para abrir fisuras en ese frente anti-PP la situación les obliga a medir bien su estrategia, el discurso y hasta los peones que van a jugar la partida. Por ello, Rajoy requiere también un equipo pacificador en el Congreso. Interlocutores bien considerados por la oposición y que faciliten el entendimiento y el acuerdo en reformas económicas y políticas que tienen que activarse obligatoriamente en los próximos meses. Ahí hay nombres que suenan en todas las quinielas como piezas claves en esa interlocución en el Parlamento tanto con los socialistas como con Ciudadanos. Se ha apuntado a la actual vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría; a la ministra de Empleo en funciones, Fátima Báñez; y también al secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón. Esta necesidad de sostener la negociación en rostros que no generen rechazo de partida en el PSOE o Ciudadanos es lo que hace que ganen puntos estos nombres.

El portavoz parlamentario, Rafael Hernando, también deberá cubrir un importante hueco en la tarea de negociar cada día a la que se enfrenta el PP por no tener una mayoría sólida en la que sostener su acción legislativa. Pero es otro perfil con más carga política. Al mismo tiempo, Rajoy necesita un buen interlocutor en el Partido Popular. Ahí habrá cambios en la Secretaría General en el Congreso Nacional del PP que se celebrará en enero o febrero. Todas las quinielas colocan a la actual número dos, María Dolores de Cospedal, en el Gobierno, pero, a falta de que se conozca quién es su relevo, la tarea de interlocución con la oposición ya la está llevando con buena nota el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez Maíllo. Estuvo en el equipo negociador con Ciudadanos y también consiguió ganarse el reconocimiento y la aprobación de los representantes de Albert Rivera en esa comisión. Hay coincidencia en que está bien visto y es respetado. 

Planteará a los ministros que no sean diputados

El presidente ha dejado entrever también que su intención es formar un Consejo de Ministros en el que la presencia de diputados brille por su ausencia. El objetivo de Rajoy, por tanto, es que los miembros de su nuevo Gobierno no tengan acta en el Congreso o renuncien a ella cuando sean nombrados. Argumenta que cualquier ministro tiene una importante agenda nacional y, en algunos casos, internacional, que le impide asistir a todos los plenos convocados en el Congreso. Si esos ministros son diputados, su ausencia se traducirá en un apoyo menos a una propuesta de reforma del Gobierno. Necesita cada voto en el Congreso y no se puede permitir que los viajes de los miembros del Gobierno le resten respaldos.

Esta apuesta de Rajoy de un Consejo de Ministros sin diputados permitirá garantizar 137 votos a favor de la bancada popular a las medidas del Gobierno, pero también otorga al presidente una baza negociadora. En ese sentido, el jefe del Ejecutivo puede cumplir, mediante esta fórmula, la exigencia de Ciudadanos de incluir en su nuevo Gobierno a “independientes cualificados”. El partido de Albert Rivera ha reclamado nombramientos de este tipo para carteras como Economía o Educación, y Rajoy está dispuesto a aceptar esa reivindicación. 

Objetivo prioritario: que el Gobierno comunique mejor

Rajoy ha trasladado también a sus colaboradores más estrechos que, de cara a esta nueva legislatura, una de sus prioridades será mejorar la comunicación del Ejecutivo. Una “asignatura pendiente” que, en los últimos cuatro años, le ha dado más de un quebradero de cabeza.

En ese sentido, el presidente está de acuerdo con aquellos que, tanto en Moncloa como en Génova, han asegurado que durante la anterior legislatura no se supieron explicar los logros conseguidos desde los diferentes ministerios. Por eso, apuesta por una mayor presencia de periodistas en los gabinetes de todo el Gobierno.

 

El objetivo de Rajoy es que, tanto desde el Gobierno como desde el PP, se ofrezca el mismo mensaje a los medios y al electorado, evitando así las contradicciones que se han protagonizado durante buena parte de su primer mandato.

Con ese fin se impulsaron unas reuniones semanales en Moncloa organizadas por Carmen Martínez Castro con los diferentes responsables de comunicación del partido y de los ministerios. También se creó, antes de las generales del 20-D, el llamado “equipo de la unidad del mensaje”, liderado por Jorge Moragas y con la presencia de los principales jefes de prensa y asesores del Gobierno y del PP. Ambas iniciativas se mantendrán pese a los cambios que se produzcan en el Consejo de Ministros. La actual secretaria de Estado de Comunicación será la encargada de liderar los dos proyectos.

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