Las claves de la polémica Power Balance de Leire Pajín

Leire Pajín, actual máxima autoridad sanitaria de España, utiliza la pulsera ‘milagrosa’ Power Balance. Algunas asociaciones de médicos ya han pedido su dimisión como ministra de Sanidad. Pero ¿qué es la Power Balance, y por qué todo este escándalo?

-- Es la pulsera de moda. Tras una gran campaña de marketing en 2009, las ventas de este supuesto artilugio ‘milagroso’ han alcanzado el medio millón sólo en España. Y en el mundo se cuentan por decenas de millones. Su precio asciende a 35 euros.

-- La Power Balance es una pulsera fabricada de neopreno o silicona que alberga un pequeño holograma en su superficie y que presuntamente otorga a su portador “un aumento del equilibrio, fuerza, flexibilidad, resistencia, enfoque, coordinación y ritmo, dando al cuerpo un estado de armonía y equilibrio como lo tuvo antes de la contaminación por sustancias químicas, comidas rápidas, la falta de ejercicio y el estrés”. Su fabricantes dicen que también sirve para curar el insomnio, los nervios e incluso reduce el acné juvenil.

-- Pese a estar inicialmente dirigida a deportistas, una intensa campaña de marketing ha conseguido llegar a gente de la política, el espectáculo y medios de comunicación. En España, la han lucido el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González; la infanta Doña Elena; el diputado ‘popular’ Gustavo de Aristegui; Esperanza Aguirre; la periodista Sara Carbonero; Antonio Banderas o Belén Esteban. También futbolistas como Cristiano Ronaldo, Daniel Alves, Sergio Ramos, Guti, Raúl y Sergio Canales. Periodistas y comunicadores como Antonio Jiménez, conductor de El Gato al Agua, María Escario o Pablo Motos. Y otros deportistas como Fernando Alonso, Pau Gasol, el campeón de rallys Dani Sordo, Seve Ballesteros, Feliciano López, Rafa Nadal o Gemma Mengual –quien participó de forma activa en su promoción.

-- El caso de Leire Pajín es especial. En cuanto han saltado las primeras informaciones de la crisis de gobierno y se le ha confirmado como nueva ministra de Sanidad, las redes sociales comenzaron a echar humo relacionando a la ministra con la pulsera de marras. Y varias asociaciones de médicos ya han puesto el grito en el cielo, entre ellas, el Consejo General de Enfermería de España, la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) o el Consejo General de Colegios de Médicos de España (CGCOM). Todas piden su dimisión argumentando que “sus apariciones públicas luciendo una pulsera del tipo Power Balance contribuyen al desprestigio de la labor sanitaria".

-- La base de la protesta se centra en que dicha pulsera ha sido objeto de diversos estudios científicos y todos han determinado que no ejerce ningún tipo de efecto –ni beneficioso ni perjudicial- sobre el organismo humano. El Consejo General de Colegios Médicos ha determinado que su base científica “no se sustenta en nada, es un simple negocio”. Expertos ingenieros como José María Gil, de la Universidad Politécnica de Madrid, han asegurado que “un holograma, de entrada, no radia. Así que no puede interaccionar con nada”. La doctora Esther Samper concluye que la Power Balance “es un mecanismo de autoengaño y de idealización de los resultados. Es decir, siguen teniendo la misma flexibilidad, fuerza y equilibrio, pero perciben que les va mucho mejor”.

 --La prueba más demoledora contra la Power Balance llegó tras un experimento de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad Politécnica de Madrid. Un grupo de investigadores seleccionó a 79 jóvenes y les sometió al procedimiento “doble ciego”: todos ellos llevaban Power Balance, pero a algunas pulseras se les quitó el holograma que presuntamente causa los efectos beneficiosos. Quienes no llevaban holograma dijeron haber sentido una mejoría en su equilibrio. La conclusión del estudio fue que la pulsera no ejercía ningún efecto.

--En abril de 2010, varias asociaciones de consumidores denunciaron a la empresa Power Balance por publicidad engañosa. Se ampararon en el Decreto 1.907/1996, que alude a la prohibición de publicitar productos que sugieran que su consumo potencia el rendimiento físico o psíquico sin ajustarse a la Ley del Medicamento.