La radiografía de España que mostró el programa 'Tengo una pregunta para usted'

Diversos rasgos han llamado la atención de los expertos en 'Tengo una pregunta para usted': ausencia de preguntas sobre educación, argumentos emotivos, la proyección extraparlamentaria de la política, la gran aceptación del discurso presidencial, etc.

-          ‘Tengo una pregunta para usted’ se ha convertido en un vector de acción política más cercano a los ciudadanos que la actividad parlamentaria. Emitido en ‘prime time’ y con una selección representativa de la sociedad española llevada a cabo por TNS Demoscopia (Grupo Sofres), los políticos que acuden –así Rodríguez Zapatero- dedican los días anteriores a preparar las posibles contestaciones a unas preguntas que no se conocen hasta que son formuladas.

-          Diversos expertos han llamado la atención sobre distintas notas: la presencia de parados entre los ciudadanos no ha sido mayor que en la primera intervención de Rodríguez Zapatero pese al incremento del paro; tanto la vestimenta de los ciudadanos como su trato de tuteo al presidente hablan de una mayor informalidad; pese a todo, el respeto fue manifiesto y compatible con la voluntad de incisión de unos ciudadanos que reclaman sus derechos manifestando, según los observadores, una sorprendente dependencia del Estado.

-          Ha llamado asimismo la atención la falta de preguntas sobre materia cultural y, más en concreto, sobre uno de los mayores problemas de España: la educación, tanto en su definición y funcionamiento generales como en su articulación autonómica.

-          Así, según el ensayista Valentí Puig, el paso sin huella del fracaso escolar por el programa habla de una clase media ‘que ganó en capacidad adquisitiva los últimos años pero sin asumir los valores que hacen duradera a esa clase media de centrar la vida pública en su conjunto’. La conclusión sorprendente es que, en tiempos de crisis, se hace inoportuno hablar de calidad en la enseñanza aun cuando eso repercuta de modo directo en la productividad.

-          La aludida muestra de dependencia del Estado y la falta de interés en las cuestiones de educación como fundamento de la competitividad hablan de una sociedad que está, según Puig, ‘en las antípodas de la meritocracia’. En cuanto a la exigencia al Gobierno, sólo una ciudadana angoleña, tras reprochar al presidente su impericia al anticipar la crisis, le planteó la cuestión de la dimisión.

-          Asimismo, se han señalado, entre el público participante, dos tendencias muy soterradas en la sociedad española pero muy características de ella: una desconfianza visceral hacia el capitalismo y un antiamericanismo latente y de fondo. Así, Rodríguez Zapatero, que preparó el programa con los datos del CIS a la vista, pudo prometer que no se ha regalado ni se iba a regalar un euro a la banca, y remontó la crisis a la ‘avaricia de los que mueven los hilos allí’, en referencia a Estados Unidos.

-          Al director del programa, Lorenzo Milá, también director de informativos de RTVE, se le ha criticado por su ‘colaboración’ con el presidente del Gobierno, al haber ido ‘en ocasiones (…) más allá de sus funciones de moderador’: ‘casi regañaba a los ciudadanos que osaban repreguntar al jefe del Ejecutivo’, según el experto en comunicación política Daniel Ureña.

-          Aun cuando también se haya criticado a Rodríguez Zapatero por ser ‘previsible’ y estar ‘preso de su retórica habitual y con la lección demasiado bien aprendida’, generando aburrimiento e incluso los bostezos del público, Ureña señala que Zapatero salió mejor parado que la vez anterior. Aun así, ‘le faltó frescura para generar la confianza en la que insistía una y otra vez’.

-          Pese a estas críticas al aspecto generalizador del discurso presidencial, también se ha hecho notar el buen tino con que Zapatero maneja el discurso de la emotividad, ante todo con la pregunta de la joven deficiente psíquica Izaskun.

-          En cuestiones espinosas como aborto y eutanasia y los reproches al supuesto seguidismo de la Jerarquía católica por parte del Gobierno, ha llamado la atención simplemente la escasa representatividad de dichas preguntas.

-          El éxito del programa y de la imagen de Zapatero en el mismo ha sido patente: el 74% de los espectadores, según encuestas encargadas por EFE, aprobó al presidente del Ejecutivo, otorgándole una nota media de seis sobre diez y valorando asimismo muy positivamente el valor de comparecer ante la opinión pública en los difíciles momentos actuales. La audiencia lograda por el presidente fue, además, superior en 600,000 personas a su primera comparecencia en el programa.

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