¿Hay riesgo de escisión en el PP?

En los últimos ‘maitines’ del PP se vivió uno de las momentos más tensos que se recuerdan en el partido en los últimos años: Jaime Mayor Oreja alzó la voz y criticó con dureza la decisión del ministerio del Interior de conceder la libertad condicional al etarra Bolinaga. La tensión fue tal que el propio Mariano Rajoy tuvo que intervenir para calmar los ánimos.

Jorge Fernández Díaz, amigo íntimo de Rajoy, lanzó un larguísimo discurso, de casi una hora, con detalles de todo tipo y tres argumentos fundamentales: no hay ningún tipo de negociación, ETA está derrotada y lo que se está haciendo, incluida la excarcelación de Bolinaga, es exactamente “la misma política” que se siguió en 1996, cuando Mayor Oreja ocupaba su puesto. Fernández aclaró que bajo su mandato han sido acercados dos presos al País Vasco por enfermedad pero han sido alejados 30.

Y Jaime Mayor Oreja, por alusiones, entró al trapo. “No pretendía hablar, pero no puedo aceptar esto. Primero, ETA no está derrotada, está a punto de ganar las elecciones. Y el ministro no dice la verdad. Las peores mentiras son las verdades a medias. No es la misma política”.

Pero la cosa no acabó ahí. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, también salió en defensa de Mayor Oreja. “Admito que todo lo que se ha hecho es legal, pero también lo habría sido tomar la decisión contraria, y esto último es lo que yo hubiera hecho”.

Sorprendente campaña contra el ministro del Interior

El ministro del Interior se siente víctima de un complot contra él. Fernández Díaz sostiene que cierto sector del Partido Popular está intentando dinamitar su gestión, y que para ello está empleando tácticas de todo tipo. Incluso pone nombre y apellidos a los ‘conspiradores’.

Cree que detrás de las críticas que recibe hay un grupo de ex responsables de Interior, ahora apartados, que tienen una estrategia perfectamente diseñada para atacarle. Son principalmente tres dirigentes: Jaime Mayor Oreja, Ignacio Astarloa y Alejo Vidal-Quadras, los dos primeros ex ministro del Interior y ex secretario de Estado de Seguridad. Sus críticas, ataques y reproches hacia la política del ministerio son continuos. Incluso, está seguro de que detrás también están los hilos del ex presidente, José María Aznar.

Por tanto, el presidente del Gobierno no solo pierde apoyo popular cada día entre los ciudadanos por los continuos incumplientos electorales a los que está conduciendo la grave crisis económica que atraviesa el país. Como ha quedado demostrado, también ha perdido el respaldo de una parte de su partido y de medios de comunicación conservadores que empiezan a estar muy molestos con él.

¿Cuál es el objetivo de la ‘conspiración’?

Es una de las mayores incógnitas. Si el fin último es desbancar a Mariano Rajoy del poder resulta bastante absurdo. Las elecciones generales están todavía a tres años vista, por lo que las posibilidades de ‘tumbar’ al presidente y de que el plan salga adelante son más bien escasas.

Tampoco parece viable poner en cuestión el liderazgo de Rajoy ante una posible intervención de España. Y es que las cosas no parecen ir por ahí. Todo lo contrario. No se espera que España sea forzada a cambiar de presidente del Gobierno por un eventual rescate, sino que lo que se prevé que pueda plantear Bruselas es que Mariano Rajoy continúe, puesto que su partido tiene una apreciable mayoría parlamentaria, aunque adoptando cambios sustanciales, como acompañarse de un nuevo equipo fuerte, sólido y con gran credibilidad, y con un requisito básico: una única vicepresidencia económica.

La UE prefiere que Rajoy, con su mayoría absoluta, vaya haciendo los deberes que se le exijan desde Europa. De esta manera, se aseguran de que no haya posibilidad de ‘tumbar’ en el Congreso español las reformas que le vayan dictando desde los máximos organismos europeos.