¿Para qué sirven los Juegos Paralímpicos?

Un representante autorizado de la Organización Nacional de Ciegos Españoles explica a El Confidencial Digital por qué los juegos paraolímpicos de Londres han servido de escaparate al mundo y han disparado las audiencias:

-- ¿Por qué se llaman Juegos Paralímpicos? Así de rotundo se muestra la asociación de discapacitados. Consideran que, en primer lugar, debería eliminarse el prefijo para igualar el concepto: la igualdad tiene que ir ligada desde el propio término de paraolimpiada.

-- La medallista Teresa Perales cree que esa equidad se ha hecho realidad después de Londres: “Por fin tenemos el mismo reconocimiento social que los deportistas de elite”.

-- Los Juegos Paralímpicos crean modelos sociales en los que reconocerse y sentirse identificados. Se trata, pues, de un espejo en el que muchas personas con su mismo problema se miran, viendo superada la barrera psicológica que en un principio les impedía avanzar.

-- Ofrecen un ejemplo de vida. Los Juegos han mostrado un escenario con millones de testimonios. Los deportistas participantes han demostrado a muchas personas que les estaban viendo en esos momentos cómo se puede llegar a cumplir un sueño, simplemente con una actitud positiva hacia los retos.

-- “No hay nada más extraordinario que lo ordinario”, asegura el portavoz de la ONCE. Lo que una persona puede llegar a ser en lo ordinario se convierte en algo grande cuando ese camino es recorrido con esfuerzo y pasión por lo que se hace. Es el caso de los deportistas que participaron en este evento.

-- Reflejan el espíritu de superación. Cómo los deportistas compiten sin brazos o sin piernas y lo hacen con la normalidad que otorga ser un deportista de primera en su especialidad es un ejemplo para la sociedad en general.

-- También han servido para demostrar y hacer partícipe a la sociedad del espíritu competitivo de la competición, no sólo por llegar a la meta y convencer al jurado, sino para medirse con el jurado más exigente, que es uno mismo.

-- Los deportistas han dado una imagen “por sus capacidades y no por sus discapacidades”. Han sido de utilidad para extraer de la competición la visión positiva de ser diferente y no caer en el victimismo con el que algunos medios de comunicación tratan el tema de la discapacidad, explican desde la ONCE.

-- Las televisiones de todo el mundo han descubierto, además, las altas audiencias que reporta emitir eventos deportivos de estas características.

-- La exposición pública de los deportistas a nivel mundial ha abierto camino a los patrocinadores, que cada vez van entendiendo mejor que tras ellos existen valores que cotizan en alza y que no pasan de moda: los valores de la superación, el esfuerzo, el creer en uno mismo y en sus posibilidades.

-- Las paraolimpiadas muestran el grado máximo de autonomía a los que puede llegar una persona.

-- Son una oportunidad para acabar de normalizar la igualdad de posibilidades. Una equidad que, según asegura un portavoz de la ONCE, todavía no es plena: “un olímpico gana 10.000 euros por una medalla, un paraolímpico 9.000”.

En definitiva, a pesar del largo recorrido que queda todavía para normalizar la situación de personas que tienen capacidades diferentes, estos Juegos Paralímpicos han marcado un antes y un después en la imagen pública de la sociedad hacia estas personas.

La medallista paralímpica Gema Hassen-Bey ha sabido resumir lo que ha significado este evento al margen de lo deportivo: "Lo más importante en la vida es tener una meta, muchas ganas y mucho espíritu, además de no rendirse jamás".