¿Sirven para algo las elecciones europeas?

Parlamento Europeo.
Parlamento Europeo.

España apenas acaba de salir de unas elecciones generales y ya tiene la vista puesta en las siguientes que se avecinan. El 26 de mayo, los votantes que acudan a sus colegios electorales para depositar la papeleta, se encontrarán con listas autonómicas, municipales y europeas que harán de este día un superdomingo electoral.

Se decidirán presidencias en las Comunidades Autónomas; las Asambleas y alcaldías de las ciudades y la nueva composición del Parlamento Europeo. Todo en una misma jornada electoral.

Los europeos acuden a votar

La Unión Europea la conforman 508 millones de ciudadanos, que verán renovada su representación con las próximas elecciones. Entre todos ellos, elegirán a los 751 diputados que conforman la cámara de representación de la UE, sin embargo este número variará, seguramente, a partir del 29 de junio y que se explicará más adelante. Aún así, es importante reseñar la manera en la que se acudirá a las urnas en función de los diferentes estados miembro, que varía de uno a otro.

En un principio, los Tratados iniciales estipulaban que el Parlamento Europeo estuviera compuesto por los diputados que desde los parlamentos nacionales se hubieran designado. Esto ahora no funciona así y los escaños se reparten a través de sufragio universal directo.

La mayoría se rige por el sistema de circunscripción única, como es el caso de España. Esto quiere decir que cada país funciona como una única demarcación nacional, una persona, un voto. No obstante, existen excepciones como Bélgica, Irlanda, Francia, Italia y Reino Unido que dividieron su territorio nacional en varias circunscripciones regionales.

Para los partidos que se presentan a estos comicios, es importante tener en cuenta que existen diferentes umbrales para obtener representación en la Eurocámara. Por ejemplo, en Francia, Hungría o Polonia la barrera del porcentaje de votos necesarios para entrar en el parlamento está fijada en el 5%; Italia o Suecia, a su vez, lo sitúan en el 4%; Grecia en el 3%, mientras que España no aplica umbral alguno.

Nueva asignación de escaños debido al Brexit

El divorcio entre el Reino unido y la Unión Europea, sus plazos y sus condiciones, han mantenido la duda sobre el propio papel de los británicos en estas elecciones y la posterior remodelación del Parlamento Europeo debido a la pérdida de escaños que supondrá su salida de la Unión.

Finalmente, para los próximos comicios del 26 de mayo, debido a la prórroga concedida para el proceso de desvinculación del Brexit, se ha confirmado que Reino Unido votará para elegir a los 73 representantes que todavía ostenta.

Aún así, el Parlamento ya propuso reducir el número de diputados que lo conforman aprovechando este hecho. En la cumbre de Bruselas que reunirá a los jefes de estado de la UE los días 28 y 29 de junio, se decidirá si de los 751 representantes actuales se pasará a una cifra de 705, que el propio Parlamento Europeo tendrá que ratificar a posteriori.

Esto significaría que de los 73 escaños británicos que desaparecerán, se ha acordado que 46 se reserven a futuros miembros de la Unión y que los 27 restantes se distribuyan entre el resto de países.

Para España, esto supondría un incremento de 5 diputados, aumentando así su peso en el Parlamento, pasando de los 54 escaños actuales a los hipotéticos 59. No obstante, este último reparto de 5 representantes, se haría a través de la Junta Electoral Central con los resultados del 26-M en la mano y cuando se confirme la nueva distribución.

¿Qué implican las decisiones de la UE en las políticas nacionales?

El papel del Parlamento Europeo ha evolucionado progresivamente, desde ser un órgano meramente consultivo, hasta situarse a la par que el Consejo Europeo a través de su función de codecisión.

Es decir, para sacar adelante políticas europeas, es necesario el acuerdo entre el PE y el Consejo, en un proceso de lecturas simultáneas por parte de ambos órganos ante propuestas que puedan afectar ámbitos tales como la libertad, seguridad, justicia, comercio exterior, medio ambiente y política agraria común.

Existen tres tipos de legislaciones que afectan a los estados miembro:

-Reglamento legislativo europeo: Tiene un alcance general y se aplica directamente sobre los ciudadanos de la Unión y a las autoridades nacionales de cada miembro, incluido el poder judicial.

-Directiva legislativa europea: Buscan un objetivo concreto, un resultado previamente fijado, aunque los distintos Estados destinatarios tienen el poder de reservarse los medios por los cuales aplicar dichas directivas.

-Decisión europea: Es obligatoria en todos sus aspectos, aunque se pueden designar los destinatarios.

Por tanto, parece evidente que las decisiones tomadas en la Eurocámara tienen un impacto muy significativo en ciertos aspectos de la política nacional, ejemplo claro es la obligación de cada país de presentar ante Bruselas un plan previo de los Presupuestos Generales de cada Estado para su posterior elaboración. Se cede, por tanto, cierta soberanía nacional en pos de un proyecto común de mayor envergadura.  

Los otros órganos: la Comisión y el Consejo

El Europarlamento tiene el poder junto con el Consejo Europeo en la toma de decisiones final. Sin embargo, es la Comisión Europea la que posee el monopolio de la iniciativa legislativa y a su vez, poderes ejecutivos importantes en ámbitos como la competencia y el comercio exterior.

Haciendo paralelismos con la política nacional, la Comisión vendría a ser el Gobierno. Propone iniciativas legislativas para su posterior aprobación y, además, se encarga de velar por el cumplimiento del derecho de la Unión y el respeto a los Tratados por parte de los Estados miembro.

El número de miembros de la Comisión es igual al número de países dentro de la UE y está conformado por los comisarios-figuras parecidas a las de los ministros- y su presidente, cuyos candidatos han sido previamente propuestos por cada partido europeo. Aquel que logre más votos en las elecciones, tendrá la potestad de proponer finalmente ante el Parlamento a la persona encargada de presidir la Comisión. Actualmente se trata de Jean-Claude Juncker.

Por otro lado, el Consejo Europeo es el órgano encargado de orientar el sentido en el que irán las políticas generales de la UE. No tiene capacidad legislativa, pero puede instar a la Comisión para que proponga una legislación que se crea importante. Establece la política exterior y de seguridad común teniendo en cuenta los intereses estratégicos de la UE y las implicaciones en materia de defensa.

Está formado por los jefes de Estado o de Gobierno de cada país miembro, por el presidente del Consejo y de la Comisión, aunque este último sin derecho a voto. Se reúnen un mínimo de cuatro veces al año, aunque su presidente puede llamar a reunión las veces que crea oportunas para atajar un asunto urgente. El que ostenta el cargo actualmente es Donald Tusk.

La Unión Europea es el resultado de un esfuerzo titánico por garantizar la intergobernabilidad entre diferentes países de Europa con vistas a una serie de objetivos comunes en detrimento de cierta soberanía nacional. No obstante, este esfuerzo conjunto dota de fortaleza a un continente que, dividido, no podría hacer frente a elementos tan potentes y disruptivos como guerras comerciales entre las superpotencias del mundo o conflictos armados en territorio europeo.

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