¿De verdad Pedro Sánchez va a arruinar económicamente España?

Pedro Sánchez firma el pacto de Presupuestos con Pablo Iglesias.
Pedro Sánchez firma el pacto de Presupuestos con Pablo Iglesias.

El PSOE ha advertido de que “quiere proyectar hacia el futuro su compromiso con España, basado en la urgencia de un cambio profundo en el modelo económico”. Así, la primera decisión que tomará el Gobierno socialista será aprobar unos Presupuestos Generales del Estado para 2020 incorporando la perspectiva de género con tres grandes prioridades: cohesión social (gasto en educación, sanidad, dependencia, infancia y viviendas en alquiler para jóvenes); fomento de la inversión productiva (I+D+i, políticas activas de empleo, transición ecológica e infraestructuras) y reducción del déficit y de la deuda pública.

También ha venido subrayando su “compromiso con una política económica marcadamente europeísta”, y propone converger “paulatinamente hacia el promedio de recaudación de la Unión Europea”. Por el momento, los socialistas no aportan cifras sobre lo que supondría esta actuación pero, según Eurostat, la recaudación en España está sobre el 34% del PIB, mientras que la media de la zona euro es del 40%. Esos seis puntos de diferencia supondrían una subida de más de 60.000 millones de euros, lo que sin duda sería el mayor endurecimiento fiscal de la historia en España.

Consciente de que la mayor amenaza que tiene ahora es el deterioro de la economía, Pedro Sánchez prepara la vuelta al centro. Una aventura en la que el presidente no está dispuesto a entregarse a los “caprichos” de Unidas Podemos y en la que sabe que puede contar con la simpatía de los nacionalistas vascos. El líder del PSOE está en las mejores condiciones para gobernar en solitario con algunos gestos para la galería o incluso con Podemos, cediendo a la formación que lidera Pablo Iglesias un poder más testimonial que real.

Vuelta a la crisis de 2008

Con estos mimbres, el panorama económico que dibuja Daniel Lacalle, responsable económico del PP, es demoledor. En varias entradas de su blog personal, apunta que Pedro Sánchez ignora el riesgo de ralentización y crisis, asume que los ingresos récord de 2018 se van a mantener eternamente y hace todo lo contrario a lo que debería hacer un país con alto paro y empresas débiles, que es atraer inversión y empleo.

Considera que “España se encuentra ante un 2008 con esteroides, y otro Plan E escondido tras la falacia verde”. Afirma que no es un plan de transición ecológica, sino de transición gasista, que es la energía que más aumenta su peso, y que también supone el mayor aumento de coste para el contribuyente al elegir el método más caro para descarbonizar porque cuesta diez veces que hacerlo vía competencia entre energías y libre mercado.

Por lo tanto, concluye que el proyecto económico de Sánchez es un despropósito que lo único que va a redistribuir es la miseria. "Es un asalto al contribuyente, a los creadores de empleo y a los ahorradores para subvencionar administraciones paralelas, contrataciones millonarias de amigos y regar con el dinero público a los socios de legislatura que pretende atraer". Critica que es un plan que trasladará una carga de costes fijos y consolidables imposible de revertir, que dejará al país al borde de otro 2008 usando el Consejo de Ministros, el BOE y el bolsillo de los contribuyentes. "El plan no es redistribución de nada y no tiene nada de social. Es repetir el 2008 a lo bestia, y cuando Pedro Sánchez destruya la economía, le echará la culpa de los recortes a otro", asegura. Según sus cálculos, el plan del Gobierno socialista supondrá un expolio de más de 3.000 euros anuales por familia en nuevos impuestos, sin contar con los 37.000 millones de euros de agujero fiscal que ya se acumula este ejercicio con los llamados “viernes electorales”.

En cambio, el economista José Carlos Díez destaca que en el programa del PSOE para los próximos cuatro años desaparece la derogación de las reformas laborales anteriores, incluida la del propio PSOE del 2010, y se habla de un nuevo estatuto de los trabajadores. "Con la regulación laboral anterior a 2010 en España se formó la mayor burbuja inmobiliaria desde Isabel la Católica y la tasa de paro volvió a superar el 20%, algo habitual en todas las recesiones de la democracia y un caso único en el mundo", destaca en su blog "El economista observador".

También resalta que queda fuera la banca pública y se opta por el sistema de fondos y el modelo de banca promocional hacia el que han evolucionado las principales economías del mundo. Apunta que se hacen eco del New Green Deal que promocionan los demócratas en EEUU con propuestas muy similares a las de la ponencia de 2017. No obstante, en aquella ponencia, igual que el New Green Deal, el reto se convierte en oportunidad de creación de empleos de calidad para acometer las cuantiosas inversiones necesarias para conseguirlo.

Pero Diez critica que falta concretar la política tecnológica e industrial para conseguir el reto o, de lo contrario, importaremos la tecnología y aquí sólo crearemos empleos para instalar las placas. El objetivo fijado es que en 2030 el 72% de la energía se produzca con fuentes renovables. "Parece utópico pero la tecnología en generación de energía y movilidad lo hará posible, aunque la revolución será en el autoconsumo fotovoltaico y en el programa no se concreta", concluye.

Desigualdad y política social

José Carlos Diez destaca también que el ingreso mínimo vital que, en el programa del PSOE para las elecciones de 2015, se cuantificó en 7.000 millones se transforma en priorizar la pobreza infantil, especialmente en hogares con mujeres solteras o divorciadas con hijos, como propuso el PSOE en 2017, donde se concentra la pobreza severa. Y en parados de larga duración priorizando las políticas activas de empleo. Sin embargo, sin ninguna medida concreta, igual que los nueves meses en el gobierno con un drama social que sigue afectando a 1,2 millones de españoles (la mitad que en 2014) pero la misma cifra que en 2011 antes de que el PP llegara a la Moncloa.

Pone de manifestó que la parte negativa del programa es precisamente su falta de concreción. "Sabemos qué quieren hacer y la melodía suena bien pero no sabemos cómo. En el programa prometen cumplir los compromisos de Bruselas de consolidación presupuestaria pero hay muchas propuestas de aumento de gasto que se alejan de esa senda. Repiten la misma estrategia seguida en el último año. En Bruselas hablan de consolidación y en España aumentan el déficit público cada viernes. Prometen reducir a cero el déficit de la Seguridad Social en cinco años pero no dicen cómo. La realidad es que en 2019 el agujero lejos de reducirse volverá aumentar, igual que pasaba con Mariano Rajoy", advierte.

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