Consejos para reducir la factura de la luz

El ahorro. Es una de las palabras que está más presente en las conversaciones familiares. Y es que en un momento en el que los salarios son ajustados y se avecina una nueva crisis económica, es importante pensar en opciones para reducir los gastos y poder ahorrar un poco cada mes.

De todas las opciones que hay para que no salga tanto dinero del bolsillo, una de las posibilidades más interesantes es reducir las facturas que llegan mes a mes. Lograr ofertas de electricidad, reducir el consumo de agua, ser más efectivos a la hora de utilizar la climatización... Todas estas cosas pueden contribuir a que la cuenta bancaria no sufra tanto todos los meses.

La factura de la luz es una de las cosas en las que se puede lograr un mayor ahorro por varios motivos. En general, porque la mayoría de personas hacen un uso poco responsable de la energía eléctrica, y adquirir nuevos hábitos puede servirles para eliminar gastos superfluos.

Pero es que además hay motivos relacionados con el tipo de contrato, las compañías distribuidoras, etc. en las que muy poca gente piensa y que pueden suponer un importante ahorro a final de año.

Revisa tu contrato

La primera pregunta es obligada: ¿qué tipo de contrato de luz tengo?, ¿cuánta energía tengo contratada?, ¿es realmente necesaria? Si se le hace este tipo de preguntas a cualquier persona, lo más probable es que no sepan contestar con certeza.

Por ello, el primer paso para ahorrar en la factura de la luz es revisar el tipo de contrato y confirmar si realmente lo que se tiene contratado se ajusta al gasto que se realiza.

Además, es interesante realizar comparativas con distintas compañías comercializadoras de luz, así como informarse sobre las distintas ofertas o tipos de tarifas que lanzan al mercado para atraer y fidelizar a los clientes.

Con ello se calcula que se puede ahorrar un porcentaje interesante de dinero en la factura de la luz: un buen contrato, una tarifa adecuada y puntuales ofertas de las que beneficiarse es dinero que se queda en la cuenta a fin de mes.

Realizar un gasto responsable

Una vez arreglada la parte que no depende del consumo en el hogar, toca revisar esos hábitos poco recomendables que suponen un gasto continuo e innecesario en el consumo de luz.

Usar luz natural

En ocasiones, por comodidad, se enciende una lámpara en vez de abrir las ventanas y aprovechar la luz natural. Esto es un error y que además se puede aplicar a otras cosas similares: ¿es mejor encender la calefacción o dejar que la incidencia del sol caliente las estancias?

Estos pequeños pasos van sumando céntimo a céntimo y esto al final se traduce en un ahorro notable.

Usar regletas

Otro consejo cada vez más seguido es el de utilizar regletas con posibilidad de apagar el flujo eléctrico en espacios donde hay varios aparatos conectados: la parte de la tele o del ordenador son mucho más eficientes si se conectan a una regleta y se apagan cada vez que no están en uso.

Todos estos consejos sumados a la revisión del contrato y las ofertas de electricidad suponen un ahorro interesante que puede ser utilizado para otras cosas o como 'seguro' para un futuro cada vez más incierto.