Un idioma inventado nos enseña la forma correcta de aprender idiomas

Al final lo que importa en el inglés es entenderlo y hablarlo, ya que eso permite comunicarse con ella. Además, cada vez más estudios parecen apuntar a que se comete un grave error metodológico en la adquisición de las lenguas.

Uno de ellos es el reciente trabajo de Panos Athanosopoulos, un investigador en psicolingüística en la Universidad de Lancaster, que para averiguar cómo se adquiere una lengua completamente nueva se ha inventado un idioma junto a sus colegas.

Athanosopoulos lo ha bautizado como Syntaflake y es, básicamente es un conjunto de palabras inventadas asociadas a distintas formas de copos de nieve vistos al microscopio.

Es un idioma sin vínculos con la realidad, que no se parece a nada conocido, precisamente porque su equipo estaba tratando de investigar el poder del proceso subconsciente a la hora de aprender un idioma. Para ello pidieron a una serie de voluntarios que escucharan los nombres de los copos de nieve en Syntaflake y que eligieran en una pantalla de ordenador cuál era cada uno.

Y sus resultados fueron sorprendentes. Los voluntarios que trataron de deducir patrones, emplear la lógica, buscar similitudes fonéticas o simbólicas lo hicieron estrepitosamente mal. De hecho, lo hicieron mejor los voluntarios que, literalmente, tenían prisa por terminar.

Este experimento pone en valor el papel de la intuición en el aprendizaje de idiomas.

De hecho, el lingüista norteamericano Stephen Krashen lleva años diciendo que lo que importa para adquirir un idioma es escuchar inputs interesantes y comprensibles, de forma relajada y lúdica, en un “entorno de bajo estrés”. Pero no hace falta acercarse a la amplia literatura científica sobre el tema: si tras años pagando cursos de inglés no se consiguen resultados en cuanto a comprensión y habla es que algo va mal. Y lo que va mal es que, simplemente, no se está fomentando que se adquiera la lengua de forma subconsciente, es decir, exponiéndose a palabras, frases y textos con una mentalidad lúdica.

Lo mejor es que aprender la lengua de forma entretenida y solo escuchando lo hace infinitamente más divertido, como han demostrado las teorías Stephen Krashen, que ahora la startup BrainLang.

La propuesta de este equipo multidisciplinar de programadores, guionistas y actores es un entorno envolvente en el que escuchar activamente historias divertidas o contenidos interesantes en inglés, de forma que podamos aprenderlo de una forma tan eficaz como lúdica: simplemente escuchando. Y todo ello, por un precio sensiblemente inferior a los métodos racionales y conscientes, es decir, a las clases y a los cursos. Por ello han inventado su propia forma de hablar del aprendizaje. Lo llaman entrenamiento y creen que terminará sustituyendo al estudio. No solo porque es más eficaz y barato, sino porque es mucho más entretenido.