Auge de las sectas satánicas en España en 2010. Los informes policiales describen el perfil de captación: varón, de clase media y agobiado por las deudas

El 1 de enero de 2011, la población del municipio tinerfeño de Arico se despertó alarmada por la desaparición de siete cuerpos en el camposanto local. La Guardia Civil señala directamente a un grupo satánico que opera en la zona. La actividad de las sectas de inspiración demoniaca ha crecido desde el inicio de la crisis.

Gregoria Morales, vecina de Arico, acudió el pasado 1 de enero a poner flores a la tumba de un familiar difunto. Era la primera persona que visitaba en 2011 el camposanto. Fue ella quien dio la voz de alarma a la Guardia Civil: cinco nichos habían sido “pulcramente” abiertos, sin provocar daños, y siete cuerpos habían sido sustraídos. Hace tres años ocurrió un suceso similar en el mismo municipio.

Las primeras investigaciones de la Guardia Civil dirigen su atención a las actividades de una secta satánica presente en la isla. No es un hecho aislado: informes policiales fechados en 2010, a los que ha tenido acceso El Confidencial Digital, confirman el auge de estas sectas en los últimos años.

Según los datos que obran en manos de los expertos policiales, en España operan un total de 200 grupos de inspiración satánica, de los que unos 65 pueden ser considerados estrictamente como sectas satánicas. La mayoría de ellas están radicadas en la zona de Levante.

En los últimos 20 años, las sectas satánicas en España se han duplicado. En 1991, la Policía tenía constancia de la existencia de unos 35 grupos. En 2001 ya eran 45. Y a comienzos de 2011 ya ascienden a 65. Y la crisis económica y las dificultades económicas han tenido un claro impacto en estos datos.

Los informes policiales realizan un perfil psicológico del individuo susceptible de ser captado por estos grupos. Se trata de varones, cuya edad se sitúa en la treintena, pertenecientes a la clase media y por lo general agobiados por las deudas económicas.

Pese a que el ingreso en estos grupos no es fácil –se trata de sectas cerradas que no se publicitan-, la obsesiva búsqueda de soluciones a los problemas económicos lleva a algunos individuos a recurrir a estas sectas, bajo promesas de que la magia negra y los rituales místicos les traerán prosperidad.

Las principales actividades de estas sectas son las misas negras, las profanaciones de tumbas e incluso los sacrificios rituales. Lo más habitual es que las víctimas de estos sacrificios sean animales –a lo largo de 2010 se han dado casos de hallazgos de cadáveres de gallinas, conejos, gatos y perros en algunos cementerios españoles-, sin embargo la Policía también investiga posibles sacrificios humanos.

En concreto, en algunas investigaciones policiales de desapariciones de niños –sobre todo, hijos de inmigrantes sin papeles-, se ha manejado abiertamente la hipótesis de raptos de estos grupos satánicos. Otra de las circunstancias que investigan las autoridades policiales es la alta tasa de suicidios que existe entre los miembros de estos grupos.

Los integrantes de estas sectas, lejos del estereotipo socialmente admitido, suelen ser personas de elevado reconocimiento social, profesionales de la sanidad, ingenieros, abogados o empresarios. Un ejemplo de ello es el ex diplomático español Julián Moreno Sandoval, quien admitió públicamente su pertenencia a uno de estos grupos.

 

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