Expertos en laboral sostienen que el rechazo de Zapatero a la propuesta europea de las ’65 horas semanales’ responde al “lenguaje más sindicalista” del actual Gobierno

Expertos en derecho laboral sostienen que uno de los motivos para el ‘no’ de Zapatero a la propuesta europea de ampliar la jornada laboral del máximo actual de 48 horas a 65 es el “lenguaje más sindicalista” que está adoptando el Ejecutivo.

La propuesta europea de ampliar el ‘tope’ de horas que se puede trabajar a la semana a 65 no ha sido acogida con agrado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Esta proposición nace del acuerdo alcanzado por los ministros europeos de Empleo, Política Social y Sanidad para incrementar la jornada hasta las 60 horas semanales, incluso a 65 en casos muy concretos.

En caso de que el acuerdo fuera ratificado por el Parlamento Europeo, habría que adaptar la Directiva europea sobre Organización del Tiempo de Trabajo que rige aspectos como jornada laboral, competitividad, productividad, incentivos al trabajo o conciliación familia-trabajo.

Según ha podido saber El Confidencial Digital, varios abogados especializados en derecho laboral coinciden al señalar que uno de los motivos que está detrás del rechazo del Gobierno español a esta propuesta es ‘el lenguaje más sindicalista’ que están utilizando los miembros del Ejecutivo en los últimos tiempos.

Como ejemplo señalan la coincidencia de las afirmaciones del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, de que la adopción de esta medida supone “regresar al siglo XIX” con las argumentaciones de líderes sindicales como Cándido Méndez o José María Fidalgo.

Iñigo Sagardoy, socio de Sagardoy Abogados explica a ECD que la postura de Corbacho se enmarca en las propuestas de corte “más social” que defiende el Gobierno, en línea con ese lenguaje similar al utilizado por los movimientos sindicales.

El jurista recuerda que la proposición de la Unión Europea responde al poco éxito de ciertas iniciativas y “modas” en esta materia, como la ley laboral vigente en Francia que persigue el descenso del desempleo y una mayor conciliación familiar mediante la reducción de la jornada laboral a 35-40 horas por semana.

“Con el paso del tiempo se ha visto que este tipo de propuestas sirven para mejorar la conciliación pero no el problema del paro o de la productividad”, subraya Sagardoy, por lo que ahora la tendencia es “crítica y contraria a este tipo de iniciativas”.

Sagardoy considera que la fórmula propuesta es una medida positiva, “cuya clave es la aplicación voluntaria”. El experto laboralista añade que hay que entenderla como “un incentivo para incrementar la productividad” y competitividad de las empresas.

En esta línea, apunta que la aplicación práctica de esta propuesta “no puede traducirse sólo en más horas de trabajo” ya que en “España ya trabajamos muchas horas”. Se trata de dar “un paso más” hacia la racionalización de los horarios y lo incentivos al trabajo para ser más productivos y competitivos, señala el especialista.

 

“Si el resto de la UE lo hace”, existe el riesgo de que las empresas se vayan a países que apliquen esta medida, por lo que podría afectar de forma indirecta a algunos sectores de empleo, advierte el socio de Sagardoy Abogados.

No obstante, desde este despacho desvelan que de aprobarse finalmente, las 60 horas semanales “afectarán a pocos españoles” ya que su aplicación es voluntaria y depende de cada empresa. Eso sí, la ampliación de jornada debe negociarse entre la compañía y sus trabajadores y venir acompañada de otro tipo de compensaciones e incentivos laborales, concluyen.

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