La Guardia Civil localiza a una menor desaparecida en Francia siguiendo su rastro en Internet

La menor desapareció en julio pasado de la casa de acogida en Nazaire de Valentine, Francia, en la que vivía desde hace más de un año porque no le gustaba la vida que llevaba. Los agentes la localizaron en Barcelona junto a su padre empleando sistemas de búsqueda en Internet que detectaron dos conexiones realizadas desde España.

Maria, nombre ficticio, no podía más. En julio, cogió una mochila, un móvil y una pequeña cantidad de dinero y huyó de la casa en Nazaire de Valentine, Francia, en la que la habían acogido hacía un año. Sus padres adoptivos denunciaron su desaparición a la Gendarmería francesa mientras los vecinos se echaban a las calles a buscarla sin resultado.

Las investigaciones iniciadas les hicieron pensar que la niña podría haber cruzado la frontera a España. Entonces, desde la Gendarmeria se dio la voz de alarma a la Guardia Civil mientras el caso pasaba al grupo especializado de desaparecidos de Toulouse. Había que investigar el entorno de la menor. Desde su procedencia –por si algún familiar hubiera intentado llevársela-, a las amistades que frecuentaba y sus costumbres. Así descubrieron que la niña solía usar una cuenta de correo electrónico con frecuencia.

Esta era la pista más fiable. Los investigadores descubrieron que una de las conexiones se había efectuado aparentemente desde España. Este era el rastro que debía seguir la Guardia Civil. Los expertos en delitos telemáticos solicitaron autorización judicial para localizar el lugar desde donde la menor había accedido a su cuenta de correo desde su desaparición.

Esta pista les llevó a un locutorio de Barcelona. Los agentes mostraron la fotografía de la menor a los responsables del local que, sin embargo, no la identificaron. En este intervalo, la menor volvió a conectarse desde un domicilio particular de Gerona propiedad de una familia española. Los agentes descubrieron que lo ocupaba una mujer de origen mongol que resultó ser la tía carnal de la desaparecida. Al parecer, desde que la habían adoptado, la niña había mantenido contactos por mail con su familia biológica y, según explicó después, harta de la vida que llevaba en Francia habían decidido volver junto a su padre que residía en Barcelona hacía dos años junto a otros ciudadanos de la misma nacionalidad.

La resolución del caso, según la Guardia Civil, ha demostrado que la investigación telemática puede constituirse en pieza clave para el descubrimiento de un hecho desligado completamente de cualquier actividad criminal.

 

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