Nerviosismo y quejas en la guardia civil de la Dirección General de Madrid por unas obras que estarían dejando expuestos a los agentes

Los guardias civiles que trabajan en la Dirección General se han visto forzados a ubicar sus vehículos particulares fuera del recinto, con el peligro que ello conlleva para su seguridad. El motivo son unas obras que se están llevando a cabo en la comandancia y que imposibilitan el aparcamiento en el interior. Hay quien alerta ya sobre los riesgos de esta medida.

Los guardias civiles que trabajan en la Dirección General se han visto forzados a ubicar sus vehículos particulares fuera del recinto, con el peligro que ello conlleva para su seguridad. El motivo son unas obras que se están llevando a cabo en la comandancia y que imposibilitan el aparcamiento en el interior. Hay quien alerta ya sobre los riesgos de esta medida.

La zona donde actualmente están estacionando los agentes corresponde al perímetro de seguridad que rodea la Dirección General. Los miembros de la benemérita aparcan sus coches concretamente en la circunvalación de las calles General Ibáñez de Íbero y San Francisco de Sales, lugar donde ya se produjo un atentado terrorista en 1988.

Conocedores de la zona y expertos en lucha antiterrorista manifiestan su desconfianza en la solución adoptada y denuncian las facilidades que tendría un terrorista para atentar contra algún agente. Tan solo bastaría, explican, con anotar las matrículas de los vehículos estacionados cuando el semáforo más próximo impida el tránsito o grabar las placas con una discreta cámara de vídeo.

A continuación, con un carné robado, se puede solicitar en la DGT el nombre y la dirección de sus conductores. De este modo, cualquier extremista podría obtener las señas del agente, incluido su lugar de residencia, y acabar con su vida de manera sencilla a la puerta de su casa. Se podría hacer volar incluso la propia Dirección General llenando su vehículo de explosivos y activándolos justo cuando se encontrase estacionado en la fachada del edificio.

Según ha reconocido a este confidencial un portavoz oficial de la Guardia Civil, en estos momentos los agentes no tienen otro lugar donde estacionar, ya que, debido a las obras, no hay espacio físico en el interior. No obstante, desde la Dirección General se insiste en que ningún agente está obligado a aparcar a en el exterior. Hay que recordar, sin embargo, que las inmediaciones de la Comandancia son zonas de pago y la Benemérita no corre con los gastos.

 

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