Pasar por el altar vestidos ‘de prestado’ está de moda. Aumenta la demanda de alquiler de ropa para ocasiones especiales debido a la crisis.

Desde hace unos años, encontrar tiendas dedicadas a alquiler de vestimenta y complementos para celebraciones o eventos especiales es algo habitual en nuestro país. En la mayoría de estos negocios aseguran haber notado un mayor interés en sus servicios, ya que con la difícil situación económica en la que nos encontramos, son muchos los que optan por alquilar en lugar de comprar, este tipo de prendas. Desde deNovias,  empresa dedicada al alquiler y venta de vestidos de novia, aseguran a El Confidencial Digital que “se ha notado un incremento en el alquiler de vestidos de novia, también o en vestidos de fiesta, pero en los de novia ha sido mayor. Hay muchas mujeres que prefieren ahorrar en el vestido y gastarse ese dinero en el viaje de novios”.

Sin embargo, al tratarse de una ocasión especial,  “sigue habiendo mucha gente que prefiere comprar el vestido y tener siempre ese recuerdo”, aseguran dependientes de otro comercio especializado en venta de vestidos de novia que no oferta servicios de alquiler.

Otras firmas del sector confirman que la tendencia a alquilar está en auge: “nosotros sólo nos dedicamos a alquilar trajes de etiqueta, chaqués y smokings, pero desde hace aproximadamente un año nos llama mucha gente preguntando por trajes de madrina y vestidos de mujer para alquilar”, explican fuentes de la tienda MisterPenguin.

Por su parte, desde El Baúl Andaluz, comercio especializado en chaqués para caballero, aseguran que cada vez es más habitual recibir a hombres “que vienen preguntando por el alquiler de trajes normales de caballero, esto es algo que nos sorprende  porque la  gente si solía comprar este tipo de trajes, ya que se pueden encontrar muchos a precios razonables, la gente se interesaba más por alquilar los chaqués y los fracs, lo de querer alquilar trajes corrientes de chaqueta y pantalón es nuevo”.

El negocio ha ido ganando adeptos y el servicio de alquiler, en la mayoría de los comercios, implica unas condiciones claras: un depósito previo, dos o tres días para poder disfrutar de esas prendas y un recargo en el caso de ocasionar algún daño al conjunto alquilado.

Los precios varían mucho dependiendo de la tienda y del tipo de vestimenta alquilada, pero oscilan entre los 40-50 euros el vestido más económico, hasta los 75-80 euros que puede costar el alquiler de un chaqué.

Para otros, sin embargo, alquilar a particulares no les ha salido rentable: “hay que dedicarle mucho tiempo, algunos clientes no nos pagaban y teníamos problemas, por eso nos hemos decidido a alquilar a gente que se dedica al mundo de la publicidad”, explican desde otra de estas tiendas.