El ‘Triángulo de las Bermudas’ de la inmigración en Canarias. Las mafias se están aprovechando de una ‘zona oscura’ para los radares
Cada vez son más los inmigrantes ilegales que llegan a las costas españolas y la complicada orografía de algunos puntos del litoral hace que los sistemas empleados para la detección de cayucos no cubran todo el terreno.
El Sistema Integral de Vigilancia Exterior (Sive) es un dispositivo que cuenta con una serie de estaciones sensoras y un centro de control que permite detectar las embarcaciones ilegales con mayor rapidez. Este mecanismo permite reducir el tiempo de respuesta para el rescate.
Las Islas Canarias disponen de tres Sive para la vigilancia de la inmigración clandestina. El primero está situado en Fuerteventura; el segundo, en Lanzarote y el último, en Gran Canaria.
El dispositivo de Gran Canaria está instalado a bordo de un vehículo de tracción que recorre una parte de la costa de la isla. El problema es que la zona comprendida aproximadamente entre San Agustín y Juan Grande presenta complicaciones en el terreno: una montaña impide que los sensores del Sive capten los cayucos.
Según fuentes policiales especializadas en la lucha contra la inmigración ilegal a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, las mafias conocen esta situación y están aprovechando esa ‘zona oscura’ para introducir con mayor facilidad y sin ser detectados a los ‘sin papeles’ en España.
A esto hay que añadir que el Sive capta los movimientos a una distancia máxima de 20 millas (32 kilómetros) con el mar en calma. En el caso de que hubiera olas de entre 3 y 4 metros la capacidad de rastreo se reduce y sólo cubre entre 9 y 12 millas. Si las condiciones meteorológicas son muy hostiles el dispositivo de vigilancia sólo rastrea hasta las 7 millas.
