Las argucias de las aerolíneas para ahorrar fuel. Un avión de Ryanair se ve obligado a declarar “urgencia por combustible” tras una demora de 15 minutos por una tormenta

Un avión de la compañía Ryanair tuvo que declarar este miércoles al llegar al Aeropuerto de Barajas una “urgencia por combustible” para aterrizar: no tenía combustible para mucho tiempo. El caso destapa las argucias de algunas líneas aéreas con el carburante que utilizan.

El vuelo FR-5463 de Ryanair venía de Bruselas con destino Madrid. La hora de salida prevista eran las 10:05 de la mañana, pero despegó con casi una hora de retraso, según han confirmado desde el Aeropuerto de Charleroi-Bruselas a El Confidencial Digital.

En Barajas, el vuelo se esperaba hacia las 12:20. Sin embargo, cuando la aeronave se aproximaba a Madrid, la torre de control de Barajas informó a los aviones que debían estar atentos debido a una tormenta en el sur de Madrid que dificultaba su acercamiento.

Apenas quince minutos después, el piloto del Ryanair se comunicó con la torre de Barajas para informar de que el avión estaba en estado de ‘short of fuel’ –corto de gasolina. En el argot de la aviación, a esta frase se la denomina ‘urgencia por combustible’.

En esos casos, la torre de control procede a dar prioridad de aterrizaje al avión que está falto de carburante. Sin embargo, lo que sorprende a los pilotos veteranos es la celeridad con la que la aeronave de Ryanair comunicó la escasez de fuel en su depósito.

El aparato procedente de Bruselas aterrizó finalmente a las 13:14 en la Terminal 1, y quedó aparcado en la T-13, según los datos que ha facilitado AENA a ECD.

El apaño del “aeropuerto alternativo”

Profesionales de la aviación reconocen a este confidencial que el truco de cargar el queroseno justo para el viaje es una de las argucias más comunes de las compañías aéreas de bajo coste con el fin de ahorrar costes. Al reducir la carga de combustible se paga menos carburante y se reduce también el consumo, ya que el aparato pesa menos.

Según las normas europeas de seguridad aérea, un avión debe cargar combustible suficiente como para mantenerse en el aire entre 30 y 45 minutos más de lo que exige su trayecto. Concretamente, deben incluir carburante para llegar a uno de los denominados “aeropuertos alternativos”, ante la eventualidad de que no se pueda aterrizar en el destino por cualquier motivo.

Las pistas alternativas de Barajas para los aviones de Iberia, AirEuropa o Spanair suelen ser Salamanca, Zaragoza o Valencia. Sin embargo, las líneas de bajo coste se apoyan en una directiva que permite utilizar excepcionalmente aeródromos “que cuenten con dos pistas paralelas”. Así, como Barajas tiene cuatro pistas, algunas compañías citan el propio aeropuerto de Madrid como “alternativo”.

 

El avión de Ryanair era un modelo 737-800. Esta aeronave consume en vuelo unos cuarenta kilogramos de combustible por minuto, con un pasaje medio de unas 150 personas. Por lo tanto, para un trayecto Bruselas-Madrid se estima que el avión necesita como mínimo 3.800 kilogramos de fuel. Para llegar a cualquiera de las clásicas pistas alternativas, el Ryanair debía haber añadido 2.300 kilos más para evitar imprevistos. Esto le hubiera permitido mantenerse en espera hasta casi una hora más.

Según los detalles de vuelo y los datos técnicos que se relatan en estas líneas, la nave procedente de Bruselas no parecía llevar el fuel necesario para alcanzar Salamanca, Zaragoza o Valencia.

Otro truco: no declarar “emergencia”

Hay que llamar la atención sobre otro dato relevante. La tripulación del Ryanair procedente de Bruselas no declaró la denominada ‘emergencia de combustible’, que se emplea en situaciones excepcionales, cuando el avión necesita máxima prioridad para el aterrizaje.

En este caso, el piloto debe pronunciar por radio hasta tres veces la clave ‘mayday’ y el tipo de emergencia. En ese momento, el resto de aeronaves pierden cualquier tipo de prioridad y la torre de control más cercana tiene la obligación de centrarse en el avión afectado. Tendrá precedencia para todo.

Sin embargo, tras el aterrizaje, las autoridades del aeropuerto inician una investigación sobre el avión que ha declarado el estado de emergencia, un procedimiento que puede tener consecuencias para la aerolínea.

En el caso que nos ocupa, la tripulación del Ryanair optó, sin embargo, por lanzar una “urgencia por combustible”, no una “emergencia”. Obtuvo la atención de la torre de Barajas y se evitó una incómoda inspección.

El Confidencial Digital ha tratado de contactar sin éxito, durante el día de ayer, con algún portavoz de Ryanair para aclarar los detalles del vuelo mencionado. Nadie ha devuelto las llamadas.

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