El ‘caso Juana Rivas’ de Palencia: un padre lleva 3 años sin poder ver a su hijo pese al respaldo del Supremo

El Alto Tribunal ha ordenado que se aplique la custodia compartida con la madre, pero la juez de primera instancia no la aplica

Custodia compartida.
La última vez que Javier estuvo con su hijo fue en diciembre de 2015.

En 2017, Juana Rivas protagonizó numerosas portadas e innumerables minutos en programas de televisión con su historia: una mujer divorciada que huye de Italia con sus dos hijos para que no estén con su padre.

El caso adquirió más polémica todavía cuando los jueces italianos dictaron una sentencia ordenando la custodia exclusiva del padre de los pequeños.

Rivas se ocultó un mes en España con los niños, lo que ha terminado en una condena de cinco años de cárcel por desobediencia judicial y sustracción de menores.

El caso de Palencia

Pues bien. Se ha repetido un caso parecido en Palencia. El 20 de diciembre de 2015 fue la última vez que Javier estuvo con su hijo. El pequeño tenía entonces siete años.

Javier y su exmujer, Laura, se separaron en 2012. Establecieron un régimen de custodia compartida para el pequeño.

En 2014, obtuvieron el divorcio. La sentencia, del 28 de febrero, establecía de nuevo el régimen de custodia compartida.

La madre apeló en 2015 a la Audiencia Provincial para que dictara un auto de modificación de medidas en el proceso de divorcio y le otorgara la custodia exclusiva del niño.

Desaparición

A los pocos meses, como se ha indicado más arriba, en diciembre de 2015, Javier dejó de ver a su hijo. En concreto, desde las vacaciones de Navidad.

El pequeño no pasó la Nochevieja con su padre, como estaba previsto. Entonces, Javier presentó una denuncia por sustracción de menores. Pasaron dos años y nueve meses hasta que llegó el juicio, en septiembre de 2018.

 

Absentismo escolar

Entretanto, la madre, Laura, dejó de llevar al niño al colegio. Según ella, lo hizo sólo las semanas que le tocaba residir con Javier "para proteger" a su hijo.

Sin embargo, un juzgado de lo penal de Palencia condenó a la madre en octubre de 2017 por abandono de familia basándose en la tasa de absentismo escolar del pequeño durante los meses de enero a junio de 2016: no asistió al 93% de las clases.

Durante todo ese tiempo, comenzó el calvario judicial para conseguir que se aplicara la custodia compartida, por parte del padre, y para obtener la custodia exclusiva, en el caso de la madre.

Esos meses, Javier, el padre del niño, acudía al domicilio familiar, en el que residía su exmujer con su nueva pareja y el pequeño, para intentar que se lo entregaran, algo que no sucedió porque, asegura, no le abrían la puerta ni respondían a las llamadas de teléfono.

Dos versiones

Confidencial Digital se ha puesto en contacto tanto con el padre como con la madre del niño, además del abogado del progenitor.

Laura, la madre, afirma que el pequeño, que a día de hoy cuenta con casi once años, volvía “con mala cara” de casa de su padre. Es más, que no deseaba verle y que cuando Laura le informaba de que debían marchar al domicilio de Javier, el niño se agarraba a los muebles para evitar salir de casa.

También afirma que el niño regresaba de estar con su padre “en mal estado: retraído, sometido, mal cuidado, mal aseado, sin comer bien, con mucha hambre, vestido con ropa de niña”. Los hermanos de Javier eran, según afirma, de la misma opinión.

 El padre niega estos extremos y asegura que hasta 2015, la relación con su hijo era “excelente”.

La madre asegura que en todo momento se ha mostrado a favor de que el niño pase tiempo con su padre, pero de una manera que no le resulte traumática.

También, que las semanas en las que el niño no acudía al colegio para evitar estar con su padre, recibía clases particulares y consiguió aprobar todas las asignaturas a final de curso, con una nota Suficiente Alto.

La Policía, en el colegio

Alude a un incidente que tuvo lugar en el colegio del pequeño. Ambos progenitores acordaron que Javier recogería al niño en el colegio.

El padre se presentó en el centro escolar mientras su exmujer observaba la situación junto con su nueva pareja y su madre. Según Laura, el pequeño se negó en rotundo a marcharse con su padre.

Dos agentes de la Policía se presentaron en el centro para intentar convencerle, pero no lo consiguieron y finalmente el niño fue con su madre.

Laura también relata a este confidencial que pactó con Javier un encuentro con el niño en un bar de Palencia en abril, cuatro meses después de empezar a incumplir la custodia compartida.

Según ella, dejó al niño y a su padre solos en una mesa mientras ella y su madre observaban. El pequeño comenzó a llorar.

La versión del padre es distinta. El niño se lamentaba porque no entendía por qué no podía irse a vivir con él las semanas correspondientes.

ECD ha accedido a una grabación en la que se recoge la conversación de ese día entre Javier y su hijo, en la que el pequeño, cuando su padre le pregunta si quiere ir con él, responde: "lo que diga mamá".

A las pocas semanas, Laura intentó gestionar otro encuentro y su hijo no quiso ver a su progenitor, según ha asegurado a este confidencial.

Anuncios de índole sexual

La madre también asegura que su ex marido publicó un anuncio de índole sexual en una página web cuando dejó de ver al niño. Así lo ha podido comprobar ECD.

Javier admite la publicación de este anuncio, pero niega haber ejercido la prostitución, sino que atravesaba una época de un bajo estado de ánimo.

Riesgo de alienación parental

Tras las Navidades de 2015-1016, la madre del niño pidió al juzgado de instrucción número 3 de Palencia, que había llevado el caso de divorcio, una modificación de medidas de custodia compartida.

Lo hizo cuando la Audiencia de Palencia todavía no había resuelto el recurso que la propia madre había presentado en 2015. Laura abrió dos procesos idénticos, pero en distintas instancias, lo que aprovechó para no aplicar la custodia compartida del niño con su ex marido.

 La Audiencia se pronunció en marzo, rechazando la solicitud de la madre y ratificando la custodia compartida.

Durante el procedimiento, dos peritas elaboraron un informe psicosocial sobre el estado del pequeño y concluyeron que lo mejor para el niño era residir exclusivamente con su padre.

También advirtieron que existía un serio riesgo de alienación parental del niño, es decir, que estuviera rechazando a su padre por influencia de su madre.

Según ésta, las peritas se retractaron a posteriori de este informe, puesto que lo elaboraron sin conocer que el padre había ofrecido servicios sexuales en Internet. La defensa de Javier lo niega.

Sentencias que no se ejecutan

Pese a que la Audiencia ratificó en marzo la custodia compartida, el juzgado de primera instancia número 3, cuya titular era María del Sol González Encinas, no aplicó el auto.

La madre alega que el tribunal no especificaba cuándo debía entregar el niño a su padre.

La magistrada decidió resolver antes la modificación de medidas que había pedido la madre, aunque contradijera expresamente una resolución de instancia superior, en este caso, de la Audiencia.

Por tanto, celebró juicio en mayo, y en septiembre, dictó sentencia: en contra del criterio de la Audiencia, revocó la custodia compartida y la entregó en exclusiva a la madre.

El padre apeló de nuevo a la Audiencia, que no se pronunció hasta que pasaron siete meses. Falló a favor de la custodia compartida, cuando Javier llevaba ya un año y medio sin ver a su hijo.

Para asegurarse de que este fallo iba a ser cumplido, el padre solicitó una ejecución de sentencia, que no llegó hasta octubre, cinco meses después de haberla solicitado.

La juez dio quince días a la madre para entregar al niño a su progenitor. No lo hizo y ante esto, la magistrada declinó tomar medidas.

El padre solicitó a la juez que aplicara el artículo 158 del código civil, esto es, la aplicación de medidas cautelarísimas para obligar a su exmujer a cumplir la sentencia de la Audiencia palentina.

Pero, en lugar de concedérselas al padre, la magistrada se la concedió a la madre, que había pedido esta misma medida, pero para la sentencia que le otorgaba la custodia exclusiva. Y, aunque esa sentencia fue revocada por una instancia superior, la juez se lo concedió.

Querella contra la juez

Fue entonces cuando el padre, Javier, decidió recusar a la juez González Encinas e interponerle una querella criminal. Habían pasado dos años desde que vio por última vez a su hijo y pese a que la Audiencia le había dado la razón, no había vuelto a estar con él porque esta juez no aplicaba la sentencia.

Nada más interponerse la querella, la juez González Encinas pidió una excedencia. Por entonces, apareció en varios medios castellano-leoneses afirmando haber sido víctima de violencia de género.

Su sustituta, Diana González Conde, se hizo con el caso en mayo de 2018, dos años y medio desde el inicio de la historia.

Pues bien. Esta magistrada, en lugar de aplicar la sentencia de la Audiencia Provincial, decidió dictar un auto de modificación de medidas.

Estableció un régimen de custodia compartida pero con una peculiaridad: el niño no viviría en semanas alternas con su padre, sino que Javier sólo podría visitarle dos horas los fines de semana en la sede de una asociación dedicada a los encuentros familiares.

El padre no ha hecho uso de estas visitas.

El Tribunal Supremo

Casi a la vez, Laura interpuso un recurso de casación ante el Tribunal Supremo para conseguir la custodia exclusiva del niño. 

Sin embargo, el Alto Tribunal falló en su contra, achacándole la influencia negativa sobre el niño para volverle en contra de su padre. La sentencia ordenó que se aplicara la custodia compartida.

Pero, aunque esta sentencia del Supremo fue dictada en junio de 2018, a día de hoy no se ha aplicado. La juez de primera instancia no ha ejecutado la sentencia.

Ante esta situación, el padre del niño ha presentado un recurso de amparo en el Tribunal Constitucional y ha solicitado al CGPJ la apertura de una investigación del juzgado de González Encinas.

La madre, condenada por abandono de familia

La madre fue condenada por abandono de familia en octubre de 2017 y fue juzgada por sustracción de menores al año siguiente. En este caso fue absuelta en primera instancia.

La sentencia está recurrida ante la Audiencia. El fiscal pide 2 años y un mes de prisión y la acusación particular, ejercida por el padre, la pena máxima, esto es, 6 años de cárcel.

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