Los escoltas están hartos de que Rubalcaba no les deje llevar arma las 24 horas y amenazan con colapsar las armerías con la entrega masiva de pistolas

El colectivo de escoltas sigue sin poder portar su arma reglamentaria fuera de su horario de trabajo. La ley no se lo permite. El Ministerio del Interior sigue alargando en el tiempo esa modificación de la Ley de Seguridad Privada que prometió Rubalcaba. Los profesionales amenazan con tomar medidas inmediatas.

En noviembre, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, reconoció que los escoltas que realizan labores de protección a políticos, jueces, periodistas, empresarios y otras personalidades tenían un problema. Se comprometió a que su departamento estudiara la fórmula para que los escoltas privados pudieran disponer “muy pronto” de armas las 24 horas del día, y no sólo durante su jornada de trabajo.

“Somos partidarios de encontrar una fórmula para que pueda solucionarse este conflicto porque es verdad que la Ley (de Seguridad Privada) exige una interpretación. Pero estamos intentando encontrar una fórmula para permitir que, efectivamente, los escoltas privados puedan disponer de armas cuando abandonan su servicio”, aseguró el titular de Interior.

Han pasado más de seis meses desde aquellas palabras de Rubalcaba y el Ministerio sigue sin mover ficha. A pesar de que existen algunos informes de la Guardia Civil favorables a que los escoltas porten su arma reglamentaria durante todo el día, los afectados creen que son los altos cargos ministeriales los que no acceden a modificar la ley. En este sentido, explican, en Interior hay una directriz no escrita que impide que la legislación se cambie.

El Confidencial Digital ha podido conocer que entre el colectivo se sigue acrecentando el malestar y la inquietud. La situación se agrava en el caso de los escoltas que desempeñan su actividad en el País Vasco. Los profesionales se sienten “desprotegidos por la legislación”, cuando se da la paradoja de que entre sus responsabilidades está, precisamente, ser garantes de la ley.

Los escoltas ya no aguantan más y están barajando iniciar acciones reivindicativas en las próximas semanas para intentar forzar al Ministerio del Interior a que revise su situación. Una de estas medidas de presión que están estudiando es la de que todos los profesionales entreguen su pistola al mismo tiempo en las armerías de las empresas privadas para colapsar los depósitos.

En estos momentos, no existen suficientes armeros homologados en las compañías de seguridad que puedan atender que un gran número de escoltas depositen su arma en el mismo lugar y en el mismo tramo horario. Ante esta situación, la Guardia Civil debería fiscalizar estos depósitos encontrándose en la misma situación: no habría personal.

Así, los escoltas deberían, probablemente, desplazarse en masa a otras localidades para depositar y recoger su arma al día siguiente, por lo que la situación se complicaría aún más.

Se trata, como decimos, de una medida extrema. Los escoltas, de hecho, se muestran dispuestos a colaborar en todo momento con Interior: creen que los principales perjudicados por cualquier acción de protesta serían los propios profesionales.

Por otra parte, el departamento de Interior del Gobierno vasco acaba de anunciar el comienzo de nuevos cursos para preparar escoltas. El objetivo es disponer de suficientes profesionales para el caso de que, previsiblemente, aumente la ofensiva de atentados de ETA.

 

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