España se olvida de Ucrania: descienden un 30% las donaciones de bienes de primera necesidad y un 13% las ayudas económicas

Unicef, Cáritas y Cruz Roja han detectado un parón en los donativos al país en guerra desde el mes de junio

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La Fundación Madrina preparando una carga de alimentos y medicina para transportarlo a Ucrania

La guerra perpetuada por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, sobre territorio ucraniano, movilizó a las grandes potencias del mundo y provocó un terremoto en la economía global.

La ciudadanía española se volcó con la causa y se crearon asociaciones específicas y movimientos a favor de Ucrania con el fin de socorrer a los afectados ucranianos, principalmente mujeres y niños, y obtener donaciones económicas.

Organizaciones más establecidas como Unicef y Cáritas y parroquias como la de San Jorge en Madrid se pusieron manos a la obra para atender las necesidades de la ciudadanía ucraniana. Numerosos viajes se realizaron partiendo desde España en autobuses, taxis, camiones… para hacer llegar alimentos y medicamentos para su posterior distribución en el país que dirige Volodímir Zelenski.

La guerra en territorio europeo alcanza el medio año de duración y no se ve un fin a corto plazo. Como consecuencia, ahora estas asociaciones están “preocupadas” porque las donaciones están disminuyendo “y los problemas de los ucranianos siguen creciendo”.

Fuentes de la Cruz Roja admiten a Confidencial Digital que la operación que llevaron a cabo en abril mandando un SMS en el que se elegía una cierta cantidad de dinero destinado a Ucrania “tuvo bastante éxito, más del que esperábamos, pero desde junio hemos notado una caída notoria en las donaciones”.

Desgaste y vacaciones

Concretamente, las donaciones de bienes de primera necesidad “han caído un 30% desde el mes de junio”, y las económicas un 13%.

Estas organizaciones admiten que el problema puede deberse “a las vacaciones de verano o porque ha pasado mucho tiempo desde el inicio del conflicto”.

Las ONG más implicadas hacen un llamamiento a los ciudadanos que “no nos olvidemos de nuestros vecinos y que sigamos ayudando”. Asociaciones como Cáritas prefieren “las donaciones económicas a través de transferencias bancarias”. La razón de ello es que la ayuda a través de alimentos y otros productos provoca “más descontrol y desorganización”.

Aun así, aseguran que seguirán “llevando autobuses llenos de comida, pero la frecuencia será menor que hace unos meses”. Por es piden “más implicación por parte de la ciudadanía española”.

 

Otras formas de ayudar a Ucrania

Desde estas organizaciones explican que “se están llevando a cabo durante el verano eventos como mercadillos o sorteos para seguir recaudando fondos”.

Reconocen que “no se recauda lo mismo que con las transferencias, pero es una manera de que se siga donando de manera indirecta”.

Donaciones en las primeras semanas de guerra

La invasión de Ucrania a gran escala por el ejército ruso y las imágenes de ucranianos sufriendo los bombardeos en sus ciudades y huyendo a los países vecinos desató la solidaridad de miles de españoles en los primeros días y semanas de la guerra.

ECD contó a principios de marzo cómo supermercados, parroquias, bares y empresas de transporte se estaban coordinando con la Embajada de Ucrania en Madrid para canalizar la ayuda a los ucranianos en distintas ciudades de España.

La legación ucraniana trató de orientar las donaciones, difundiendo listas de los productos más necesarios: desde chalecos antibalas y mochilas tácticas a sillas de ruedas botiquines y muletas, pasando por mantas, sacos de dormir, ropa térmica, materiales de construcción, productos de higiene, teléfonos móviles, radios, platos y cubiertas, tiendas de campaña y comida no perecedera.

Gracias a esta coordinación se fueron organizando caravanas de camiones y furgones para trasladar estos donativos hasta Ucrania, o a los países europeos limítrofes en los que se habían refugiado miles de personas que huían de los ataques rusos y los combates con la resistencia ucraniana.

El movimiento solidario tuvo su auge en la última semana de febrero y en las primeras de marzo, cuando la guerra en Ucrania acababa de comenzar y era el tema dominante en todos los medios de comunicación.

Pero ya en abril algunas empresas que se volcaron en esta campaña, y organizaciones como Cruz Roja, detectaron un bajón importante en las donaciones, tanto de dinero como de alimentos no perecederos, medicamentos y otros productos. La caída en las donaciones se ha acentuado desde junio.

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