Las mezquitas españolas son canteras de yihadistas. Los expertos recomiendan regular el culto y controlar la financiación para evitar el creciente radicalismo

Las conclusiones del estudio elaborado por la profesora María Amparo Tortosa Garrigós advierten sobre la progresiva radicalización de las mezquitas en España, así como la proliferación de las ilegales mezquitas-garaje. La solución, regular el culto y controlar la financiación.

En el informe al que ha tenido acceso El Confidencial Digital, elaborado para la ‘Fundación Safe Democracy’, se destaca que el principal foco de radicalización islamista en España son las prisiones. Sin embargo, las mezquitas comienzan a ganar terreno como centros de reclutamiento y adoctrinamiento de yihadistas.

El principal detonante de esta situación es el escaso control que hay sobre la financiación que reciben los centros de culto. La mayoría de las 1.000 mezquitas –sólo 200 están registradas oficialmente- reciben aportaciones económicas de Arabia Saudí.

El sistema que rige en todas las mezquitas otorga a quien las financia el privilegio de nombrar al imam. Aprovechando que la ley española establece el principio de no interferencia, se está permitiendo la entrada del wahabismo, una de las corrientes más radicales del Islam que proviene de la península arábica.

La solución que propone la autora del estudio es que sea el Estado español quien financie las mezquitas para poder tener control sobre el imam de la mezquita y monitorizar las ‘fatwas’ –discursos- que se transmiten a los fieles. Estta es una opción compartida por varias plataformas islámicas, como la Asociación de Trabajadores Marroquíes en España.

El problema surge con las denominadas mezquitas-garaje, sitios de culto no oficial donde se reúnen pequeñas comunidades de fieles y donde suele darse un alto componente de radicalización en los discursos. Según recientes estudios, puede haber en España cerca de 800 centros de culto de este tipo, que se encuentran fuera del control de las instituciones del Estado.

Según informes policiales a los que ha tenido acceso la autora del estudio, en España existen algunas mezquitas semi-clandestinas regidas por el grupo pakistaní Lashkar e Tabyyiba, el grupo responsable de los atentados de Bombay. La táctica terrorista que utilizaron en la India podría ser utilizada en España, como se publicó en ECD –vea aquí la noticia-.

Señas de la radicalización

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han definido una serie de rasgos que permiten identificar centros de culto que podrían estar bajo influencia de musulmanes radicalizados. El principal es el vacío repentino de algunas mezquitas: cuando el discurso comienza a tomar tintes integristas, el resto de fieles conservadores se va a otra mezquita.

La Policía comienza a identificar ciertos comportamientos entre los fieles –siempre jóvenes- que les permiten determinar que existen indicios de radicalización: empleo de alias, llamadas desde cabinas, cambios de tarjeta de móvil, reparto de propaganda o actos sociales al aire libre.

 

Los miembros de grupos musulmanes radicales son conscientes del continuo control policial sobre las mezquitas, lo que hace que aquellas prácticas más significativas del ‘wahabismo’ se realicen cada vez más habitualmente en domicilios privados.

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