‘Generación-Covid’: jóvenes sobradamente líderes que serán vacuna contra el virus de la escasez de referentes públicos

Altruismo, cooperación y tecnología. Educados en la cultura del deber, pero inspirados para ser felices. Ajenos, aún, al sistema que inhibe su capacidad de revolucionar las cosas. Según Antonio Sola, presidente de la Fundación Liderar con Sentido Común, “los jóvenes españoles de entre 11 y 20 tienen madera para ser los líderes sociales que necesitamos y la crisis del coronavirus acentuará su potencial a medio plazo”

Generación-Covid
Generación-Covid

El pasado mes de diciembre Antonio Sola puso en marcha la Fundación Liderar con Sentido Común. En esos meses antes del coronavirus, el conocido “creador de presidentes” y sus 450 campañas electorales a las espaldas, se bajó de la tribuna, se acercó a los jóvenes de España, y miró a la cara a las nuevas generaciones. Los escuchó. Les habló en serio. Y entendió que los líderes sociales que necesita nuestro país están ahí, en los pupitres, encerrados ahora en sus casas entre deberes, deporte casero, juegos de mesa, videojuegos, multiconversaciones por Zoom, dando ánimos a sus abuelas, poniendo la mesa, cuidando las recomendaciones sanitarias, contándonos su encierro en las stories de Instagram y saliendo al balcón para el aplauso de las 20.00 como diciendo: yo, de mayor, quiero ser como todos los que se dejan la piel por salvarnos la vida sin sensación de mártires.

Al olfato de seleccionador de talento de Sola le llega estos días con más nitidez un olor optimista: la ‘Generación-Covid’ “será la vacuna contra la escasez de liderazgo público en España que padecemos particularmente en estos días. Pronto empezarán a llegar los primeros alcaldes, los primeros presidentes de comunidades autónomas y, algún día, uno de esos jóvenes con madera -quizás una chica- aterrizará en la Moncloa y nos enseñará a todos una nueva forma de entender la democracia y la sociedad del siglo XXI”.

Flash back. Enero de 2020, tan cerca y tan lejos. Interior: aula de un instituto del Levante español. Ante un grupo de chavales de 12 años, Sola le pregunta a una chica.

            ¿Qué quieres ser de mayor?

            -¡Astronauta!

Risas flojas incipientes. Carcajada general. La chica levanta su móvil:

            -Estoy leyendo aquí un manual para saber qué tengo que hacer para conseguirlo.

Reflexiona Sola: “¡Esa chica va a llegar a donde quiera! Ni en su familia ni en la escuela le dicen cómo conseguir lo que quiere con todas sus fuerzas y ella ha decidido buscar por su cuenta fuera del colegio. Tenemos que aprender a mirar a nuestras generaciones más jóvenes de otra forma. Nosotros hemos sido educados en el ‘sé honesto’, ‘esfuérzate’ y ‘trabaja mucho’. Lógicamente esos valores seguirán vigentes siempre, pero las nuevas generaciones nos están enseñando algo muy importante: que estas máximas son compatibles con buscar la satisfacción y la felicidad y eso acaba contagiando otro tipo de sociedad”.

Una “revolución silenciosa”

Recién llegado de ese tanteo por las aulas de España, el experto que lleva media vida liderando a líderes y que se considera uno de los estrategas más influyentes del mundo, se encuentra con la pandemia del coronavirus, y ve la respuesta política, y observa cómo contesta la calle. En una conversación de cuarentena, sin prisas, desde el otro lado del teléfono Sola presagia “una revolución silenciosa. Igual que el virus aterrizó en el planeta sin llamar la atención, de esta pandemia saldrá una sociedad distinta, más preparada, más capaz de gestionar las crisis, más dispuesta a la unión social como máximo recurso de fuerza. Estamos entendido de una manera contundente que hasta ahora pensábamos la política, la economía y la sociedad con parámetros muy del siglo XX, y en el siglo XXI nada de eso nos sirve para entendernos”.

 

En la Generación-Covid ve “un nuevo liderazgo creativo, distinto, original, sano y entusiasmante. En España tenemos una cantera de ciudadanos dispuestos a reactivar la sociedad. En mis charlas con estudiantes he comprobado que las nuevas promociones cuentan con tres características que serán esenciales a medio plazo: son masivamente altruistas y llevan dentro un fuerte sentido de solidaridad; han desarrollado un instinto básico de cooperación, y tienen la tecnología totalmente integrada en sus vidas. Esto es un cóctel explosivo muy optimista para el futuro. Si ellos estuvieran liderando hoy la crisis del coronavirus, habrían tomado decisiones mucho antes y, seguramente, habrían adelantado el cronómetro para el final de esta pandemia”.  

Si los jóvenes de la ‘Generación-Covid’ estuvieran liderando hoy la crisis del coronavirus “habrían tomado decisiones mucho antes y habrían adelantado el cronómetro para el final de esta pandemia”

El único miedo que circunda esta prospección generacional de Sola es que “no seamos capaces de adaptar el sistema educativo a la nueva generación y acabemos inhibiendo tanta materia prima de liderazgo con sentido común. Sería una pena que, al llegar a la Universidad, se duerman, porque el liderazgo natural que expresan podría no recuperarse”. En su opinión, los jóvenes que hoy salen a los balcones a las 20.00, los que estos días están decidiendo que de mayor quieren ser profesionales sanitarios o miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, son más inteligentes de lo que pensamos. La crisis de salud pública que estamos viviendo nos servirá a todos para madurar, pero ellos le sacarán más partido”.

Ayudaría, dice Sola, que “los responsables de gestionar esta crisis no enseñen que lo hicieron bien. Es importante que las nuevas generaciones sepan que los más inútiles en liderar esta pandemia fuimos nosotros. Que no lo hicimos correctamente como políticos, como padres, como abuelos. La democracia se nos quedó estrecha y el presente nos está exigiendo ensancharla. Estamos ante un escenario imparable de transformación social a medio plazo”. En este contexto, “las mujeres de las nuevas generaciones tendrán un protagonismo especial. Si en el caos frente al coronavirus hubiera más mujeres políticas, a la sociedad española nos iría mejor. Ellas tienen más capacidad de enfrentarse a estas crisis. Aunque estamos en ello desde hace tiempo, la sociedad debe aprender a generarles el espacio que merecen, porque cuentan con una visión distinta más acorde para pelear contra circunstancias adversas. Las chicas que estoy conociendo en las aulas españolas son más activas y más líderes para ayudarnos a todos a salir hacia adelante”.

“Las mujeres de las nuevas generaciones tendrán un protagonismo especial. Si en el caos frente al coronavirus hubiera más mujeres políticas, a la sociedad española nos iría mejor”

Política y sociedad civil

Con respecto a la política española, Sola -estratega principal en importantes campañas ganadoras, como las de José María Aznar, Mariano Rajoy, Juan Manuel Santos (Colombia), Felipe Calderón y Vicente Fox (México) o Michel Martelly (Haití), por ejemplo-, considera que “las circunstancias del coronavirus han hecho que los responsables públicos caminen hacia el verdadero sentido común. Han dejado de jugar con las ideologías y eso es bueno. Era una limpieza perentoria que necesitaba la política española. De todas formas, el liderazgo es una cuestión actitudinal que nace de dentro y sale fuera, no al revés”.

Sobre la fuerza de la sociedad civil, el “creador de presidentes” remarca algo que ya está en todas las redes sociales, pero por si acaso: “España necesita más amancios y tendrá más amancios. Estamos entendiendo mejor que el verdadero éxito no es solo el trabajo, el prestigio, y el dinero. Después del coronavirus valoraremos cada vez más a quienes saben entregarse generosamente a los demás, a los que se mueven para ser felices y hacer felices a las personas con las que conviven”.

Su proyección es que “en este escenario de confinamiento social se están fraguando muchos líderes sociales: personas con capacidad de impulsar cosas nuevas que darán la cara antes de fin de año y que nos sorprenderán con propuestas diferentes propias de nuestro siglo. El riesgo es que todo ese potencial lo fagociten los partidos políticos y será importante no caer en esa tentación. La acción política, social y económica será nueva y será irreversible. Es el momento de preparar cómo queremos que sea nuestro pacto social para los próximos 50 años. El sistema vigente está roto. Afortunadamente, las nuevas generaciones cuentan con herramientas de nuestros tiempos y saben lo que quieren. Abandonemos el paternalismo escéptico y démosles alas para que salgan del nido. Lo agradeceremos todos los españoles más pronto de lo que parece”.

Entre los 11 y los 20 años, con excepciones en los bordes de edad. Ahí anda, según Sola, la horquilla de españoles que fijarán los pelos sueltos de esta sociedad despeluchada que requiere un relevo, aunque sea después de pasar la maquinilla muy cerca de la desesperanza global. Esos adolescentes rebeldes que nos dicen: “es que no me entiendes”, igual tienen razón. Habrá fugas, como en todas las generaciones, pero “ahogar esta cosecha que será vacuna -concluye Sola- sería quitar el oxígeno a una sociedad entera que quiere volver a respirar a pulmón curado”.  

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