La Otra Cara del Covid-19

Un joven español en Corea: “Aquí, el 80% de la lucha contra el coronavirus corresponde a la población y un 20%, al Gobierno”

Juampi Postigo vive la crisis del coronavirus en Corea desde antes que nosotros. Con un pie en oriente y otro en España, atento a su familia, amigos y compatriotas, anima a aprender de los coreanos el uso de las tecnologías, el escrupuloso autocuidado, el control obsesivo de cada infectado por parte de las autoridades y el ejemplo social de unidad que está llevando a políticos, ciudadanos, empresas y famosos a ofrecer medios y ayudas para superar juntos la batalla contra el virus

Juampi Postigo en Seúl, junto a la cola de usuarios de una farmacia. Foto: Min Taejin.
Juampi Postigo en Seúl, junto a la cola de usuarios de una farmacia. Foto: Min Taejin.

Juampi Postigo lleva siete años largos viviendo en Corea. Estudió la carrera en Seúl, aprendió el idioma, se hizo a un mundo nuevo, y ahora trabaja para una empresa española de moda. Con un pie en su tierra vital y otro en donde vive su familia, avanza como puede en este campo de minas biológicas en el país que eligió para disfrutar su juventud.

Su contexto es el siguiente: Cada mañana se dirige a su oficina y constata que “el tráfico es muy parecido”. Al principio del estallido circulaban menos coches, pero poco a poco la rutina ha ido volviendo a la normalidad. A sus amigos los ve menos, pero su equipo de fútbol sigue en pie después de una sola semana fuera de juego, “aunque es más difícil encontrar un campo abierto para jugar”. Para algunos, la vida social es mínima. Para otros, “se ha evaporado completamente”.

En España las recomendaciones son nítidas: quedarse en casa. En Corea remite la dimensión de la alerta.

Si mira por la ventana, Postigo ve que “Corea, comparado con lo que veo y leo de Europa, está muy bien. Hay restaurantes y cafeterías abiertos. Y hoteles, tiendas y locales de ocio. Han bajado las ventas, pero el on-line funciona como nunca, porque este país cuenta con la mejor conexión a Internet”. El avance digital les está suponiendo a los coreanos un gran túnel contra las dificultades rocosas. En cualquier caso, si mira por la ventana un día cualquiera, lo que observa es un mix de “responsabilidad y prudencia” en las calles, incluso ve ráfagas de esperanza, porque, “a pesar de que aumentan los casos, las personas que se han curado son muchas”.

En Corea, sostiene Postigo, les está sirviendo “que la población use mascarillas, sobre todo los que salen a comprar o a trabajar. Aunque no tengas síntomas, puedes transmitir el virus, por lo que se entiende que esta medida reduce el número de contagios. De todas formas, al no haber oferta suficiente, entiendo que las autoridades españolas no quieran decir públicamente que son necesarias”.

En Corea, la universalización de las mascarillas está sirviendo para acelerar la vuelta a la normalidad. El Gobierno garantiza dos a la semana para cada ciudadano

           ¿Cómo habéis hecho frente a la crisis de las mascarillas?

            -Cuando estalló la pandemia todos queríamos comprar mascarillas, pero era una misión imposible: en cuanto salían a la venta, se agotaban, y subían los precios. Hubo muchas críticas y el Gobierno tomó el control de la situación limitando por ley su exportación y asegurando dos mascarillas a la semana para cada ciudadano a bajo coste. Se organizó la cosa según el ID card -como el DNI-: si acaba en 1 o 6, puedes comprarlas el lunes; si en 2 o 7, los martes; los miércoles son para los terminados en 3 u 8; los jueves, para el 4 y el 9, y los viernes, para los que acaban en 5 y 0. El sábado las pueden comprar quienes no han podido hacerlo entre semana. Así se evitan colas kilométricas, aunque sigan siendo largas.

En el Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea (KAIST), una universidad pública de investigación situada en Daejeon, han desarrollado en pocas semanas una máscara especial que se puede usar durante un mes.

 

Vigilancia personificada de la pandemia

El gran éxito de Corea, cuenta él, es el empeño por “localizar a todas las personas contagiadas. ¡Todas! Cuando se suspenda el estado de alarma en España [previsto, en principio, hasta el 11 de abril], seguirán saliendo casos, y será muy importante saber quién tiene el virus para analizar un seguimiento de sus últimos días: dónde y con quién ha estado, porque, en seguida, todos esos lugares se deben desinfectar. Aquí, en el trabajo, cualquier nuevo positivo hace que se cierre la oficina durante un día para dejarla impoluta y libre de riesgos antes de continuar. A la vez, los que trabajan o conviven con esa persona, se hacen el test y se encierran en cuarentena hasta que salgan los resultados”.

Según Postigo, “el Gobierno de Corea manda un SMS cada vez que hay un caso nuevo y expone públicamente el recorrido de esa persona infectada en la web de cada ciudad o distrito. Este es un ejemplo de un barrio de Seúl”. Además de la baza tecnológica, “si Corea ha sido tan eficaz contra el coronavirus, entre otras cosas, ha sido por facilitar el test de infección a muchos ciudadanos. Además de quienes recomienda el Gobierno, cualquier persona que sospeche un posible contagio puede hacerse el test de manera gratuita”.

            ¿Cómo se está gestionando eso?

            -Aquí han inventado el drive thru test y el walk thru test: zonas habilitadas para hacerse el test sin pisar un hospital, tanto en carreteras como en las calles. El resultado de la prueba te lo envían lo antes posible.

Postigo ya ha visto y ha oído en Corea que “este virus afecta a todos y en diferentes dimensiones: salud física, estado psicológico, situación económica, relaciones sociales…”. Por eso insiste, particularmente a los españoles de su generación: “prudencia y responsabilidad”.

Cuando sale y cuando mira, cuando se informa, y cuando comenta, observa que “sigue habiendo casos de contagio todos los días, pero las medidas tomadas permiten seguir adelante con nuestras vidas. Ayuda mucho que la gente vaya con mascarillas y que dispongamos de geles hidroalcohólicos en autobuses, restaurantes, ascensores, oficinas… Lo primero que hacemos todos antes de cualquier cosa es lavarnos las manos”.

A pesar de la vivencia precoz a ese lado oriental del mapa, Juampi está viviendo en España las primeras experiencias de contagios cercanos, “lo cual me parece muy raro, porque aquí todo empezó antes. Varias personas de mi entorno que viven en España están infectadas y apenas pueden ir a un hospital ni recibir un tratamiento médico digno. Aquí, Daegu ha sido la ciudad en la que más se ha expandido el virus: cuando los hospitales no podían seguir atendiendo pacientes se habilitaron distintos lugares para la asistencia sanitaria de los casos más leves, como los trainings centers de Samsung y LG. Y más: a los que están en cuarentena y no pueden salir de sus casas, el Gobierno les mandaba un pack de comida, medicinas, mascarillas y demás productos de primera necesidad para subsistir”.

Desde que empezó esta crisis de salud pública en Corea, Postigo ha ido alertando a sus familiares y amigos españoles de lo que se venía por delante. Iba siguiendo los casos locales al día –“el Gobierno publicaba las cifras a las 09.00 y a las 16.00 h.-. Ahora “lo sigo solo de vez en cuando”. Y con un pie allá y otro aquí, ve que “en España todo es distinto. Desde aquí parece que es un caos. Leo los titulares de los principales diarios todos los días y da mucha pena constatar la falta de previsión y la escasa iniciativa política para atajar el problema. No lo digo por este Gobierno: cualquiera que estuviera en esta situación tendría muchas dificultades para ser verdaderamente ejecutivo. En Corea tuvimos un ensayo general en 2015 con el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS). Gracias a aquella experiencia, el Gobierno tenía unas rutas y un plan de acción muy bien estudiados. Espero que en España se aprenda y se cree un protocolo para futuras ocasiones”. De la pelea española contra el coronavirus destaca “una cosa que se ha hecho muy bien: concienciar a la población. Veo que ahora todo el mundo mantiene la distancia de seguridad”.

Entre las iniciativas eficaces para la sociedad coreana, Postigo destaca “el famoso Coronomap, que actualizaba la información gubernamental. En este mapa se puede ver dónde han estado los infectados en las últimas 24 horas (punto rojo); de 24 horas a 4 días (amarillo), y más de 4 días (verde)”.

Unidos y muy generosos

Destaca, también, la unión del pueblo coreano ante la pandemia, porque “están acostumbrados a estrechar lazos ante un desastre nacional, sin importar los colores. Pasó en 1997 con la crisis financiera que golpeó a toda Asia (IMF crisis): se pidió a los ciudadanos que entregasen sus cadenas de oro, sus joyas y sus objetos de valor para pagar entre todos la deuda. ¡Y lo hicieron! Con el coronavirus todos nos hemos vuelto a volcar. Hace unas semanas hubo un llamamiento nacional ante la situación crítica de los hospitales de Daegu absolutamente desbordados por la dimensión de la tragedia. Muchos profesionales sanitarios de todo el país se ofrecieron voluntarios para prestar su apoyo en el foco más tenso de la enfermedad y ayudar a sus compatriotas para superar esto. Lo pienso y se me pone la piel de gallina… Otros ciudadanos recolectaron dinero para hacerlo llegar hasta allí, y los restaurantes de la zona ofrecían comida gratis. ¡He visto muchos héroes estos días en la vida real!

“Cuando el país está en peligro, los coreanos se unen mucho. Tienen un ‘fighting spirit’ -un ‘esto lo sacamos adelante juntos’ que impresiona y da envidia”

Destaca también Postigo el respaldo de los famosos a esta crisis nacional. “Muchos han contribuido con sus donaciones y con mascarillas. En varias webs se han hecho públicas las listas de las contribuciones y eso ha hecho que algunos se sientan obligados a poner de su parte. Las empresas también han actuado con dinero, productos, rebajando precios de alquiler, posponiendo los pagos a sus deudores… Me gustaría destacar el caso del actor Kim Bo-sung, que fue con un camión a Daegu para repartir mascarillas personalmente. Ahora está en su casa en auto-cuarentena”. 

            ¿Algún tema en el que quieras poner especial énfasis?

            -En el admirable espíritu de servicio de los profesionales sanitarios. Muchos no duermen, o duermen en los propios hospitales. No lo ven como un favor, sino como un deber. Ese ejemplo de entrega a los demás nos ha tocado muy fuerte a todos. Y creo que sería muy bueno destacar el valor decisivo de la respuesta de la población coreana: Los coreanos tienden a unirse mucho ante los desastres sacando a relucir el espíritu nacional y patriota que los caracteriza. Cuando el país está en peligro, se unen mucho. Tienen un fighting spirit -un “esto lo sacamos adelante juntos”- que impresiona y da envidia. En España, por lo que veo, tendemos a echarnos las culpas unos a otros y hay muy pocas iniciativas individuales, como si la sociedad esperara que todos los remedios llegaran desde el Gobierno. En la lucha coreana contra el coronavirus he comprobado que la población cuenta un 80% y la actuación del gobierno, el 20% restante”.

Acaba Postigo antes de que la noche se haga en Seúl. Corea del Sur va ocho horas por delante de Madrid: “Corea no es España. Este país tiene una tradición en la que el todo importa más que el uno y España es algo más individualista, pero se pueden aprender cosas de aquí que nos sirvan para salir antes de esta situación. Hace dos semanas yo también lo veía muy negro, pero ahora veo que, poco a poco, estamos saliendo. Espero que estas impresiones desde Corea sirvan para ayudar a mi país. ¡Ánimo, compatriotas! ¡De esta salimos todos juntos!"

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