El Ministerio elaborará para los colegios una pauta única que defina los criterios de evaluación de fin de curso

Cada centro elige con qué programa online da clases a sus alumnos. No hay un criterio unificado, aunque, lo cierto es que muchas Consejerías están orientando a los colegios de su competencia.  

Es el caso de la Consellería de Educación Valenciana que ha puesto en marcha el Plan Mulan, un plan de acción de docencia digital para la educación a distancia durante el coronavirus, que incluye cuatro portales digitales segmentados por etapas educativas para que el sistema no colapse. Mestreacasa, dirigido para infantil y primaria, Aules para ESO y FP y Webex, una plataforma de videoconferencias para Bachillerato y FP también. 

Otras comunidades ya estaban investigando nuevas formas de educar con la tecnología y están aprovechando la coyuntura para desarrollarlas. Es el caso de la Comunidad de Madrid y su sistema de gestión educativa Raíces que incluye un portal destinado a la comunicación entre familias y centros. 

Además, Google Classroom es una de las alternativas por la que han optado muchos centros de toda España, que no tenían una situación así prevista. Una herramienta gratuita, fácil e intuitiva que ofrece Google en la que se puede colgar tareas, poner notas y hablar con los profesores. 

Caos en los horarios para los alumnos y mucho esfuerzo de los profesores

Martina González está en primaria y va a colegio de Santa Teresa de Jesús, en Barcelona. Al principio seguía el horario normal, se conectaba cada hora de clase en la correspondiente asignatura, pero a medida que ha avanzado el confinamiento esto ha cambiado. “Era bastante agobiante”, explica, “ahora tenemos una hora de la asignatura cada semana y nos dejan que nos organicemos como queramos”. 

Si tiene dudas, Martina puede contactar sus profesores por mail, mientras que alumnas como Silvia Garrido, que está en el Instituto de Anaga de Tenerife, hace videollamadas con su tutora con la aplicación ‘Meet’. “Cada día hacemos una hora de tutoría. Aunque es un poco desastre porque a algunos compañeros les cuesta entrar. Al final nunca hemos llegado a estar toda la clase”, cuenta. 

A algunos niños como a Luis Sevilla, que estudia en el colegio Cervantes de Alboraya en Valencia, les han eliminado ciertas asignaturas más complicadas de dar telemáticamente “de música ya no tenemos nada y tampoco damos educación física”. Mientras que otros, como Antonio San José del colegio Nuestra Señora del Pilar de Madrid mantienen todas las materias: “por ejemplo en educación física tengo que hacer un trabajo de flexiones. Nos grabamos un vídeo”. 

Antonio sí tiene exámenes online, por ejemplo, pero Erika Vivas, del Instituto Domingo Miral en Aragón, no. “Nos hacen algún cuestionario, pero no cuenta para examen. Se supone que los tendremos a finales”, cuenta. 

Asimismo, la gran parte de los profesores consultados reconocen estar trabajando ahora más que nunca. Tienen que adaptarse a nuevos modelos de trabajo y acoplar todas sus clases para que los alumnos no pierdan demasiada materia. “Tengo algunos compañeros más mayores que veían imposible esto de dar clases online”, explica Laura Borrás, jefa de departamento del Instituto Tirant Lo blanc de Gandía. 

Ella, como muchos de sus compañeros, se han convertido casi en “youtubers”. Se hacen vídeos y los cuelgan en Internet para que sus alumnos puedan seguir las clases y consultarlas cuantas veces quieran. Otros profesores, como Julio Campos, del Colegio Escuelas Pías, se han creado blogs y de esta manera imparten las clases .