Policía y discotecas confirman el desplome de las denuncias por pinchazos en agosto
La avalancha de casos se concentró en julio pero la alerta se ha rebajado notablemente en las últimas semanas. El fenómeno ha repetido el patrón de Reino Unido y Francia
Durante el pasado mes de julio las noticias sobre pinchazos en discotecas, supuestamente para drogar a mujeres y así poder abusar o agredirlas sexualmente, inundaron las portadas de diferentes medios.
Casi cada noche se sumaban nuevas mujeres a la lista de víctimas afectadas por esta práctica insólita hasta el momento. Lo que tenía más desconcertadas a las autoridades es que en los análisis no se detectaba ningún tipo de sustancias tóxicas, ni se notificaron agresiones sexuales o robos.
Actualmente las investigaciones siguen abiertas, pero han caído significativamente las denuncias y aún no se tiene del todo claro el motivo principal de esta oleada de ataques hacia mujeres.
Preocupación en el Gobierno
La inquietud por el boom de pinchazos en discotecas llegó hasta el Gobierno. De hecho, como ya informó Confidencial Digital, se han distribuido kits de análisis toxicológicos para analizar con más eficacia si se inyectaba algo a las víctimas, lo que facilitaría la condena de los agresores.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, realizó declaraciones públicas en TVE y aseguró que estos ataques buscaban “amedrentar a un colectivo con un discurso absolutamente machista”. Además, desveló que se trabajaba para esclarecer los motivos que había detrás de los pinchazos. Algunas de las investigaciones intentaban comprobar si lo que se pretendía era “inocular sustancias tóxicas” o “generar sensación de inseguridad”.
Las denuncias disminuyen en agosto
Tras el revuelo que causó este fenómeno en julio, tanto en los medios como en la sociedad, en agosto el panorama ha sido otro.
Aún se siguen notificando incidentes esporádicos, como por ejemplo en Bilbao hace unas semanas. Según Vozpópuli, en la Comunidad de Madrid la Guardia Civil investiga el caso de una joven de 25 años que se sintió mareada y que no podía articular palabra en una plaza en Arganda del Rey, en una discoteca móvil. Vio un hematoma en el brazo y se fue al hospital.
Y en las recientes fiestas de San Sebastián de los Reyes los voluntarios de Protección Civil atendieron a 86 chicas de entre 16 y 18 años que denunciaron haber sufrido pinchazos durante el concierto de Omar Montes. Pero se comprobó que no se habían producido esos pinchazos, sino que circuló un bulo en redes sociales y se desató el pánico.
Más allá de estos casos puntuales, la situación casi ha vuelto a la normalidad y el número de casos ha descendido notablemente, como confirman fuentes del sector del ocio nocturno a ECD.
La Policía Nacional subraya que se trata de una investigación aún abierta, por lo que se niega a dar mucha información sobre el tema. Sin embargo, aprovechan el interés informativo para aclarara la ciudadanía que estas agresiones no tienen que ver con la sumisión química.
Se trataría, por tanto, de simples gamberradas: pinchazos protagonizados por jóvenes que buscarían aprovechar el estado de alarma generalizado para divertirse con el caos provocado. A esa conclusión han llegado las pesquisas.
Una de las zonas más afectadas de España por estos pinchazos fue Cataluña. Los Mossos d’ Esquadra confirman a ECD que la situación “se ha relajado”. Ya no se está viviendo ese boom de casos que hubo en julio.
Además, los Mossos señalan que durante el momento álgido de ataques todos los incidentes compartían un mismo patrón. “Las víctimas se quejaban de una sensación de pinchazo, pero no se detectaban sustancias tóxicas”.
Destacan también que no se ha identificado ningún caso, ni uno solo, en el que el atacante cometiese un delito de agresión sexual o contra la propiedad privada.
El mismo patrón que en Reino Unido y Francia
Confidencial Digital ya contó que este fenómeno tuvo su origen en una práctica desplegada en territorios vecinos de Europa, como el Reino Unido y Francia. Desde la asociación ‘España de Noche’ explican que en ambos países se vivió un pico de pinchazos, pero en ninguno de los dos se llegó a saber qué lo provocó.
Desde la asociación de locales de ocio nocturno reconocen que ahora respiran algo más tranquilos. Los pinchazos casi han desaparecido, aunque ellos siguen en alerta y colaborando con las autoridades. Además, explican el daño para el negocio que este tipo de noticias provoca: este tipo de ataques a mujeres busca excluirlas de los espacios de ocio.
